La Educación Sexual Integral (ESI) en colegios nacionales, provinciales y municipales, y la responsabilidad del Estado y docentes en su falta de aplicación fueron debatidos este domingo en uno de los 87 talleres que se realizan en la ciudad de La Plata, en el marco del 34 Encuentro Nacional de Mujeres que se inició el sábado y se extenderá hasta el lunes.
Bajo el nombre «Mujer y Educación Sexual Integral (ESI)», uno de los talleres llevado adelante en la sala Karakachoff de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP), más de 60 participantes de distintos lugares de la Argentina debatieron sobre la ley nacional 26.150 que rige desde 2006, que establece la obligatoriedad de la enseñanza de la ESI en todo el territorio.
La falta de implementación de la norma, los obstáculos para aplicarla ya sea por la resistencia de las autoridades de cada colegio o por el bajo presupuesto destinado a ese fin, y el rol del Estado, de cada docente y hasta de la Iglesia fueron los puntos en los que se ubicó el debate, en la segunda de las tres instancias que tendrá el taller para arribar a las conclusiones que serán compartidas mañana en el documento final del ENM.
«La responsabilidad no puede caer en los docentes, entiendo que es el gobierno el que debería implementarla de manera que no siga perdiéndose el tiempo. También tienen responsabilidad los sindicatos que además de brindar cursos deberían traccionar más sobre los distintos gobiernos», dijo Patricia una de las participantes.
En esa línea, otra asistente de nombre Ayelén, profesora en provincia de Buenos Aires, consideró que la responsabilidad de la poca presencia de la ESI en los colegios no puede caer en los maestros ya que hasta «la formación sobre esto es responsabilidad del Estado».
«Hay un gris en relación a la responsabilidad. El docente tiene que saber desde dónde está parado para dar esos contenidos, pero esta es una cuestión de política de Estado, no puede recaer sobre en el interés de los docentes, ya acá hay una ley nacional que existe pero no se aplica porque no se da presupuesto a que se aplique», determinó.
Como contrapunto, Sandra, otra docente que da clases en un secundario del conurbano, dijo que si bien el peso de la falta de aplicación de la ESI recae por sobre todo en el Estado en cuanto a exigir que esté presente, las docentes tienen responsabilidad «porque somos las que llevamos o no la ley al territorio».
«Hay una corresponsabilidad porque es la manera de asumir nuestro rol, el de llevar cotidianamente la ESI y lo cierto es que miedos sobre hablar de algunos temas. Yo hablé de ciertos y temas y una alumna me contó que estaba embarazada y que estaba por abortar. Hay una doble responsabilidad, al saber qué tenemos que decir, hasta dónde hacer, y también a nivel colectivo sobre qué que tenemos que hacer», agregó.
En esa línea, Belén, quien da clases en La Matanza y Liniers, ponderó que si bien «hay una evolución (de la temática) no solo en cómo se tratan los contenidos sino el alcance que tiene luego», ese avance es «gracias al movimiento de mujeres». «Fuimos las mujeres las que transformamos el Ni una Menos en 2015 traducido en el que el Estado es responsable», dijo.
Del debate también participaron psicólogas, alumnas y docentes de distintos niveles y lugares del país que fueron dando parecer en relación al problema de la falta de implementación de la Educación Sexual Integral.
Entre las respuestas, Ornella, quien colabora ad honorem en un gabinete para la aplicación de la ESI en colegios, remarcó la necesidad de que exista mayor cantidad de material escrito para compartir entre las instituciones.
La profesional apuntó que «lo que no se escribe y se dice, no existe» y por ello insistió en «compartir experiencias y hacer redes desde las prácticas», lo que fue compartido por varias participantes que sumaron la necesidad de «no abandonar las calles» en el reclamo, y de generar «más escritos con testimonio de lo que ocurre en la aulas para contratastar perspectivas».