"La guerra viene teniendo un costo muy alto para los países del hemisferio sur, a la Argentina ya le costó US$ 5.000 millones y no hay ámbito global donde se esté discutiendo este tema", dijo el ministro de Economía, Sergio Massa, a través de su cuenta de Twitter
La guerra en Ucrania le significó a la Argentina un sobre costo de US$ 5.000 millones, debido a que la suba en los precios internacionales del sector energético, los fertilizantes y los fletes no pudo ser compensada por el incremento en los valores de los productos agropecuarios.
«La guerra viene teniendo un costo muy alto para los países del hemisferio sur, a la Argentina ya le costó US$ 5.000 millones y no hay ámbito global donde se esté discutiendo este tema», dijo el ministro de Economía, Sergio Massa, a través de su cuenta de Twitter.
«Dejaremos planteada la posición argentina» frente a la Directora del Fondo Monetario Internacional (FMI) Kristalina Georgieva, y su par del Banco Mundial (BM), David Malpass «y a todos los ministros del G20», sostuvo Massa a mediados de octubre pasado a través de la red social.
Según documentos de trabajo oficiales, las importaciones de combustibles sumaron US$ 5.800 millones en lo que va del año, contra los US$ 2.000 millones proyectados antes del inicio de la guerra, lo que resultó en un incremento neto de US$ 3.800 millones.
Además del costo, el aumento del precio de los principales productos básicos hizo que se precisaran más divisas para importar combustibles, entre los que se incluyen los utilizados para el suministro de energía durante 2022.
En el Ministerio de Economía subrayan que, luego de desatado el conflicto el 24 de febrero pasado cuando Rusia comenzó la invasión, fue necesario, entre otras cosas, renegociar el contrato de importación de gas natural con Bolivia, que tuvo un aumento del 114%, y el incremento de las compras de electricidad de Brasil.
Otro de los factores que incidieron negativamente fue el aumento, en promedio del 93%, en los precios de los fertilizantes, ya que Argentina importa cerca del 70% de los productos que el campo necesita.
Además, a raíz de los cuellos de botella posteriores a la pandemia de coronavirus y de los inconvenientes propios que surgen en una guerra de semejante magnitud, el costo internacional del flete marítimo aumentó un 62% en comparación con la campaña 2020-2021, lo que representa un costo extra de US$ 1.850 millones para las exportaciones y de US$ 1.217 millones en 2022 para las importaciones, según estimaciones de la Bolsa de Cereales de Rosario.
Frente a esto, los precios del complejo agroexportador aumentaron pero en menor medida que lo que lo hicieron los costos de energía, fletes y fertilizantes.
En este rubro las ventas netas resultaron apenas US$ 620 millones superiores a las proyectadas antes de la guerra.
Esto se debe a que, si bien tras el estallido de la guerra hubo un shock generalizado de precios que incrementó los valores de venta de los granos en 9,4% (soja), 33,7% (trigo) 17,8% (maiz), en los meses siguientes se produjo una reversión como consecuencia de las medidas de los países para mitigar los efectos del conflicto bélico, con un nuevo repunte en agosto de 2022.