El lunes se mostró gris, a tono con las despedidas. Tras doce días de actividades constantes, visitas ininterrumpidas y momentos memorables, la renovada Feria del Libro de Rosario llegó a su fin, no sin antes transitar una última jornada de encuentro entre lectores, escritores, libreros y editores.
El balance de esta edición de la Feria la posiciona definitivamente como uno de los eventos culturales de mayor interés para rosarinas y rosarinos: más de 180.000 personas pasaron por las seis plantas repletas de libros del Centro Cultural Roberto Fontanarrosa entre el jueves 24 de mayo y el lunes 4 de junio, siendo los sábados y domingos los días de mayor concurrencia.
«Recuperar la Feria del Libro para la ciudad después de 10 años nos llena de orgullo. Rosario es un faro cultural en el país y la enorme participación durante los 12 días del evento lo confirman. Las 180 mil personas que pasaron por la muestra superaron ampliamente las expectativas», valoró en la jornada de cierre la intendenta Mónica Fein.
Y agregó: «Hace tiempo que veníamos con la intención de recuperar este evento que la ciudad estaba esperando, y fue cuestión de sentarnos con la Fundación El Libro y los libreros rosarinos, para rápidamente ponernos de acuerdo».
En su balance, la intendenta señaló que «la feria es un encuentro multiplicador en lo cultural, pero también en lo turístico, porque atrae público de varios kilómetros a la redonda de Rosario, y en lo comercial. En un momento en el que las ventas vienen en franca caída, desde el municipio nos agrada poder apoyar con este tipo de acciones a las editoriales y librerías, fundamentalmente de Rosario, para estimular el consumo de libros y, con ello, la lectura».
«Desde esta gestión -continuó Fein- sostenemos la cultura pública porque estamos convencidos de que de esta manera construimos un futuro mejor para todos. Por eso organizamos la Feria del Libro con entrada libre y gratuita, en un lugar simbólico para la ciudad como el Centro Cultural Roberto Fontanarrosa, un verdadero ícono de la literatura rosarina, un emblema de la ciudad».
Finalmente, la intendenta adelantó: «Para el año que viene estamos pensando en extender su duración para que más gente pueda disfrutarla, y sumar más visitas de escuelas, y seguramente seguirá creciendo en cantidad de expositores, actividades y presentaciones».
La superficie a recorrer por los visitantes fue de1500 metros cuadrados en seis niveles (subsuelo, planta baja, entrepiso, primer, segundo y tercer Piso), de los cuales 548 estuvieron ocupados estrictamente por los 40 stands que reunieron a unos 70 expositores. Durante los cuatro primeros días, 17 editoriales independientes de la ciudad estuvieron presentes a través de la Feria de Editoriales Rosarinas, sumándose al éxito de ventas y ganando visibilidad para sus publicaciones.
Los cinco espacios dispuestos para actividades (Auditorio G, Espacio de Lectura, Área en Explanada Exterior, Sala B y Sala C) alojaron ni más ni menos que 136 eventos de todo tipo. Entre las más convocantes se contaron el acto de apertura con homenaje a Angélica Gorodischer, y las presentaciones de Reynaldo Sietecase, Víctor Hugo Morales, Claudia Piñeiro, Viviana Rivero, Dalia Guttman, Hebe Uhart, Hernán Casciari y Carlos del Frade. Con distintas propuestas y distintos estilos, el éxito masivo de estas presencias echó luz sobre la diversidad del público rosarino.
Otros destacados fueron la mesa de literatura infantil con Silvia Schujer, Ricardo Mariño y Sandra Siemens coordinada por Beatriz Actis, el homenaje a Roberto Fontanarrosa por parte de sus destacadísimos amigos, el unipersonal de Fabián Vena Conferencia sobre la lluvia, el show del dúo de payasos Tertulia y Oblicuo en la explanada durante el día sábado y la mesa de poetas rosarinos que supo hacer estallar la Sala C.
Un párrafo aparte merece la jornada de Mirada Joven, que desbordó la geografía del Fontanarrosa ante la presencia masiva de chicas y chicos de ocho a dieciseis años. Los jovenes asistieron en masa para dialogar con un panel de booktubers o escuchar a la youtuber escritora Pamela Stupia, quien además dio lugar a la firma de libros más extensa de toda la Feria: más de tres horas dedicando ejemplares de sus novelas juveniles 14/7 El Descubrimiento y 14/7 Fusión de Ejes.
Luciana Peker fue otra de las autoras que generó furor, llenó sala y permaneció durante largo rato firmando libros, dando cuenta del destacado lugar que han logrado las mujeres escritoras y las lecturas de género en la Feria del Libro.
En los doce días hubo un total de 64 firmas de libros, entre las cuales se destacaron por convocatoria y entusiasmo del público las de Víctor Hugo Morales, el ilustrador infantil Juan Chavetta (que dedicó cada ejemplar con una ilustración personalizada) y la escritora cordobesa Viviana Rivero.
Además, de lunes a viernes, treinta delegaciones de instituciones escolares públicas y privadas recorrieron el Fontanarrosa en dos turnos con visita guiada. De esta manera, unos 1.200 alumnas y alumnos de la ciudad y la región tuvieron la posibilidad de ser parte de esta nueva edición de la Feria, disfrutando de lecturas y espectáculos, y sumergiéndose entre los cientos de libros que ocupaban las bateas de los stands.
Este potente nivel de actividad y movimiento fue registrado y acompañado en las redes sociales de la Feria, que sumaron 2.405 amigos en Facebook, 756 seguidores en Twitter y 1.526 en Instagram. Otro dato destacado fueron las pintorescas intervenciones del pórtico de ingreso y la de libros voladores que acompañaron los seis pisos por escalera, instalaciones que demandaron el uso de 9.076 ejemplares.
La última jornada de la Feria sostuvo el nivel de visitantes y de ventas, que según los propios libreros, fueron sostenidas y en muchos casos superaron ampliamente las expectativas. Además, no faltaron las actividades varias para aprovechar hasta el último minuto: presentaciones de libros, talleres y charlas ocuparon todos los espacios del Fontanarrosa.
El evento final fue una destacada mesa de debate sobre cartografías latinoamericanas de la que participaron el periodista y licenciado en historia, Martín Granovsky, el investigador en ciencias sociales Pablo Vommaro y el reconocido economista y político brasilero Aloizio Mercadante.
Con un balance más que positivo en todos los niveles de análisis, la Feria del Libro fue abrazada con fervor por los habitantes de la ciudad y demostró que volvió a Rosario para posicionarse como uno de los infaltables de la agenda cultural local. Por ahora, desarma su instalación en el acogedor Centro Cultural Roberto Fontanarrosa para rearmarse recién en 2019.