En ese marco, pidieron tratar de "dejar el pensamiento político de lado" y "poder transmitir un discurso único, para que la sociedad comprenda la gravedad de lo que estamos viviendo"
El gobernador bonaerense, Axel Kicillof, aseguró hoy que «si siguen los contagios de coronavirus, no hay sistema de salud que aguante» luego de mantener una reunión con representantes de la medicina prepaga y obras sociales en la que coincidieron con el mandatario en que la situación «es crítica» y adelantaron que «las próximas tres o cuatro semanas serán muy duras».
Incluso, en ese marco, pidieron tratar de «dejar el pensamiento político de lado» y «poder transmitir un discurso único, para que la sociedad comprenda la gravedad de lo que estamos viviendo».
«Cuando el virus crece, no hay sistema de salud que aguante. Por eso hay que bajar los contagios. Debemos evitar el desborde del sistema de salud, tomando medidas dolorosas porque a nadie le gusta limitarle a los ciudadanos lo que disfruta, pero estamos en una pandemia», dijo el mandatario bonaerense tras el encuentro, que se desarrolló en la Casa de la provincia de Buenos Aires, en el centro porteño.
Agregó que «esta segunda ola es mucho peor que la primera y los contagios crecen a una velocidad insólita».
Los casos de coronavirus en la provincia de Buenos Aires ascendieron a 1.187.837 tras confirmarse 14.665 nuevos contagios en las últimas 24 horas y la ocupación de camas de terapia intensiva en el AMBA es del 73,7% y del 50,9% en el interior.
Con este panorama, el Gobernador advirtió tras el encuentro con los representantes del sistema de salud privado que «el sistema está saturado», aunque aclaró que no significa que esté «colapsado», sino que «hay mucha dificultad para encontrar camas».
Kicillof explicó que precisamente esa dificultad frente a la voracidad que tiene el virus en esta segunda ola es lo que lo llevó a mantener esta reunión con representantes de la medicina prepaga y obras sociales.
Allí, Kicillof se interiorizó sobre el panorama actual de internaciones por coronavirus en los centros de las prepagas y obras sociales en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA).
Participaron del encuentro los presidentes de OSDE, Luis Fontana; de Galeno, Julio Fraomeni; de MEDIFE, Jorge Priva; de Swissmedical, Claudio Belcoppit; de OMINT, Juan Carlos Villa Larroudet; y Mario Lugones, del Sanatorio Güemes.
Tras la reunión, Belcoppit, también presidente de la Unión Argentina de Salud, advirtió que «el sistema de salud está en una situación crítica» y remarcó la necesidad de «dejar el pensamiento político de lado las próximas 3 o 4 semanas» que, adelantó, «serán muy duras».
«El sistema de salud está en una situación crítica. Tratemos de dejar el pensamiento político de lado las próximas 3 o 4 semanas, que serán muy duras, y poder transmitir un discurso único, para que la sociedad comprenda la gravedad de lo que estamos viviendo», remarcó.
Agregó que se trabaja en conjunto con la provincia de Buenos Aires «para articular y ser más eficientes» en la gestión de camas, pero manifestó que «el sistema tiene un limite».
«Si no achatamos la curva, por más que seamos eficientes o ingeniosos, no van a alcanzar nuestras habilidades o posibilidades con este nivel de crecimiento», dijo al tiempo que ratificó el objetivo del sector de «colaborar» porque la realidad actual «duele y aterra».
En tanto, el gobernador bonaerense sostuvo que revertir esa situación depende tanto «de las conductas individuales» como de las decisiones de la dirigencia, «que debe estar a la altura de esta grave emergencia».
En ese marco, Kicillof razonó que si hay cuidados colectivos e individuales «la curva de contagios puede bajar» y subrayó que para que ello ocurra, es necesario «que la población sepa lo que ocurre y en qué situación estamos».
«Sé que es antipático hablar de esto, pero no quiero que se corra el riesgo de que luego alguien diga: ‘a mi no me avisaron’. La situación de emergencia hay que tratarla como tal, tomando medidas que no son fáciles ni simpáticas», reiteró.
Pese a que planteó no desear «entrar en polémicas inconducentes», recordó que «dicen que los contagios no son en la escuela, no son en las empresas, no son en el turismo, no son en el transporte» y pidió «reducir la circulación» al tiempo que se preguntaba: «¿Entonces dónde son los contagios?».
El mandatario planteó que «como no quedan camas», se trabaja con los representantes de la medicina prepaga y obras sociales «para mejorar los mecanismos de articulación para que el sistema actúe coordinada y eficientemente».
«Se trata de buscar soluciones para que la provincia ayude y sea ayudada por las prepagas. Estas tienen una gran infraestructura pero, como en otros lados del mundo, si los contagios crecen, empiezan a llenarse las camas», graficó.
Luego, dijo que «la provincia aceptará a cualquiera que necesite atención médica»; destacó el hecho de que el sistema privado «también está a disposición» y opinó que tanto el sector público y privado de CABA y la provincia «deben trabajar juntos y con la Nación».
Sostuvo que se debe «coordinar con la Ciudad porque si las medidas son distintas de un lado y otro de la General Paz, no sirven» y se mostró dispuesto «a seguir coordinando» acciones con el Gobierno porteño.
Así, reiteró que se necesita «coordinar mejor porque el grado de ocupación es absolutamente límite» y contó que en el AMBA quedan 800 camas de terapia intensiva disponibles.
«Buscamos ponernos de acuerdo sobre el estado de situación, porque si partimos de lugares distintos va a ser muy difícil», expuso y agregó que «el sistema sanitario y demográfico es uno solo».
Desde el Gobierno de la provincia de Buenos Aires sostienen que aquellas personas que no logran obtener camas en el sistema privado de la capital, por el colapso que allí se registra, «son derivados, lógicamente, a instituciones bonaerenses».
En ese sentido, Kicillof aseveró: «No quiero que nos arrojemos estadísticas. Cuando se ocupan las camas de las clínicas, las prepagas empiezan a contratar clínicas de la provincia y se va completando todo el sistema».
Respaldó, una vez más, las medidas de restricción adoptadas por el presidente Alberto Fernández y planteó que los «resultados» serán evidentes «en un par de semanas».
«Se redujo la circulación en las jurisdicciones que acatamos esas medidas y eso se verá en 15 días. Si la curva se desacelera, la gente que necesita terapia será menos. Pero necesitamos bajar los contagios. De cada 100 casos de hoy, 5 o 6 necesitarán hospitales en unos días y uno de ellos, terminará en terapia», puso de relieve.
«Podemos poner una cama o un respirador más, pero es más difícil el tema del recurso humano, los trabajadores que están dejando la vida para cumplir con su trabajo», destacó.
Kicillof también se refirió a quienes «contribuyen a enloquecer a la gente cuando en el mundo se tomaron medidas mucho más duras» que las que se están tomando en el país y reconoció que «es difícil» la situación que generan estas decisiones de política sanitaria pero dejó claro que «es la forma de parar al virus».
El jefe de gabinete bonaerense, Carlos Bianco, afirmó ayer que en el Área Metropolitana el crecimiento de casos de coronavirus desde que se adoptaron medidas restrictivas «ya no es exponencial sino relativamente moderado».