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La cooperativa de cadetes que intenta resistir al boom de las aplicaciones


La llegada masiva de sistemas de entrega de pedidos profundizó una crisis en la actividad de los cadetes, y es por ese motivo que se alzan en lucha a través de Coopexpress.

Por Diego Carballido

La llegada masiva de aplicaciones de entrega de pedidos no sólo generó una fuente de trabajo cuyas condiciones de contratación generan polémicas por ser desfavorables a los trabajadores, sino que también profundizó la crisis de otros emprendimientos del rubro que existen desde hace años.

Coopexpress Logística Urbana. Ese es el nombre de la única cooperativa de cadetes que funciona en la ciudad desde hace cinco años. «En el último tiempo disminuyo nuestro trabajo principalmente por dos cuestiones: la crisis general que atraviesa el país desde hace más de dos años, que se acentuó durante el 2017, y la llegada de las aplicaciones que definitivamente nos terminaron de hundir», expresó Gustavo Yedro, presidente de Coopexpress, en diálogo con CLG.

Este emprendimiento cooperativo alberga a casi 60 cadetes, los cuales han visto reducido su trabajo “casi en un 40%”. «La situación es preocupante y no vemos expectativas de mejoras» advirtió Yedro.

Trabajar sobre dos ruedas

El servicio de cadetería tuvo su origen hace varias décadas cuando, en un principio, el trabajo administrativo necesitó delegar algunas tareas que se realizaban exclusivamente en la calle y demandaban tiempo. Sin embargo, durante los ’90, esta actividad tuve un auge inusitado. «Fue en el marco de un alto grado de desocupación”, explicó Yedro, y agregó: “Eran tiempos en donde mucha gente se quedaba sin trabajo y agarraba lo primero que tenía a mano, ya sea una moto o un auto, y se dedicaba a hacer cadetería”. Para el dirigente, «hoy nos está pasando nuevamente».

Según la mirada del presidente de Coopexpress, el rubro de la cadetería se viene desarrollando «desde hace mucho años en un marco de informalidad», para lo cual, el desafío que tienen desde su emprendimiento es «profesionalizar nuestra actividad porque el cadete tiene una especie de estigma marcado desde siempre. En ese sentido, nuestra cooperativa tiene como característica brindar un buen servicio de manera profesional, lo cual quedará a evaluación de quien nos contrate».

En la medida que proliferaron las aplicaciones que ofrecen un servicio de entrega, bajo condiciones laborales que no son muchas veces favorables para los trabajadores, también comenzó a tomar mayor protagonismo la labor del sindicato que aglutina a todas las personas que desarrollan esta actividad.

“Tenemos un vínculo muy estrecho desde la cooperativa con el sindicato de cadetes y mensajeros”, aclaró Yedro y reconoció que existe un esfuerzo conjunto por lograr que se “regularice” la situación de los casi 10 mil trabajadores, entre mensajeros, cadetes y empleados en moto, que se desempeñan en toda la ciudad.

El boom de las precarizaciones

Solo vasta recorrer un poco las calles rosarinas para encontrarse rápidamente con personas vestidas de uno de los colores que identifican a estas empresas internacionales pedaleando, o en moto, tratando de entregar a contrarreloj algún pedido. Trabajo que cuenta con la supervisión permanente del cliente, a través de una aplicación de celular que, a su vez, también es un registro riguroso de la entrega. Un control que luego impacta en el dinero percibido por el repartidor en carácter de comisión.

“Estas aplicaciones ofrecen un servicio de cadetería dentro de un marco de irregularidades. Por eso pueden contar con un costo que, en promedio, es casi la mitad de los valores que se manejan en el mercado”, dijo Yedro. Según su análisis, este tipo de ofertas laborales proliferan en contextos de crisis económicas porque “se aprovechan de que a los trabajadores el dinero para vivir no les alcance. Entonces, encuentran una posibilidad de hace una moneda extra a través de estas aplicaciones. Todo esto sumado a los desocupados que acceden a una bicicleta o moto y empiezan a prestar el servicio».

Yedro no tuvo duda a la hora de calificar a estas empresas, que se presentan como ‘del futuro’ a modo de «una mentira inmensa». «Les dicen a los cadetes que prácticamente van a pasar a ser accionistas de esas empresas y, al poco tiempo, se dan cuenta de que no es así. Algo que se evidencia en el recambio permanente que existe en su planta de empleados. No duran más de tres o cuatros meses los cadetes porque estas empresas no cumplen con lo pactado o porque realizan algún tipo de reclamo laboral», esgrimió.

Según el presidente de Coopexpress, «Como el gobierno nacional no tuvo el consenso suficiente para aprobarla en el Congreso, existe una aplicación de la flexibilización de hecho a través de estos mecanismos de trabajos como puede ser Uber, Pedidos Ya, Glovo y otras tantas más”.

Desde diferentes sectores se viene cuestionando la falta de claridad que tienen varias de estas empresas internacionales ya que no cuentan, en muchas ocasiones, ni siquiera con una oficina emplazada en la ciudad. «Se escudan detrás de una figura legal denominada asesorativismo colaborativo, cuando en realidad es trabajo en negro», enfatizó Yedro, y continuó: «Ni siquiera tienen un lugar físico para funcionar.  Alquilan algunas oficinas de co-working un par de horas por semana o van rondando, de hotel en hotel, haciendo capacitaciones para venderles las cajas con las que luego los trabajadores realizan los repartos».

Finalmente, se refirió al marco regulatorio que permite el libre funcionamiento de este tipo de emprendimientos: “Existe la Ley de contrato de trabajo y la ordenanza Nº 7.042, que regula nuestra actividad en la ciudad de Rosario». «La cuestión está en los organismos de control», finalizó.