Ciudad
Informes CLG

#InformeCLG

La historia y la actualidad del boxeo, en la mirada del periodista Giuria


 

Por Andrea Astiasuain

El 14 de septiembre de 1923, el argentino Luis Ángel Firpo enfrentó a Jack Dempsey, uno de los mayores boxeadores de la historia, en lo que se denominó “La pelea del siglo”. Si bien Firpo no pudo imponerse, logró un hito en la historia del boxeo sudamericano, por lo que esa fecha fue instituida como el «Día Nacional del Boxeador». CLG visitó al periodista especializado en boxeo Néstor Giuria para conocer un poco más sobre uno de los deportes más populares del país. 

“Dicen que los ingleses fueron los primeros en el boxeo. Los marineros ingleses, a medida que iban desembarcando, se ganaban unos pesos peleando, haciendo peleas callejeras en el puerto”, comentó Giuria, y agregó: “Después llegaron las reglas. Antes había peleas que duraban cuarenta, cincuenta… sesenta rounds, y, a veces, se cortaban y se seguían al otro día cuando había más luz”

En la ciudad de Rosario, el deporte llegó en los inicios del siglo pasado, pero empezó a tener más repercusión después de que se levantara la prohibición que existía en Buenos Aires sobre este “deporte de mal gusto”, como lo denominaban en la Capital Federal. Su legalización llegó después de ese mítico enfrentamiento de 1923. “La conmoción que causa la pelea de Firpo-Dempsey, en la ciudad de Buenos Aires, hace que los políticos digan: ‘Che, no podemos ignorar esto’, y levantan la prohibición’”, aseveró Giuria.

En la década del 40 empezaron a aparecer boxeadores muy interesantes en Rosario. Van a Buenos Aires, hacen su carrera y los grandes nombres que aparecen empiezan a entusiasmar, entonces empiezan los clubes de barrio y aparecen gimnasios clásicos que han quedado en la historia, como el Rosarino Boxing Club, en el centro de la ciudad”.

En ese contexto, se inaugura, un 7 de enero de 1950, en la Avenida Alberdi y José Ingenieros, el Estadio Norte, el Luna Park rosarino. “Todo lo que pasaba en el Luna se reproducía acá. Todo se hacía, no solo el boxeo”, comentó el periodista.

Rosario ha sido cuna de grandes boxeadores que, como dice Giuria, “quedaron en letras de molde”. Para el comunicador, los más destacados púgiles de la ciudad van desde Amelio Constantino Piceda, el campeón que tiene su propia calle en el corazón de Barrio Tablada, Alfredo Bunetta, el boxeador oriundo de la zona sur de la ciudad que logró dos veces el campeonato argentino pluma, Hugo Rambaldi, campeón argentino y sudamericano de los liviano hasta otros que “no llegaron a tanto, pero tuvieron gran repercusión popular, llevaban mucha gente de los barrios, como Oscar Pitta, campeón argentino y sudamericano”.

Izquierda: Amelio Piceda / Derecha: Alfredo Bunetta

 

La fuerza de las mujeres

A pesar de la gran historia que tiene el boxeo de Rosario, nunca un boxeador, representando un club rosarino, fue campeón mundial, historia que sí lograron torcer las mujeres de la ciudad. 

«Hace rato que las únicas campeonas del mundo que tiene la Argentina son mujeres, tres de ellas son de acá«, aseguró Giuria, y detalló: «Las hermanas Evelyn «La Princesita» y Daniela «Bonita» Bermúdez, son campeonas mundiales y Noelia «La Leona» Bustos es campeona mundial. Han dado mucho orgullo y mucho prestigio«.

En el año 2018, Evelyn se quedó con el cinturón minimosca de la FIB tras vencer por puntos en 10 rounds a la brava mexicana Guadalupe Bautista y este año defendió por segunda vez su título de Campeona mundial Minimosca de la FIB ante la también azteca Silvia Torres.

