¿Cómo terminó este cargamento en el puerto de la capital de el Líbano?
La potente explosión que devastó Beirut se originó en una bodega donde estaban almacenadas cerca de 2.700 toneladas de nitrato de amonio, según anunció el ministro del Interior libanés, Mohammed Fahmi.
El cargamento de ese fertilizante altamente explosivo fue confiscado a un barco extranjero hace años y almacenado en el puerto de la capital del Líbano. Por lo tanto, las autoridades del país mantienen bajo arresto domiciliario temporal a funcionarios del puerto de Beirut, directamente relacionados con el almacenamiento del nitrato de amonio «de forma insegura» durante varios años.
Pero, ¿cómo terminó este cargamento en el puerto de la capital libanesa?
La historia del barco
El cargamento de nitrato de amonio fue confiscado al buque arrestado MV Rhosus, ha confirmado el Consejo Supremo de Defensa del Líbano. El barco ingresó al puerto de Beirut en septiembre de 2013 debido a dificultades técnicas y finalmente se le prohibió continuar su viaje.
Según el portal MarineTraffic, el MV Rhosus fue construido en 1986 y ha pasado por varios propietarios. Su historia reciente comenzó en 2012 cuando fue comprado por Teto Shipping, una empresa registrada en las Islas Marshall y propiedad de Ígor Grechushkin, un empresario de origen ruso que reside en Chipre, casi un año antes de que fuera incautado por las autoridades portuarias libanesas. La empresa se formó ese mismo año y el buque parece haber sido su única embarcación.
El barco navegaba bajo la bandera de Moldavia y su tripulación estaba compuesta principalmente por ciudadanos ucranianos y rusos. Los mensajes que dejaron en foros en ruso que se remontan a 2012 pintan una imagen de las condiciones de trabajo de pesadilla desde el momento en que aceptaron el empleo.
Instalaciones en un estado pésimo, así como salarios extremadamente bajos y atrasados, se mencionan constantemente en los mensajes, que en su mayoría sirvieron como advertencia para los marineros que estaban considerando contratos con la misma compañía.
«Aquellos que trabajaron [en el MV Rhosus] deberían recibir títulos de ‘héroes'», escribió un marinero en un mensaje obtenido por el canal de noticias Baza, en Telegram. «El barco no tiene cámara de refrigeración para almacenar alimentos e incluso la cabina del capitán no tiene comodidades sanitarias», reza el mensaje.
«Una amarga experiencia de navegación»
RT se ha puesto en contacto con un exempleado de Teto Shipping, que prestó servicios a bordo del desafortunado barco, y su relato parece respaldar las denuncias de los tripulantes. Semión Nikolenko, quien fue contratado como ingeniero electrónico para la tripulación del MV Rhosus en 2012, cuenta que tanto la embarcación como la dirección de la empresa «no eran buenas».
«Fue mi primer contrato, mi primera experiencia [navegando], y resultó amarga», afirmó a RT el marinero, que ahora vive en Crimea. El propietario del barco era un hombre «astuto» que no cumplió sus promesas, recordó Nikolenko.
Aún más alarmante, la nave tenía muchos problemas técnicos, incluido el mal funcionamiento de los radares y problemas con su motor principal. La historia de Nikolenko sugiere que Grechushkin no podría haberse preocupado menos por los problemas, ya que solo financió las reparaciones cuando las autoridades portuarias registraban las deficiencias del barco.
«Hubo frecuentes inspecciones en los puertos europeos, constantes reprimendas, detenciones», señaló el exempealdo de Teto Shipping.
Nikolenko admitió que la empresa a menudo buscaba resolver cualquier problema con las autoridades portuarias a través de sobornos en lugar de rectificar las deficiencias. Poco antes de llegar a Beirut, el barco había estado confiscado durante dos semanas en Sevilla (España), donde las autoridades portuarias obligaron a la empresa a instalar un generador de respaldo, ya que solo una de las unidades de energía del barco estaba operativa, recordó el marinero.
El hombre, que estuvo más de siete meses en el barco, dejó el trabajo justo antes del desafortunado periplo del MV Rhosus que terminó en el puerto de Beirut.
Viaje sin salida
En 2013, el buque recogió 2.750 toneladas de nitrato de amonio en el puerto georgiano de Batumi para llevarlo Mozambique, pero nunca llegó a destino debido a problemas técnicos. Luego de una inspección por parte del Control del Estado del Puerto, una rama de la Organización Marítima Internacional (OMI), se le prohibió salir del puerto de Beirut.
En ese momento, la tripulación ya se había reducido al mínimo, debido a la naturaleza «peligrosa» de la carga a bordo, señaló Nikolenko.
Un resumen legal de 2015 realizado por el bufete de abogados libanés Baroudi & Associates sugiere que el barco fue prácticamente abandonado tanto por su propietario, que declaró rápidamente a su empresa en quiebra, como por los propietarios de la carga.
El capitán de la nave, Borís Prokóshev y otros cuatro miembros de la tripulación fueron detenidos en Beirut y tuvieron que pasar 11 meses allí antes de que se les permitiera regresar a casa. Prokóshev presentó una denuncia contra el propietario del buque en 2014, en la que aseguró que los marineros se habían quedado sin salario y comida.
Según el capitán, el barco fue retenido por los libaneses por no pagar la tasa portuaria. Sin embargo, cree que fue una medida poco aconsejable. «No sirvió de nada confiscar esta nave. Deberían haberse deshecho de ella lo antes posible», aseveró Prokóshev al portal Sibreal.org, y agregó que Beirut también podría haber eliminado de manera segura la carga peligrosa. «Si nadie reclama el cargamento, entonces no le pertenece a nadie», aseveró Prokóshev.
De acuerdo con Baroudi & Associates, la carga peligrosa del barco se trasladó a una instalación de almacenamiento en el puerto, donde aparentemente permaneció todos estos años. En cuanto al destino del barco, que fue registrado por última vez por el rastreador de Marinetraffic en el puerto de Beirut cerca del epicentro de la explosión, podría haberse hundido mucho antes de que el lugar fuera devastado por la explosión.
«Tenía un pequeño agujero en el casco. Tuvimos que bombear agua en algunas oportunidades. Sin la tripulación, no había nadie que lo hiciera», indicó el capitán.
Violaciones por parte de las autoridades portuarias
La carga del barco siguió siendo una preocupación para las autoridades libanesas durante todos estos años. Los funcionarios de seguridad estaban al tanto del peligro que representaba el nitrato de amonio y exigieron que las autoridades portuarias lo retiraran meses antes del desastre, según han afirmado medios locales. Pero las supuestas imágenes del sitio de almacenamiento compartidas en las redes sociales aparentemente muestran grandes bolsas llenas de toneladas de fertilizante apiladas en un almacén de aspecto endeble.
Según informes no oficiales, alguien decidió almacenar fuegos artificiales junto a la bodega donde se guardaba el fertilizante, y durante un trabajo de soldadura en la puerta del lugar ocurrió la explosión masiva de nitrato de amonio. Sin embargo, el Gobierno libanés ha descartado esa versión y ha prometido revelar los resultados de su investigación dentro de «cinco días».