El Gran Premio de China de Fórmula 1, que se correrá mañana, será protagonista de un hito en la historia de la máxima categoría del automovilismo mundial: las 1000 competencias desde su nacimiento, allá por 1950.
No será un número más en el derrotero de la Fórmula 1, que a través de este millar de pruebas, encierran un sinfín de hechos memorables, inolvidables, fantásticos e irrepetibles.
Fue el 13 de mayo de 1950, en el mítico circuito de Silverstone de Gran Bretaña, el día que el italiano Giuseppe Farina, con un Alfa Romeo, ganó la primera carrera puntuable de F1.
En esa jornada también debutó un tal Juan Manuel Fangio, con otro Alfa, pero la mala suerte de ese talento nacido en Balcarce hizo que abandonara en su primera incursión por Europa.
Los autos de ésa primera época eran con motor delantero de 4.500 cc, aspirados, y de 1.500 cc con turbocompresor, sin límite de peso, y con escasos avances aerodinámicos.
Farina no sólo se impuso en el nacimiento de la F1, sino que también fue el primer campeón mundial, y el «Chueco» Fangio fue subcampeón, un año antes de ceñirse la primera de sus cinco coronas en la categoría.
Otro hecho memorable de 1951 fue el que protagonizó el arrecifeño José Froilán González, el 14 de julio, cuando condujo al triunfo por primera vez a una Ferrari, y enterneció el corazón de Il Commendatore» don Enzo Ferrari.
Así como en los comienzos de la F1 hubo circuitos emblemáticos como Silverstone en Inglaterra, Nurburgring de Alemania, Spa-Francorchamps en Bélgica y Monza en Italia, Argentina tuvo el suyo. Ante el clamor de corredores argentinos y europeos, el presidente Juan Domingo Perón se fijó la meta de construir un autódromo en el país para que se dejara de correr en circuitos improvisados de Retiro o Palermo.
El 9 de marzo de 1952 se inauguró el autódromo «17 de Octubre», hoy hermanos Oscar y Juan Gálvez, y en 1953 se corrió F1 por primera vez en ese lugar, con el italiano Alberto Ascari (Ferrari) como ganador.
A medida que promediaba la década, los autos fueron mejorando en todos los aspectos, y la aparición de las «Flechas de Plata» de Mercedes, en 1954, le dieron aires de «modernidad» a la categoría. Fue así que esa herramienta la utilizó muy bien Fangio para ganar su segundo título.
Pilotos de la talla de Giusepe Farina, Alberto Ascari, Mike Hawthorn, Stirling Moss, Phill Hill fueron modelando la rica historia de la década inicial de la F1.
Otro mojón importante se dio en 1958 cuando ganó por primera vez un auto con motor trasero y fue el británico Stirling Moss que llevó al triunfo al Cooper Climax en el Gran Premio de la República Argentina.
Enzo Ferrari, acérrimo defensor de los autos con motor delantero, había lanzado la memorable frase: «El caballo debe ir por delante del carro, y no al revés», pero luego «Il Commendatore» se adaptó al progreso y construyó un máquina con impulsor trasero.
En 1967 se produce la primera «revolución» con la aparición del motor Ford Cosworth, nacido de la sociedad Mike Costin y Keith Duckorth, y fue el escocés Jim Clark quien lo llevó al triunfo ese año en Silverstone.
Jim Clark, que murió el 7 de abril de 1968 en Hockenheim, Alemania, en una carrera de Fórmula 2, había sido una de las apariciones más fulgurantes en la década, pues era considerado como uno de los «mejores» en el selecto grupo de grandes pilotos.
El austríaco Jochen Rind resultó el único corredor campeón postmorten de la F1 y eso sucedió porque el hombre de Lotus, faltando tres competencias para la finalización del campeonato, se mató en Monza.
Rind (nació el 18 de abril de 1942) fue contemporáneo de Carlos Reutemman y encontró la muerte en la famosa curva parabólica de Monza. Aguerrido y combativo como pocos en las pistas, el austríaco graficó alguna vez: «Tener un auto de carrera bajo control es una expresión del arte».
A lo largo de su historia, la Fórmula 1 tuvo también lugar para las mujeres y fueron cinco las que se animaron: las italianas Lella Lombardi (sumó 0.5 puntos), María Teresa de Filippis y Giovanna Amatti; la sudafricana Desiré Wilson y la inglesa Divina Galica.
Después de 999 carreras, el alemán Michael Schumacher se ubica como máximo campeón con siete títulos (ganó 91 carreras), seguido por el inglés Lewis Hamilton, con cinco títulos y 71 competencias ganadas. Fangio también ostenta cinco coronas y el mejor coeficiente de eficacia en la historia de la categoría con 24 triunfos en 51 Grandes Premios disputados.
El alemán Sebastian Vettel, con cuatro coronas en su haber, ganó 52 carreras, mientras que el francés Alain Prost, que también ganó cuatro títulos, se impuso en 51 ocasiones.
El tricampeón mundial brasileño Ayrton Senna alcanzó 41 triunfos y es considerado como el mejor piloto de la historia de la F1; en tanto que el español Fernando Alonso, con dos títulos, triunfó en 32 carreras, y el británico Nigel Mansell, con un campeonato, ganó 31 veces.
El tricampeón británico Jackie Stewart, con tres campeonatos, ganó 27 veces; el escocés Jim Clark -bicampeón- triunfó en 25, y el austríaco Niki Lauda, tricampeón de la especialidad, también 25.