Gisella Solís Calle, la odontóloga desaparecida hace dos semanas, fue encontrada este martes asesinada y enterrada en un descampado lindero al Camino Negro, cerca de la bajada de Villa Elisa de la autopista Buenos Aires-La Plata.
Tras ser reconocido en el lugar del hallazgo por familiares de la víctima, el cuerpo fue trasladado a La Plata para ser sometido a una autopsia en la Morgue Judicial.
Allí, representantes de la Justicia y profesionales del cuerpo médico forense establecieron que el informe preliminar de la autopsia determinó que «no hay causal de muerte evidente».
Asimismo, el cuerpo de la odontóloga «no tenía signos de asfixia ni lesiones», «no evidenciaba signos de defensa o ataque» y los órganos internos estaban en estado de putrefacción».
Ahora habrá que esperar a que se obtengan los resultados de los estudios complementarios que determinarán mayores detalles de la muerte de Solís Calle.
«Quería encontrarla viva pero la encontré muerta», lamentó Mariela, la hermana de la odontóloga, tras reconocer el cuerpo, y resaltó que «este desgraciado mató a mi hermana y ha desmembrado a toda mi familia», en referencia a Abel Campos, el novio de Gissella que se suicidó cuando la policía lo localizó en un hotel donde estaba oculto y quiso interrogarlo sobre la desaparición de la mujer.
De la odontóloga Gissella Solís Calle, de 47 años, no se tenían noticias desde la noche del martes 15 de enero, cuando tuvo una fuerte discusión con su novio, presumiblemente cansada de la doble vida de Campos, quien además mantenía una familia paralela en Lobería.
El cuerpo fue encontrado tras un rastrillaje realizado en la bajada de la autopista en Villa Elisa en base a datos recogidos de una cámara de seguridad en la que veía a la camioneta de Campos ingresar en la zona en la mañana del miércoles 16 de enero.
Según se informó, el cadáver estaba enterrado y envuelto en una sábana perteneciente a la víctima, que su familia había notado que faltaba en la casa.
Poco después del hallazgo arribó al lugar el jefe de la Policía Bonaerense, comisario general Fabián Perroni, y se reunió con familiares de la odontóloga, quienes identificaron el cuerpo.
«No dejamos ni un minuto de buscarla», dijo Perroni, quien aclaró que la demora en hallar a Gissella obedeció a que «el área de búsqueda era muy grande» debido a «la movilidad» de Campos en las horas posteriores a la desaparición de la mujer.
El jefe de la Policía Bonaerense consideró que el caso quedará «completamente esclarecido» una vez que en la investigación pueda establecerse cuándo y cómo fue asesinada, y si el presunto autor contó con algún cómplice, al menos para deshacerse del cuerpo.
Perroni confirmó que al lugar del hallazgo del cadáver se llegó «a raíz de las imágenes de una cámara» y señaló que el cuerpo estaba enterrado envuelto en una sábana a 2.800 metros de la bajada de la autopista.
El hallazgo del cuerpo se produjo poco después de que fueran suspendidos los rastrillajes, tras cinco días de intensos trabajos en los alrededores de la ciudad de La Plata y zonas aledañas del sur del Gran Buenos Aires.
Según indicaron fuentes policiales, las pericias se concentraron en determinar los movimientos posteriores a la desaparición de la profesional, concretados por quien era su novio, ex combatiente de Malvinas de 56 años que se mató de un disparo el 20 de enero pasado.
Bajo las directivas de la fiscal platense Ana Medina, los investigadores se concentraban en imágenes de cámaras privadas, municipales y de autopistas para tratar de determinar los movimientos de Campos, y de esa manera dirigir nuevos rastrillajes, como el que finalmente dio sus frutos al mediodía.