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La deuda mundial aumentó 28 puntos porcentuales del PBI en 2020 y es récord de US$ 226 billones


De esta manera, en 2020 se produjo el "mayor aumento de la deuda en un año desde la Segunda Guerra Mundial", afirmaron

La deuda mundial aumentó 28 puntos porcentuales a 256% del PBI global en 2020, según la última actualización de la base de datos del FMI, afirmaron los especialistas Vitor Gaspar, Paulo Medas y Roberto Perrelli en una publicación el blog del organismo. Allí, los analistas explicaron que «las autoridades tienen que encontrar el equilibrio entre el fuerte endeudamiento y la suba de la inflación».

En 2020 se produjo el «mayor aumento de la deuda en un año desde la Segunda Guerra Mundial»: la crisis financiera mundial y la profunda recesión hicieron que la deuda mundial aumente a US$ 226 billones, resaltaron.

Antes de la crisis el nivel de endeudamiento ya era elevado, pero ahora «los Gobiernos se enfrentan a un mundo con niveles inusitadamente altos de deuda pública y privada, nuevas mutaciones del virus y creciente inflación», advirtieron.

El endeudamiento púbico contribuyó un poco más de la mitad del aumento, y el coeficiente de deuda pública se disparó a un nivel sin precedentes de 99% del PBI; y la deuda privada de empresas no financieras y hogares también alcanzó nuevos máximos.

Según el FMI, las economías avanzadas y China representaron más de 90% de los US$ 28 billones en que aumentó la deuda en 2020 mientras la mayoría de las economías en desarrollo se enfrentan a un acceso limitado a los fondos y a menudo con tasas de interés más altas.

Tanto los países de mercados emergentes como los de bajo ingreso enfrentan coeficientes de deuda elevados debido a una fuerte reducción del PBI nominal en 2020.

La deuda pública en los mercados emergentes alcanzó máximos sin precedentes y en los países de bajo ingreso aumentó a niveles no observados desde 2000.

El fuerte aumento de la deuda estuvo justificado por la necesidad de «proteger la vida de las personas, preservar los empleos y evitar oleadas de quiebras», explicaron, y resaltaron que «si los gobiernos no hubieran tomado medidas, las consecuencias sociales y económicas habrían sido devastadoras».

Pero la escalada de la deuda amplifica las vulnerabilidades, sobre todo a medida que las condiciones de financiamiento se tornan restrictivas: Los mayores niveles de endeudamiento limitan en muchos casos la capacidad de los gobiernos para apoyar la recuperación y la capacidad del sector privado para invertir a mediano plazo.

Por ello, consideraron que un «desafío crucial» radica en «encontrar la combinación justa de políticas fiscales y monetarias en un entorno de deuda elevada y creciente inflación».

Las políticas fiscales y monetarias afortunadamente se complementaron durante los peores momentos de la pandemia; y la política monetaria ahora está reorientándose, como es debido, hacia el aumento de la inflación y las expectativas inflacionarias.

Los especialistas alertaron que «es posible que se agudicen las preocupaciones en torno a la sostenibilidad de la deuda» e indicaron que «los riesgos se verán amplificados si las tasas de interés mundiales aumentan más rápido de lo previsto y si el crecimiento es vacilante».

«Un endurecimiento importante de las condiciones financieras agudizaría la presión sobre los gobiernos, los hogares y las empresas más endeudados. Si los sectores público y privado se ven obligados a desapalancarse simultáneamente, las perspectivas de crecimiento se empañarán», precisaron.

Por ello, señalaron, «lo crucial será encontrar un equilibrio adecuado entre la flexibilidad de las políticas, la agilidad para adaptarse a las circunstancias cambiantes y el compromiso con planes fiscales a mediano plazo creíbles y sostenibles; esta estrategia reduciría las vulnerabilidades de la deuda y facilitaría la tarea de los bancos centrales de contener la inflación».