El índice de actividad volvió a retroceder en junio y enciende alarmas en la provincia. La caída impacta en el poder adquisitivo de los trabajadores, la demanda laboral y la industria
La economía de Santa Fe atraviesa un nuevo retroceso. En junio de 2025, el Índice Compuesto Coincidente de Actividad Económica (ICA-SFE), elaborado por la Bolsa de Comercio de Santa Fe, marcó una baja mensual del 0,6%.
Aunque en la comparación interanual aún se mantiene en terreno positivo (3,2%), el acumulado de los últimos cuatro meses refleja una contracción del 2,6%, lo que compromete las proyecciones de crecimiento anual.
La caída responde a factores múltiples: la política cambiaria, la apertura de importaciones, la volatilidad de las tasas de interés y los precios internacionales desfavorables para el agro. A eso se suman los crecientes costos internos que complican la competitividad de empresas y trabajadores.

El informe advierte que el impacto ya se siente en el mercado laboral: mientras los puestos de trabajo registrados crecieron apenas un 0,2% en junio, la demanda laboral cayó 1,2% en el mes y casi 10% en relación con 2024.
Los salarios reales retrocedieron un 1,1% en junio, lo que implica pérdida de poder de compra. En los supermercados, las ventas cayeron 0,9% y siete de los once rubros analizados mostraron retrocesos, confirmando la presión sobre el bolsillo de las familias santafesinas.
La industria tampoco escapa a la crisis: la producción cayó 0,1% en junio y la tendencia es de estancamiento. El consumo energético de las fábricas refleja la contracción: el gas industrial se desplomó 24,2% interanual y la electricidad encadenó siete meses seguidos de baja.

En paralelo, la Cámara de la Industria Aceitera (CIARA) informó que la molienda de soja en julio se redujo a 3.782 millones de toneladas, lo que representa 273 mil toneladas menos que en junio. Además, el ingreso de divisas en agosto cayó 55% en comparación con el mes anterior.
El panorama refuerza la preocupación: salarios más débiles, empleo en baja y un consumo que no se reactiva, en una economía santafesina que empieza a mostrar señales de alerta más firmes.
