Ciudad

La crisis económica no para de golpear: fuerte caída en ventas de pan y facturas en Rosario


Desde el sector advierten de un retroceso de un 30%. Esgrimen la caída del poder adquisitivo, el aumento de tarifas y el encarecimiento de las materias primas

En medio de la profunda recesión económica que atraviesa el país, la venta de pan y facturas en Rosario ha sufrido una significativa disminución del 30% en términos nominales. La combinación de la pérdida de poder adquisitivo del salario, el aumento en las tarifas de servicios y el encarecimiento de las materias primas ha golpeado duramente al sector panadero local.

Los panaderos señalan que, a pesar de estar en la temporada alta de ventas de panificaciones debido al clima frío, la demanda ha caído drásticamente. «La gente viene a comprar 200 pesos de pan», lamentaron, destacando la magnitud del declive en el consumo.

El incremento desmedido en las tarifas de servicios es uno de los factores que ha contribuido a esta situación. En los últimos seis meses, las tarifas eléctricas aumentaron aproximadamente un 250%, mientras que las de gas se incrementaron entre un 300% y un 400%, además del aumento en el precio del agua. Esta escalada en los costos operativos se suma al encarecimiento de las materias primas, como la harina de trigo, cuyo costo ha aumentado hasta un 30% en el último mes.

Como resultado, los precios de las facturas han experimentado un aumento del 15%, mientras que el pan ha subido un 20%. Actualmente, un kilo de pan oscila entre 2000 y 2400 pesos, mientras que las facturas tienen un costo de entre 350 y 500 pesos cada una.

Los comerciantes han tenido que absorber esta diferencia de costos para no desalentar aún más las ventas, lo que ha llevado a una reducción de la rentabilidad en el sector. «Estamos tratando de subsistir de alguna forma, porque no podemos acompañar las subas con los precios», lamentó un panadero local en diálogo con La Capital.

La crisis se refleja en la cantidad de personas que se acercan a comprar productos, con muchos clientes pidiendo cantidades mínimas de pan debido a sus limitaciones económicas. Además, se observa un aumento en la clandestinidad en el rubro, con la proliferación de panaderías «negras» que operan sin habilitación debido a la imposibilidad de mantenerse a flote con los altos costos operativos.

Ante esta situación, las panaderías que aún permanecen en funcionamiento se enfrentan a dificultades financieras, realizando malabarismos para cumplir con sus compromisos y financiándose como pueden. La incertidumbre y la falta de respuestas agravan aún más la crisis del sector, dejando a muchos comerciantes en una situación desesperada.

El aumento en el precio del trigo, impulsado por los incrementos en los mercados internacionales y la posibilidad de exportación, ha contribuido aún más a la crisis del sector panadero. Los panaderos enfrentan desafíos significativos para mantener sus negocios a flote en medio de una coyuntura económica desfavorable y una demanda en declive.