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La estigmatización de la obesidad afecta todas las facetas de la vida de quienes la padecen


 

La doctora Mónica Katz y el doctor Alberto Cormillot, médicos especialistas en alimentación, afirmaron que «la estigmatización de la persona con obesidad afecta todas las facetas de su desarrollo personal». Los profesionales alegaron que «dificulta sus relaciones, su inserción social, su progreso académico y profesional».

Katz, presidenta de la Sociedad Argentina de Nutrición (SAN), y Cormillot, Diplomado en Enfermedades Crónicas y Director de la Carrera de Nutrición de la Universidad Isalud, dijeron que el exceso de peso incrementa el riesgo de desarrollar en el tiempo un amplio número de enfermedades que involucran prácticamente a todos los órganos y procesos fisiológicos del cuerpo, deteriorando la calidad de vida y aumentando el riesgo de mortalidad.

«Llamativamente, las personas con exceso de peso son las que menos denuncian discriminación, a pesar de que se encuentran a la cabeza de la percepción general como uno de los grupos más discriminados», consignó Mónica Katz.

Por su parte, Cormillot indicó que dichas personas: «Habitualmente son estereotipadas como vagas y con poca voluntad para encarar un tratamiento de descenso de peso. El problema es que no se trata solo de saber lo que hay que hacer, sino de poder hacer lo que se sabe que hay que hacer».

Durante un encuentro con los medios de prensa organizado por el laboratorio Novo Nordisk, ambos médicos insistieron en que la obesidad es una enfermedad crónica, con desencadenantes genéticos, fisiológicos, metabólicos, ambientales, sociales y psicológicos, que incrementa el riesgo de desarrollar en el tiempo un amplio número de enfermedades.

Solo por citar las principales, los especialistas mencionaron la resistencia a la insulina y diabetes tipo 2, alteraciones en los lípidos, hipertensión arterial, infarto y accidente cerebrovascular (ACV), problemas articulares (artrosis), hígado graso, depresión, ansiedad, enfermedades pulmonares y algunos tipos de cáncer (colon, útero, mama, riñón, ovario, páncreas, próstata, esófago, hígado y algunos tipos de linfoma).

Recomendaciones

«Contar con alimentos disponibles en el hogar de mejor calidad nutritiva, comer lento con bocados chicos y masticando mucho, no discutir durante la ingesta, hacer tangible el volumen de la comida, por ejemplo fotografiando el plato, tener en cuenta que ‘no es la última cena’ y recordar que ‘elegimos ser saludables’, son algunos de los consejos que solemos recomendar en nuestra práctica diaria, pero nunca prohibiendo un alimento en particular, ya que las prohibiciones lo único que generan son incertidumbre y mayor deseo», graficó Katz.

En tanto, Cormillot sostuvo: «El plato de los argentinos debe contener porciones más pequeñas, mayor cantidad de legumbres, hortalizas y frutas y verduras en general, alimentos aireados (como suflés o batidos) y fundamentalmente evitar la sal, los azúcares agregados, el alcohol y las grasas saturadas. Ayuda también distribuir la ingesta en el tiempo a modo de colaciones cada 2 ó 3 horas«.

Ambos coincidieron en la importancia de reconocer al exceso de peso como una enfermedad crónica que debe ser tratada de por vida con un seguimiento a cargo de profesionales de la salud.

La doctora precisó: «Hoy tenemos que enfrentar al ‘intrusismo’, que es el ejercicio de una actividad pseudoprofesional a cargo de personas que no están matriculadas ni entrenadas para hacerlo. Seguir sus consejos contribuye a perpetuar las causas de la obesidad y desalienta la visita al médico o al nutricionista, que son los profesionales preparados para atender la enfermedad».

Por su lado, Cormillot comentó que algunas personas prefieren escuchar «un relato» que les resulta atractivo en lugar de atenerse al pensamiento científico comprobado y allí aparecen dietas en base a un solo grupo de alimentos o se demonizan otros y se los deja de consumir renunciando a los nutrientes que estos aportan.

«Al momento de enfrentarse con un alimento, compiten el pensamiento rápido con el pensamiento lento. El primero es impulsivo y buscará llevarse el alimento a la boca, el segundo es más reflexivo y sabrá asumir cuándo ha sido suficiente. El punto está en lograr que prevalezca el pensamiento lento y entender que no debe predominar lo que más me gusta, sino lo que más me importa», insistió el doctor.

Con respecto al tratamiento farmacológico, ambos remarcaron que afortunadamente hoy se dispone de varias alternativas de medicamentos efectivos que, recetados por un médico y con su estricto seguimiento, pueden contribuir al éxito, pero siempre sumados a un cambio en el estilo de vida que incluya una alimentación balanceada y un programa sistemático de actividad física.

En cuanto a la composición de los alimentos, Cormillot dijo que «sin ninguna duda la reformulación de los alimentos y la reducción de las porciones son medidas inevitables y urgentes» mientras que Katz agregó: «La industria debería producir alimentos que generen mayor saciedad en base a un mayor contenido de fibras, proteínas, agua y aire».

Finalmente, al referirse a la obesidad como disciplina, ambos destacaron que es una especialidad de frontera: «No alcanza con ser nutricionista, endocrinólogo, diabetólogo, psicólogo o deportólogo; es necesario capacitarse para tratar el exceso de peso«, afirmaron, al tiempo que aprovecharon para criticar enfáticamente a las dietas restrictivas, de menos de mil calorías diarias, que solo generan ‘efecto rebote’.