La iniciativa es para cumplimentar "un acto de justicia y terminar con la ignominia y la infamia"
El consejo directivo de la CGT solicitó este martes al presidente Alberto Fernández que la exmandataria María Estela Martínez de Perón «tenga su busto junto con los demás Jefes de Estado en el Salón de Honor de la Casa Rosada» para cumplimentar «un acto de justicia y terminar con la ignominia y la infamia».
En una carta dirigida al Presidente y firmada por Héctor Daer, Carlos Acuña, Pablo Moyano, Andrés Rodríguez y Julio Piumato, la CGT solicitó que realice todas «las gestiones necesarias para concretar un estricto acto de justicia, es decir, la instalación de su busto en la Casa Rosada».
«La señora de Perón gobernó entre el 1° de julio de 1974 y el 24 de marzo de 1976, cuando fue derrocada por el golpe cívico-militar que azotó el país. Hace años que la CGT brega por la recuperación de la memoria histórica de la Patria desde la óptica de los trabajadores, quienes en los momentos más cruentos dieron todo, hasta la vida, por la construcción de una Argentina socialmente justa, económicamente libre y política soberana», aseguraron en la misiva.
Los dirigentes de la central obrera señalaron que esa historia «está muy enraizada en la doctrina legada por el verdadero artífice de la transformación social más importante que vivió la Nación, el General Juan Domingo Perón», que otorgó a los trabajadores «una multiplicidad de derechos».
La CGT enfatizó también que esos derechos parecían entonces «imposibles de conquistar, para lo que fue fundamental dos mujeres síntesis de la prédica de ese gran líder: María Eva Duarte de Perón y María Estela Martínez de Perón», conocida como «Isabel».
«Isabelita, primera mujer en el mundo en ocupar la Presidencia y que el 4 de febrero cumplió 91 años, es una paria en su propia tierra, y aún pesa sobre ella la iniquidad de la proscripción, maquillada de causa judicial, que la obliga al exilio. Hay que tener el valor de efectivizar un acto de justicia en el atardecer de su vida y contribuir a la verdad y justicia de quien fue y continúa siendo objeto de oprobio, indiferencia y mutismo», señalaron en la carta a Fernández.
Para la CGT, una Nación «no puede ser digna de llamarse República cuando sus hijos padecen exilio por causas judiciales politizadas, fundadas en argumentos de la dictadura y atentando contra la Memoria, la Verdad y la Justicia», por lo que se impone de una vez que «cese esa sinrazón».
También sostuvo que «la construcción de una Patria que contenga a todos requiere cerrar de forma definitiva las heridas abiertas por la ignominia y la degradación histórica, partiendo de lo que sería una señal muy clara para el pueblo peronista, el movimiento obrero y las mujeres».
«Esas mujeres luchan por un reconocimiento pleno y con perspectiva de género, por lo que es preciso cerrar con la verdad esta infamia», concluyó la CGT.