La Conferencia Episcopal Argentina mandó un escrito tras la escalada de violencia que se cobró la vida de cuatro trabajadores la última semana. “No permitamos que nos maten la esperanza”, agregaron
En medio de una creciente ola de violencia que golpea a Rosario, la Iglesia Argentina envió una carta manifestando su cercanía y preocupación por el avance de la droga y llamando a la unidad en tiempos difíciles.
«Como obispos de la Iglesia en la Argentina, sepan que, de corazón, estamos muy cerca de ustedes ante esta realidad del narcotráfico que golpea hoy a las puertas de sus casas de este modo tremendo, brutal, llenando de dolor e impotencia a sus familias y a todo nuestro pueblo», afirmaron los obispos en la carta, mostrando solidaridad con los ciudadanos rosarinos.
En un llamado a la resistencia y la esperanza, los obispos le piden a la comunidad permanecer unida. «La droga nos está matando y debemos estar muy juntos para desarmar este ‘mal’ que desprecia la vida y se ensaña con nuestros niños, jóvenes y tantos inocentes», advirtieron.
Mientras la ciudad enfrenta esta crisis, el Gobierno esta semana tomó nuevas medidas, poniendo en marcha un comité de crisis con la colaboración de fuerzas federales y provinciales.
La Conferencia Episcopal Argentina celebró su 196° reunión de la Comisión Permanente, destacando el compromiso de la Iglesia en momentos de cambios económicos y sociales. Además, dirigieron una carta al Papa Francisco en la que saludaron su 11° aniversario como líder de la Iglesia.
Con un total de seis muertos inocentes en manos de sicarios en Rosario, la Iglesia termina la carta con un mensaje de esperanza fundada en la fe. “Que la Virgen, nuestra Madre, que conoció lo que es perder al hijo, al Inocente, los consuele y fortalezca”, expresaron.
Texto del mensaje
Queridos hermanos rosarinos:
Como obispos de la Iglesia en la Argentina, sepan que, de corazón, estamos muy cerca de ustedes ante esta realidad del narcotráfico que golpea hoy a las puertas de sus casas de este modo tremendo, brutal, llenando de dolor e impotencia a sus familias y a todo nuestro pueblo.
La droga nos está matando y debemos estar muy juntos para desarmar este “mal” que desprecia la vida y se ensaña con nuestros niños, jóvenes y tantos inocentes, víctimas de la miserabilidad de unos pocos, y de la complicidad de otros.
No permitamos que nos maten la esperanza, que nos roben el sueño de una Argentina unida y en paz.
Que la Virgen, nuestra Madre, que conoció lo que es perder al hijo, al Inocente, los consuele y fortalezca.