CLG dialogó con Gerardo Di Cosco y Daniel Rubio, quienes se refirieron al duro momento que atraviesa la industria panadera.
Las panaderías están atravesando una de las peores situaciones de las que se tenga recuerdo. En Rosario, sólo en 2018 cerraron 60 locales, un número impactante y angustiante para lo que es la producción local. De cara a un 2019 que no parece dar indicios de mejoría, la Federación de Panaderos de Rosario le envió una carta al presidente Mauricio Macri para que intervenga en la «grave crisis» del sector.
Por eso CLG dialogó con Gerardo Di Cosco, titular de la Asociación de Industriales Panaderos en Rosario, y con Daniel Rubio, tesorero de la misma institución. Ambos se refirieron al duro momento que atraviesa la industria panadera, producto de los desmedidos tarifazos en servicios y los aumentos en el trigo y la harina.
«Estamos pidiendo lo mismo que todas las pymes del país: la suspensión de los cortes de luz y agua, retrotraer las tarifas a diciembre de 2017, un control sobre el precio de la harina y el trigo», explicó Di Cosco sobre la carta enviada a Macri. Y agregó: «El 50% de las cuentas corrientes de los panaderos del país están embargadas. Sabemos que no vamos a tener respuestas, lamentablemente a estos gobiernos neoliberales no les importa nada«.
Por otra parte, el titular de los panaderos rosarinos vaticinó un panorama oscuro: «Creemos que el 2019 va a ser peor que el 2018. Tengo casi 30 años de panadero. Mi local tiene 80 años y ni mi abuelo me contó de una situación parecida. Esto es peor que 2001«. Y añadió: «En 2001 tampoco había trabajo y también habían abierto las importaciones, pero la gran diferencia era que los servicios y las materias primas no aumentaban».
Daniel Rubio, tesorero de la institución y dueño de una panadería céntrica, también comparó el presente con la crisis social de hace 18 años: «Esto no lo atravesamos ni en 2001. Esa vez tuvimos cuatro o cinco meses donde la situación era insostenible, pero con el tiempo hubo un repunte en el consumo. Luego hubo una sucesión de gobiernos donde el cuadro tarifario no se vio muy afectado, por eso podíamos funcionar bastante bien».
«El problema es que ahora cambiaron totalmente las reglas de juego y nos están llevando puestos. Aumentamos los productos del mostrador en un 28 o 29%, cuando la luz en un año subió 70%; y lo del gas en incalculable«, explicó. «Para que se den una idea, antes pagábamos $1.200 de gas por bimestre y ahora estamos pagando $30.000 por mes«, contó, indignado.
Por último, aseguró que con sólo un subsidio no alcanza: «Una de las peleas que estamos planteando es pedirle al gobierno que nos de una tarifa subsidiada, eso sería un paliativo, pero también necesitamos que le bajen el costo de los servicios a los consumidores. A mi vecino se le va en luz y gas un 25% de lo que gana. ¿Cuánto le queda para venir a mi negocio?«.
Mirá la entrevista completa con Daniel Rubio, acá: