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La cooperativa de internos de la Unidad N°6 produce barbijos durante la pandemia


Ziza es uno de los pocos emprendimientos en el país integrado por internos de una unidad penitenciaria y sus familiares, junto a otras entidades. En plena crisis por el coronavirus, se reinventaron

Por Diego Carballido

La cooperativa textil Ziza es el resultado de muchos años de trabajo y articulación entre los internos de la Unidad penitenciaria Nº 6, ubicada en Avenida Francia 4800, y el colectivo La Bemba del Sur; junto con el programa de Educación en Cárceles y la Dirección Socio-Educativa en Contextos de Encierro del Área de Derechos Humanos de la UNR. Se trata de un espacio donde se trabaja en primer lugar en contexto de encierro, para luego coordinar tareas con un taller puertas afuera, donde hacen labores incluso familiares de los detenidos. En medio de la pandemia, se embarcaron en un proyecto para confeccionar barbijos.

A principios de este año, luego una capacitación y la obtención de las herramientas necesarias, la cooperativa había comenzado a dar sus primeros pasos como emprendimiento textil hasta la llegada de la pandemia de coronavirus, que imposibilitó el normal funcionamiento de Ziza.

«Cuando empezó la pandemia se paró todo», explicó Marcelo Romano, presidente de la cooperativa, en diálogo con CLG. «Ya habíamos terminado la capacitación y estábamos empezando a recibir los primeros encargos», agregó.

Con el paso de las semanas de aislamiento, los integrantes de Ziza comenzaron a diseñar las estrategias para, poco a poco, volver a poner en marcha el emprendimiento.

«Antes de la pandemia estábamos haciendo un pedido de camisetas de fútbol para la ciudad de Santa Fe, que conseguimos por intermedio de la Fecootra (Federación de Cooperativas de Trabajo de la República Argentina) y que tuvimos que suspender, pero lo vamos a retomar en unos días”, contó el hombre, que agregó que, en la medida que fueron obteniendo las condiciones de seguridad necesarias, empezaron a barajar la posibilidad de volver a producir uno de los elementos más requeridos producto de la pandemia: barbijos.

«Acabamos de entregar un pedido de 500 barbijos y ahora estamos realizando 500 más», detalló Romano y aseguró: «De alguna manera está queriendo arrancar«.

Ziza funciona mediante la coordinación entre 24 internos de la Unidad Penitenciaria Nº6 y un taller que funciona en barrio Triángulo (Deán Funes 5128) donde trabajan los familiares de los mismo internos. «Las decisiones se toman por medio de asambleas y todo se debate. Qué vamos a hacer, cómo vamos a trabajar y en qué días, todo se debate en conjunto con la gente de la Bemba del Sur», explicó.

«Nuestro emprendimiento cuenta con el apoyo de la Universidad Nacional de Rosario, en especial de Mauricio Manchado y María Chiponi, quienes están dando todo por este proyecto», contó el presidente de la cooperativa y aseguró que «hacen un gran esfuerzo para que no falten insumos» y para que se pueda trabajar «con todas las medidas de seguridad».

Marcelo Romano además de ser el referente de Ziza es vendedor ambulante, su hijo Jesús está detenido en la Unidad Nº 6 y es quien se encarga de la coordinación de Ziza dentro de la Unidad. «Tenemos expectativas de que va a salir pronto y gracias a este proyecto, está capacitado para contar con una salida laboral», afirmó.

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