Sus asesores llevaron tranquilidad al afirmar que hoy será dada de alta tras someterse a exámenes clínicos, sin precisar cuál es el diagnóstico
La expresidenta brasileña, Dilma Rousseff, fue trasladada en la noche del lunes a un hospital de Porto Alegre tras sentirse indispuesta pero sus asesores llevaron tranquilidad al afirmar que hoy será dada de alta tras someterse a exámenes clínicos, sin precisar cuál es el diagnóstico.
Rousseff, acompañada por el médico Paulo Caramori, «está siendo sometida a pruebas en el Hospital Moinho de Ventos, en Porto Alegre, luego de sentirse incómoda la noche del lunes», indicaron su allegados.
La exmandataria, de 73 años, recibió la primera dosis de la vacuna contra la Covid-19 en marzo de este año.
La asesoría del Partido de los Trabajadores (PT) informó que Dilma participaba la noche del lunes de una reunión virtual cuando tuvo una indisposición y habría comentado que no se sentía bien, informó el medio local OGlobo.
Después del encuentro virtual, Miguel Rossetto, exdiputado federal y exministro en el Gobierno de Dilma, se acercó a su domicilio y desde ahí decidieron ir al hospital para realizar unas pruebas, informó el PT a través de un comunicado.
«Ella sigue en observación. Hizo las pruebas y los resultados han sido buenos», detalló la agrupación, aunque ni desde el partido ni desde el hospital se especificó la causa del malestar.
Nacida en Belo Horizonte, la expresidenta construyó su carrera política en Porto Alegre.
En 2016, después de dejar el Palacio de Alvorada, la casa de Gobierno, Rousseff regresó a la capital de Rio Grande do Sul, donde vive parte de su familia.
Rousseff, quien no ha ostentado cargo público desde que dejó el cargo de manera abrupta a través de un juicio político al ser acusada de romper las leyes presupuestarias, estuvo muy activa durante la pandemia, participando en encuentros virtuales con la prensa, simpatizantes y el partido.