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La DAIA Rosario «ve difícil» el final del conflicto: «Del otro lado no quieren resolverlo de manera pacífica»


El vicepresidente de la DAIA Rosario, Gustavo Blank, habló con CLG sobre cómo está la situación entre Israel y Hamas

La Franja de Gaza transita uno de sus momentos más críticos luego del ataque sorpresivo perpetuado por el grupo terrorista palestino Hamas el pasado 7 de octubre. La escalada de violencia se expandió por toda la zona y potenció un deterioro social sobre un tema que parecía saldado: el antisemitismo. El conflicto bélico ya se cobró más de 5.500 víctimas entre habitantes de Israel y la Franja de Gaza, además existen casi 200 personas secuestradas por el movimiento yihadista e islamista. El 10% de las víctimas, entre fatales y secuestrados, son argentinos, según confirmó a CLG el vicepresidente de la DAIA Rosario Gustavo Blank. En Rosario, en las últimas horas, la Plaza Montenegro fue intervenida con imágenes de los argentinos desaparecidos en el marco de esta guerra.

El directivo de la sede rosarina de la Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas contó cómo se vive el conflicto desde Argentina y analizó lo que sucede en Medio Oriente: «Anhelamos que se pueda solucionar de manera pacífica. Israel y la comunidad judía de todo el mundo pregonan por la paz. Queremos resolver este conflicto. El Estado israelí estaba en medio de un proceso de paz con muchos de los países árabes vecinos y llamó la atención que esto ocurriera en el medio de entendimiento de paz con Arabia Saudita. Ojalá que ese sea el final del proceso. Lo vemos muy difícil, porque del otro lado no hay interlocutores que quieran resolver esto de manera pacífica».

«Lo vemos muy difícil, porque no estamos hablando de que del otro lado hay un interlocutor que decida la paz. Sino que lo único que quiere es, como dicen permanentemente y surge de cada uno de los documentos que publican, la destrucción no solamente de Israel, sino del pueblo judío de todo el mundo», agregó Blank.

El vicepresidente de la DAIA Rosario aseguró que el enfrentamiento armado se vive «con preocupación y tristeza» ya que a partir del ataque de Hamas se están «volviendo a ver situaciones dramáticas de antisemitismo que creíamos desaparecidas porque el mundo iba progresando». En este sentido, calificó como «lamentable» el accionar del grupo que gobierna en la Franja de Gaza y lo definió como «una masacre que han vivido personas de todo el mundo, no solamente israelíes».

Blank añadió que la sensación de «tristeza y angustia» no es sólo por las víctimas fatales sino que se suma la toma de rehenes: «Ver cómo el terrorismo llevó a cabo una de las masacres más grandes que podamos recordar y sobre todo el modo en que lo hizo las imágenes de bebés degollados, prendidos a fuego, que han muerto calcinados, las imágenes de personas ancianas que se los llevaban, generó una angustia muy grande en la población israelí».

El representante de la DAIA en Rosario se tomó el tiempo para aclarar que en Israel «no sólo viven judíos, sino también musulmanes y de distintos credos».

El ataque de Hamas a principios de mes «por primera vez en mucho tiempo» perpetuó «el miedo» en la población: «Duermen vestidos porque tienen que salir a la mitad de la noche a los refugios. Si bien el país nunca se paraliza, sí veo que en esta oportunidad, por primera vez, ha generado una conmoción mayor a lo que estaban acostumbrados a vivir».

Rosario se vio involucrada en el conflicto debido a un grupo de estudiantes de la escuela ORT que se encontraba en su viaje de estudios y tuvo que ser evacuado de urgencia en los vuelos de repatriación organizados por el Gobierno nacional.

Por último, Blank aseguró que el conflicto está distante de ser por motivos territoriales y lo vinculó a un ataque religioso: «Claramente es utilizada como excusa, porque si no, no se entiende que hace dos días hubo ataques en sinagogas en España, Estados Unidos, París y México. Se ven ataques de violencia física y verbal contra miembros de la comunidad judía en todo el mundo. El problema no es territorial cuando nosotros en Argentina hemos sufrido dos atentados. Uno a la embajada de Israel, que podría catalogarse como un conflicto político, y el otro en la AMIA que no tiene ninguna vinculación con Israel. Es la institución de la comunidad judía de Argentina que se dedicaba a actividades de caridad y asistencialismo. Entonces, ¿de qué forma se puede vincular eso con una cuestión política?».