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La agresión de Tobio: “El club escuchó a las mujeres”


El jueves pasado un video recorrió las redes mostrando al defensor de Rosario Central Fernando Tobio, insultando y empujando a una chica en una bar de Pichincha. El jugador, también a través de un video, pidió disculpas y desde la institución lanzaron un comunicado repudiando la situación. Tobio será multado y el club iniciará acciones de prevención y educación para las divisiones inferiores. Para la delegada del Instituto Nacional de Mujeres en Santa Fe, Nora Giacometto, la actitud de los dirigentes muestra un involucramiento de parte del club.

Giacometto dijo que espera la intervención de la Justicia y cuestionó que el personal del bar no haya intervenido para frenar la agresión. Desde el colectivo Ni una Menos opinaron que hay que trabajar para lograr la igualdad en los espacios recreativos del deporte y la noche.

“La sanción del club tendría que tener un correlato en la Justicia para que deje de ser impune y que el Estado garantice medidas preventivas. Los jugadores son ídolos y ejemplos. Sus dichos y acciones tienen un anclaje en la sociedad. Es importante que cambie el mensaje que dan”, opinó Giacometto en diálogo con El Ciudadano.

El fútbol y la noche

En el episodio protagonizado por Tobio intervienen dos espacios históricamente machistas, donde la mujer aun disputa un lugar de poder: el fútbol y la noche. No es la primera vez que denuncian a un jugador por violencia de género. Tampoco por abusos o agresiones en lugares de esparcimiento nocturno.

Giacometto acompaña y asesora a las víctimas desde la ONG Ampliando Derechos. Como militante de género e hincha de Rosario Central consideró valioso que los dirigentes hayan repudiado el hecho.

“El club escuchó a las mujeres. La actitud de los dirigentes de Central se contrapone con los de Boca quienes no dieron ningún comunicado, ni tomaron medidas contra los dos jugadores colombianos acusados de abuso sexual”, expresó.

Para la militante, la sanción económica debería acompañarse de una intervención judicial y evitar que funcione como una probation (cuando un acusado acuerda hacer una acción social para evitar el juicio). “Ese tipo de sanción no sirve en materia de violencia de género. Hay que insistir en campañas de prevención y actividades de sensibilización para que las instituciones deportivas generen espacios donde se discuta la violencia hacia las mujeres y al colectivo LGTBIQ”, opinó Giacometto y dijo que en el fútbol la violencia es algo común.

“El poder económico de los dirigentes y los jugadores sirve para calmar los episodios e invisibilizarlos. A los profesionales les dan una restricción de acercamiento y después van a jugar al exterior, cuando a una persona común denunciada por golpes no la dejan salir del país”, agregó.

Tiempo libre

El año pasado la ONG Ampliando Derechos dictó talleres en dos bares de la ciudad sobre género para que el personal sepa cómo reaccionar y evitar situaciones de violencia y abuso que suceden en la noche. Tal como publicó este diario, la propuesta continuará en febrero sumando la participación de otros espacios nocturnos. “Lo que pasó pone nuevamente el ojo en locales donde los titulares no supieron cómo responder. Estamos a disposición de los lugares nocturnos para acercarnos y que sepan cómo revertir la violencia y ayudar a una chica en una situación similar”, explicó Giacometto.

Desde el colectivo Ni Una Menos, Noelia Figueroa dijo que la situación que vivió la chica con el jugador no escapa a lo que viven habitualmente las mujeres en el marco de las salidas nocturnas. “Venimos discutiendo la imposibilidad de encontrar espacios de recreación donde no sucedan estas cosas. El consumo de alcohol genera que algunos hombres se sientan dueños del espacio y de la situación”, opinó.

Para la militante, la noche y el fútbol son territorios masculinos donde hay que trabajar para volverlos igualitarios. “No es casual que ambos pertenezcan a la recreación y el tiempo libre, dos espacios que siguen perteneciendo a los varones”, agregó.

Figueroa dijo que la sanción del club marca un avance y debe acompañarse con políticas de formación. “Quisiéramos alguna suspensión o sanción ejemplar. La respuesta del club supera la que tomaron otras instituciones que ocultan o niegan estas situaciones. Son espacios cuyos mensajes tienen la potencialidad de llegar a más personas”, agregó.

Repudiar y educar

Los dirigentes del club repudiaron la situación a la cual calificaron de “desagradable”. Dijeron que no acuerdan con la conducta del jugador y por eso le aplicaron la sanción. “Tratamos de compartir lo que esperamos de un profesional de nuestro club. Le dimos la posibilidad de redimirse y reparar lo que pasó”, dijo el Luciano Cefaratti, uno de los vicepresidentes.

Para Cefaratti la mujer se incorporó al fútbol. “Hay una conciencia colectiva que los clubes no somos ajenos a las cuestiones de género”, explicó.

Desde la dirigencia se comunicaron con el Instituto Municipal de la Mujer para coordinar acciones conjuntas y dar talleres a los chicos de las categorías inferiores.

“Se pusieron en contacto con nosotras y estamos a disposición. Creemos que el club tomó las medidas necesarias y estamos agradecidas por tenernos en cuenta”, dijo Carolina Mozzi, titular del Instituto de la Mujer.

Fuente: El Ciudadano

Por Lucía Mangó