El ruso Karen Khachanov superó este domingo a Novak Djokovic en la final del torneo de tenis de París-Bercy por 7-5 y 6-4 para alzar el primer Masters 1000 de su carrera y poner fin a la racha de 22 triunfos consecutivos del serbio.
El joven de 22 años sorprendió a un Djokovic que lució algo apagado tras la exigente victoria del sábado ante el suizo Roger Federer en más de tres horas de juego.
Aunque también exhibió su propio talento y potencia para completar la mejor semana de su carrera. Khachanov se lleva al título en la capital francesa tras batir a cuatro «top ten» en forma consecutiva: en octavos de final al estadounidense John Isner, en cuartos al alemán Alexander Zverev, en semifinales al austríaco Dominic Thiem y a Djokovic.
El serbio, que a partir del lunes desplazará al español Rafael Nadal de la cima del ranking mundial, buscaba alzar su cuarto trofeo seguido tras los obtenidos en Cincinnati, el Abierto de Estados Unidos y Shanghai, y su quinta corona en París-Bercy.
Además, tenía la posibilidad de igualar el récord de 33 Masters 1000 de Nadal, quien renunció a último momento a jugar en París por una lesión abdominal. Sin embargo, Khachanov le puso un freno con un tenis de alto nivel. El ruso, que ganó las cuatro finales que disputó en su carrera aunque ninguna con la importancia de la de este domingo, demostró ante Djokovic que está llamado a ser una de las estrellas del futuro.
Y también del presente, porque con su actuación en París quedará a un paso de ingresar al «top ten»: subirá del puesto 18, que ya era la mejor clasificación de su carrera, al número 11 del ranking. Además, tendrá la posibilidad de ser uno de los suplentes en el Masters de Londres, el torneo que reunirá a los ocho mejores de la temporada entre el 11 y el 18 de noviembre.
El comienzo de partido hacía presagiar un desarrollo muy diferente, ya que Djokovic quebró de entrada y se colocó 3-1. Sin embargo, el ruso se recuperó, consiguió escapar cuando sirvió 4-5 y 0-30 y no perdonó cuanto tuvo la oportunidad para llevarse el primer set con un gran passing.
Djokovic sintió el golpe y cedió rápidamente su servicio en el segundo parcial. Al ruso, inspirado, no le tembló entonces el pulso y cerró el encuentro en una hora y 37 minutos de juego casi sin darle opciones a su rival.