Por su parte, la «Bonita» retuvo este año la corona mundial de la categoría gallo ante la mexicana Irma «El Torbellino» García. Mientras que Noelia “la Leona” Bustos es campeona mundial de peso ligero de la FIB. 

Foto: Bonita Bermúdez

 

Giuria destacó la participación actual de las mujeres en el deporte, pero aseguró que le costó adaptarse. «Al principio lo miré con mucho recelo, no me gustaba. La primera pelea que yo vi fue de la «Tigresa» Acuña, que abrió la puerta de todas las mujeres. Ella iba a la Federación y le decían: ‘Andá a cambiarte al bar, nena tomatelá, qué querés hacer acá'», señaló el periodista. Sin embargo, la Tigresa sabía lo que quería. «Ella respondía: Yo voy a ser boxeadora, voy a ser campeona del mundo'». 

«El primer día que la vi, me impactó las mujeres que se golpeaban. Un día me llamó una oyente a la radio y me dijo: ‘Mire Giuria, si a usted no le gusta el boxeo de mujeres, no lo comente, pero es una realidad. Si usted no lo comenta, usted es un periodista a medias porque esto seguirá avanzando», recordó.

Luego, destacó que la mujer le dio al boxeo «otra mirada, una frescura, un aire extraordinario y, además, le incorporó más mujeres como público. La cantidad de pibas que aparecieron después fue notable».

«Si vas a los gimnasios, hay mucha cantidad de chicas que están practicando. Muchas de ellas sabiendo que no van a ser boxeadoras profesionales, pero van para hacer esa parte aeróbica, esa parte intensa desde el punto de vista físico», afirmó.

Otras tantas, sueñan con ser profesionales y poder vivir del boxeo, como lograron las hermanas Bermúdez. «Su vida ha cambiado totalmente desde que descubrieron el boxeo, en lo económico, en lo personal. Han hecho una vida de conducta, con una gran contención de la familia. El boxeo ha sido un cable a tierra o un vehículo que a lo mejor no se lo ofrecía otro lugar. De juntar cartones a ser campeonas mundiales».

El boxeo, entre el sacrificio y la inclusión

Después del fútbol, el boxeo es, sin dudas, el deporte que más popular del país. Desde sus inicios, fue uno de los pilares de muchos clubes de barrio, lo que lo transformó en una gran herramienta de inclusión social. «El boxeo es inclusivo», aseveró el periodista rosarino.

«Conocí muchos chicos que iban a los gimnasios y uno se preguntaba: ¿por qué vendrán estos chicos? Vos lo notabas en su comportamiento, en su parte física, que nunca iban ser boxeadores en sentido completo. Sin embargo, iban todo el día al gimnasio, iban porque fue el primer punto de socialización que tuvieron, los primeros amigos los encontraron ahí. Venían de un lugar donde nadie, desde que se levantaba hasta que se acostaba, les preguntaba cómo estaban y cuando iba al gimnasio se sentían que alguien se ocupa de ellos», continuó.

Foto: La Tinta – Ilustrativa

Tantos años de periodismo vinculados al boxeo han hecho que Néstor escuche en primera persona grandes historias que ponen en valor el mundo social del deporte. «Tiene cosas que no las encontrás en todos lados, porque todo está tocado por aspectos humanos, todo viene de la humanidad, de la necesidad, del hambre, de la falta de amor, de la búsqueda del amor, todas esas cosas aparecen siempre en el boxeador».

Las dietas estrictas y los duros y largos días de entrenamiento son características de este deporte. El periodista señaló que el deporte «es muy cruel. Por ejemplo: todos comemos para vivir, pero ellos no comen para vivir porque pelean, como con un rival, con “el round cero”, que es la balanza. Primero le tenes que ganar a la balanza», señaló, y añadió: «El boxeo es sacrificio, más sacrificio, más sacrificio, más sacrificio. En la juventud de hoy el sacrificio no está instalado, para qué tanto sacrificio, voy a hacer otra cosa. Al menos que tengas el deseo de ser boxeador», concluyó.

Mirá también:

Vidondo: llegó a Rosario para estudiar y terminó boxeando en Estados Unidos