Pablo Botta, parte fundamental de Rosario en Bici, dialogó con CLG sobre el exponencial crecimiento en el uso de las bicicletas en la ciudad. Si bien destacó algunas políticas en el área, mencionó las deudas que se mantienen
En el último tiempo, la bicicleta se transformó en uno de los principales medios de movilidad en Rosario a partir de distintos factores que hicieron crecer de manera notable su uso. La pandemia y el hecho de hacer distancias cortas, los paros y cambios en el sistema de transporte urbano de pasajeros, y el bajo costo que implica, son algunas de las razones que explican porqué este tipo de movilidad sustentable ganó cada vez más terreno en la ciudad. Sin embargo, especialistas en el área sostienen que la infraestructura no estaba preparada para tanta demanda. Así lo aseguró ante CLG Pablo Botta, integrante de STS (Soluciones Tecnológicas Sustentables) y parte fundamental de Rosario en Bici (rosarioenbici.com), quien analizó el boom de las bicicletas y las deudas que mantiene la Municipalidad en este sentido.
«Según lo que reporta la Municipalidad, con mediciones del Ente de la Movilidad, ha habido un aumento considerable en el uso de la bicicleta, sobre todo en los lugares donde se agregaron ciclovías temporarias, donde la suba llega hasta un 300% del tránsito de bicis», comenzó diciendo Botta, y dijo que esto también estuvo incentivado «por los constantes cambios en el sistema de trasporte, además de los días que hubo de paro». «Muchas personas comenzaron a considerar el uso de la bici. Incluso los talleres de bicicletas están llenos o dan turnos a largo plazo porque no dan a basto», agregó.
El referente de Rosario en Bici aseguró que «es una buena noticia que más gente se suba a la bicicleta, pero Rosario no estaba preparada para esta demanda». Y explicó: «Una línea de pintura para marcar una ciclovía no termina siendo la infraestructura necesaria como para acoger este nuevo rumbo. Más allá de que se respetan bastante, hay puntos que son conflictivos y la ciclovía termina en el medio de la nada, o algunas son muy pequeñas. Celebramos que se esté expandiendo la red pero nos parece importante que esto se acompañe con la calidad de las mismas, porque la mayoría de las ciclovías no tienen mantenimiento y están llenas de posos».
Otra de las deudas que remarcó Pablo tiene que ver con el lugar para guardar la bicicleta: «Están ocurriendo muchos robos de bicis atadas. Nosotros alentamos el uso de dispositivos más seguros, pero la ciudad podría acompañar ayudando a conseguirlos y después ofreciendo lugares de estacionamiento seguros, como en los centros comerciales a cielo abierto. En el centro se puede dejar la bici de forma gratuita en los estacionamientos, pero fuera de esa área no hay lugares para dejarla, se termina atando en la calle sin tener seguridad».
Por otro lado, mencionó que «también está el tema de la seguridad en sí mismo«. En este sentido, argumentó: «Creemos que es necesario tener una visión de ciudad más humana, más caminable, más pacífica, que se pongan a las personas en el centro del espacio público. Más allá de discutir el tema de la Policía y la Justicia, hay una retirada de la persona del espacio público porque ya no es tan amigable, en parte por la inseguridad. En ese sentido reclamamos que las intervenciones que se hagan sean en pos de veredas caminables, iluminarias, infraestructura para bicicletas, cosas que pongan a las personas en la calle ocupando el espacio público».
Por último, se refirió a la reciente ordenanza aprobada y reglamentada por el Ejecutivo que establece que las estaciones de servicio deberán dejar inflar las bicicletas de forma gratuita. Si bien destacó la iniciativa, subrayó que «en la realidad hoy no cambió nada» ya que «hay una falta de control de ese tipo de ordenanzas». «Siempre somos bien recibidos y hemos trabajo en proyectos conjuntos ya sea con los legisladores o el Ejecutivo pero al momento de la aplicación juegan muchos más factores que terminan haciendo que los proyectos no terminen siendo lo impulsadores que creíamos», cerró Botta.