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La escuela donde no hay pruebas, se trabaja en equipo y brilla la solidaridad


Desde hace cuatro años, en la localidad de Santa Teresa, el colegio “José Estrada” propone un modelo diferente. CLG dialogó con su director y mentor, Ariel Rotondo

Por Diego Carballido

La localidad de Santa Teresa está a unos 50 kilómetros al sur de Rosario. En este pueblo de unos 3.000 habitantes funciona la escuela ISPI 9073 “José M. Estrada”, un lugar donde desde hace cuatro años funciona un innovador modelo de educación secundaria. Quien puso en marcha esta apuesta desde lo educativo fue su director, Ariel Rotondo, quien en diálogo con CLG aseguró: «Es un cambio cultural. Sin renegar de la escuela tradicional, pero es momento de pensar en una escuela nueva que genere personas curiosas, que se cuestionen y se pregunten sobre otras alternativas», y adelantó: «Creemos que este modelo se puede aplicar en cualquier lugar».

Son varios los aspectos que diferencian a esta escuela de otros establecimientos. Al respecto, Rotondo detalló: «Queríamos hacer algo por la educación poniendo el foco en los estudiantes y después de pensarlo un tiempo, en agosto de 2015, decidimos poner en marcha esta experiencia educativa. Al comienzo, era solo trabajar en proyectos y fuimos dejando de tomar evaluaciones. Con los años lo fuimos perfeccionando y, en la actualidad, ya no se toman pruebas y se califica de otra manera al alumno».

El año que viene se va a graduar la primera promoción de este nuevo modelo de secundaria donde los alumnos no están ubicados en los tradicionales bancos sino en rondas donde discuten la evolución de los diferentes proyectos. Siempre se trabaja en grupos, donde luego se pone en común lo desarrollado. «Cuando el docente considera que transcurrió el tiempo suficiente, se hace una ronda y cada equipo presenta su trabajo y, ese momento, el docente oficia de moderador. Ahí se decide si faltan explicar algunas cuestiones o si es necesaria la visita de algún especialista a explicar el tema», amplió Rotondo.

Durante las evaluaciones, los grupos intentan comunicar al resto cuáles fueron sus logros y dan un detalle de cómo los obtuvieron. El docente, en esa instancia, ayuda con las explicaciones que estaban desarrollándose y también puede evaluar cuáles son las mejores opciones, o propone nuevos desafíos. En el ISPI 9073 existen niveles de logro y uno de ellos es el trabajo colectivo. «La nota más alta implica que también te destaques en la ayuda con el otro. Algo que hace muy colaborativo a este modelo», explicó Rotondo.

«Cada día, existen tres horas de espacios de aprendizaje activos en los salones, o cualquier lugar de la escuela, con trabajos por equipos. Después hay una hora y media de talleres vinculados a las vocaciones de los alumnos, la innovación y la creatividad, junto con la participación en espacios como los centros de estudiantes. Además, existen espacios de ajedrez, teatro y taller de ciencia», contó Rotondo y agregó: «A los talleres van todos mezclados, desde primero a quinto año».

«Si bien tenemos presentes a pensadores tradicionales de la educación, nos enfocamos en formatos nuevos y experiencias como la de Finlandia o España. Sin embargo, fueron inspiradores no tanto como sustento pedagógico ya que nosotros trabajamos en base a tres pilares propios”, explicó Rotondo. Esos tres pilares son volver a pensar la función del docente, buscar una escuela transparente en la toma de decisiones y  una participación activa de todos los actores que intervienen en la función educativa. “Por eso, en nuestras reuniones plenarias están los delegados de los cursos, porque no existen las decisiones tomadas solamente por los docentes», aclaró Rotondo.

Los denominados «espacios de aprendizaje activos” vienen a reemplazar a las tradicionales materias que caracterizan a la secundaria. En este establecimiento existen áreas troncales como Nuestro Cuerpo, Nuestra identidad, Nuestro lugar, Nos comunicamos, Matemática al 100%, Administramos nuestro hogar, Nuestro negocio y Nuestra empresa.

«Buscamos que los alumnos encuentren su proyecto de vida, que aprendan sobre la colaboración en el aprendizaje. Porque se aprende gracias a otro», compartió el director de esta nueva propuesta educativa y agregó: «Queremos avanzar sobre la autonomía, no entendida solo como libertad, sino como la responsabilidad de realizar acciones pensando en el otro».

Rotondo afirmó que desde que pusieron en práctica este sistema han logrado bajar la deserción escolar y equiparar el nivel de los chicos. Respecto a las dudas que puede generar esta nueva forma de transitar los estudios secundarios, Rotondo concluyó: «Entiendo que el paso entre aquello que no funciona hacia algo que no sabes si va a funcionar puede generar algunas inseguridades, pero es necesario pensar en una nueva escuela».