Opinión

La desconfianza a lo que viene


Por Manuel Adorni. Economista, conductor y columnista en Radio Rivadavia

La incertidumbre en lo que viene es lo que reina hoy en la Argentina. La calma cambiaria, el Banco Central que dejó de perder reservas y el viaje de Sergio Massa a los Estados Unidos en algunos días son solo pequeñas partes de una coyuntura extremadamente compleja.

El recorte en el gasto público anunciado hace algunos días fue simplemente un intento de llegar a la primera de cientos de postas que se tienen por delante.

Un recorte presupuestario absolutamente marginal en términos cuantitativos que demuestra más ser un mensaje a cierto sector del mercado que una maniobra que vaya en línea con resolver uno de los grandes problemas estructurales -e históricos- de la República Argentina: el déficit fiscal.

La liquidación de exportaciones no logra encaminarse. A pesar del récord del primer semestre del año, el Gobierno calcula que aún hay algo más de 5,5 millones de toneladas de granos que deben liquidarse, aunque nadie parece estar dispuesto a hacerlo a este tipo de cambio.

Si bien el primer semestre arrojó exportaciones dependientes del agro por 31.000 millones de dólares (un 21 por ciento más que el mismo período del año 2021), las cantidades exportadas han descendido y solo se dio este resultado en virtud de los buenos precios internacionales que reinaron en buena parte de la primera parte del año.

El gran dilema de Sergio Massa será en estos tiempos definir qué pretende hacer con el tipo de cambio.

La disyuntiva entre devaluar (de manera más brusca de como lo viene haciendo el BCRA a diario con sus «micro devaluaciones»), mejorar los tipos de cambio para alguno de los sectores exportadores o hacer el intento de generar las suficientes expectativas como para aguantar en el tiempo sin la necesidad de hacer cambios profundos que profundicen aún más el clima político y social.

El «dólar soja» ha sido un gran fracaso. Apenas se han liquidado 4 millones de dólares. Ya lo dijeron los productores: «Estamos para producir, no para hacer trámites burocráticos».

Hoy Massa estaría evaluando alguna mejora en el esquema aunque parece que no alcanzaría para poder sobrevivir lo que queda del año.

La semana del 6 de septiembre (según información oficial) la comitiva económica encabezada por el ministro de Economía partirá rumbo a Estados Unidos en búsqueda de buenas noticias.

Pasarán sus días entre Washington DC y Houston, entre inversores y organismos internacionales. Nadie quiere invertir ni prestar dinero a la Argentina por una simple razón: no están dadas las condiciones de negocios y somos un país camino a la insolvencia crónica.

Lo cierto es que Sergio Massa no pretende demasiado: solo algunos miles de millones que provengan de organismos multilaterales de crédito que le permitan soñar con el plan «Marzo 2023».

En cada crisis cambiaria o fragilidad financiera se encienden todas las esperanzas en el marzo siguiente: comienza nuevamente la liquidación de la cosecha gruesa, los dólares vuelven a ingresar y el pulmón vuelve a recibir algo de oxígeno.

Todo está por verse, incluso qué ocurre si ese marzo del año que viene no llega nunca.