La emocionante historia de los amigos inseparables demuestra que la lealtad y el amor no solo es de los perros
Los perros, dicen, son los mejores amigos de las personas. Sin embargo, la increíble historia de Mike Jivanjee demuestra que la lealtad y el amor de los animales no es propiedad de los perros.
En el año 2014, Mike se encontraba paseando en su bote con sus amigos en el Lago Oswefgo de Oregón, Estados Unidos, cuando se encontró con una pequeña gansa bebé que estaba a punto de morir ahogada. Mike, que siempre ha sentido amor por los animales, decidió ayudarla.
Una vez que la pequeña ya se encontraba a salvo pudieron encontrar a su familia a unos pocos kilómetros, pero el joven se dio cuenta de que la rechazaban. Mike se llevó a la pequeña gansa a su casa y crio a Kyle como si fuera suya. Con el paso del tiempo, la gansa creció y tuvo dos huevos. Solo uno de ellos sobreviviera y así nació el pequeño Jack.
Kyle dejó varias veces solo al pequeño ganso en el lago mientras se iba a volar muy lejos. Mike sabía que los gansos tan pequeños no tienen probabilidad de sobrevivir sin la compañía de su madre, así que decidió darse a la tarea de criar un segundo ganso.
Los primeros días con Jack fueron algo difíciles pero quería asegurarse de que se mantenga a salvo hasta que aprenda a volar. Pero Mike y Jack se volvieron inseparables. “Si me levanto y me alejo, se larga a llorar”, dice Mike, sobre su relación con el pequeñito. El ganso aprendió a volar al lado de Mike. Mientras el hombre navega, Jack no se despega. “Es como pasear el perro”, señaló Mike.