La comunidad 3D de Rosario se unió para imprimir y donar máscaras protectoras

Aproximadamente 200 personas comenzaron a fabricar viseras plásticas para distribuirlas en los centros de salud y ayudar a que el personal cuente con los elementos de protección necesarios ante el coronavirus

Por Matías Gregorio

La pandemia del coronavirus ha hecho aflorar la solidaridad de ciudadanos de todo el mundo, y sobre todo la de los argentinos, un país reconocido por su sentido de colaboración constante. Los profesionales de la salud son quienes se encuentran en el frente de batalla para contener el brote del Covid-19 y necesitan muchos insumos para resguardar su propia salud. Es por eso que en Rosario aproximadamente 200 personas comenzaron a fabricar viseras plásticas a través de impresoras 3D para donar a hospitales y sanatorios. CLG dialogó con Austral 3D y dos personas particulares que aportan su grano de arena en la emergencia sanitaria.

«En el trascurso de la evolución de la cuarentena mucha gente que tiene impresora 3D se dio cuenta que podía imprimir las viseras de protección ante la escasez de barbijos, que no pueden elaborarse porque el proceso no es muy seguro», comenzó explicando Javier Vega, quien junto a Melisa Ruiz llevan adelante Austral 3D. A la necesidad de ayudar que surgió en ellos, se sumó la demanda de los centros de salud que ante el temor de quedarse sin suministros se empezaron a contactar para tener los materiales que les faciliten el trabajo.

Según mencionó Javier, la iniciativa se divide en dos sectores: por un lado están quienes trabajan individualmente y acercan los protectores confeccionados a lugares puntuales, y por otro aquellos que pusieron en marcha un plan en conjunto a través de distintos grupos de WhatsApp o Facebook, donde sólo algunas personas se encargan de recolectar las máscaras a domicilio y luego las envían a la ciudad de Santa Fe para que les hagan la esterilización (que es necesaria en todos los casos) y posteriormente se repartan hacia donde sea necesario.

Los entrevistados integran dos grupos diferentes, uno de aproximadamente 150 personas y otro de 100. «La mayoría son de Rosario, pero también hay gente de alrededores porque algunos no sólo las imprimen sino que además las rediseñan para hacerlas en menos tiempo», señaló Vega, y aclaró que, más allá de la labor colectiva, si reciben algún pedido específico de un centro de salud actúan para atender la demanda.

«Trabajamos con un modelo que está aprobado desde la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (Anmat) y que fue diseñado en el exterior», contó Javier, e indicó que la impresión promedio de dos mascarillas tarda entre dos horas y dos horas y media, «aunque depende de cada máquina», detalló.

Melisa comentó que gracias al trabajo conjunto de todos los adherentes a la campaña solidaria ya se entregaron 300 viseras y que el objetivo es entregar otras 1.500 entre el viernes y sábado. «Nuestra máquina está trabajando todo el tiempo», aseguró. Y destacó: «Hay gente que no está imprimiendo porque se le rompió la máquina u otros motivos, pero ayudan aportando soluciones».

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En cuanto a qué necesitan para llegar a más hospitales y sanatorios, Ruiz dijo que por el momento hay muchos voluntarios, pero carecen de acetato transparente o placas radiográficas ya higienizadas con lavandinas e incluso de gomas elásticas para sujetar las vinchas. Quienes deseen colaborar pueden contactarse con Austral 3D u otros emprendimientos similares a través de sus redes sociales.

«El argentino, y puntualmente el rosarino, se caracteriza por ser solidario. Sentimos que estamos en la senda correcta con la gente indicada para hacer la iniciativa», subrayó la mujer, y admitió: «La solidaridad emociona». Por último, pidió que la población se quede en sus hogares, sea solidaria con los que deben seguir trabajo y «no les demos trabajo extra a los médicos y las fuerzas de seguridad».

Imprimir para agradecer

Tal como explicaban los titulares de Austral 3D, muchos rosarinos que por distintos motivos tenían impresoras 3D en sus casas se enteraron de la movida y decidieron sumarse para colaborar con el personal médico y de las fuerzas de seguridad ante la pandemia del coronavirus. Franco Costa y Eliana Tkaczuk son ejemplo de ello.

«La comunidad de la impresión 3D siempre fue muy solidaria en temas de salud, incluso antes del virus, cuando se donaban muchas prótesis. Y al ser con código abierto todo es gratuito», expresó Costa en diálogo con CLG.

Franco empezó a diseñar las máscaras de aislamiento para donar al Hospital Centenario, donde trabaja un familiar suyo. «Ya hice más de diez, y si bien tienen una vida útil corta, ayudan y se pueden usar», declaró.

Al mismo tiempo, manifestó que realiza su aporte «en forma de agradecimiento a toda la labor que llevan adelante los médicos, enfermeros y radiólogos para frenar el avance del virus».

En su caso, Eliana Tkaczuk pasa sus días trabajando en una repostería en Capitán Bermúdez, donde hace cortantes con una máquina 3D. Cuando le notificaron la cruzada solidaria no dudó en aportar, ya que además también cuenta con familiares que se desempeñan en el ámbito de la medicina.

«Entre todos nos mandamos los archivos para poder imprimir y cuando vamos pidiendo que nos ayuden en la recolección de materiales se enteran los centros de salud y nos contactan», ahondó Tkaczuk en diálogo con CLG.

Eliana contaba con material para hacer sólo 20 protectores, que según desarrolló se utilizan por encima del barbijo y son de uso indispensable para los bioquímicos que necesitan sacar muestras de Covid-19 con un isopado, por lo que día a día junta materiales por todo Rosario y los alrededores para aumentar la producción.

Actualmente se encuentra colaborando con varios hospitales públicos, como el Provincial, Eva Perón y Pami, además de Gendarmería Nacional. «Somos muchos los que estamos ayudando, pero esperamos que sean mas, porque todos comparten las ideas pero muy pocos se acercan a decir en qué puedo ayudar. No hay que esperar que nos toque de cerca para colaborar», concluyó la mujer.