Política y Economía

Junto al G24, Argentina pidió al FMI que reduzca el costo financiero de sus créditos


En un comunicado oficial, el grupo solicitó a los bancos multilaterales que financien la compra de vacunas para el coronavirus

El grupo que reúne a los países emergentes, el G24, instó hoy al Fondo Monetario Internacional (FMI) a modificar su política de sobrecargos de tasas de interés, para corregir su «carácter regresivo y procíclico» y ayudar a la recuperación económica, tras una reunión virtual en la que participó el ministro de Economía, Martín Guzmán.

El encuentro de ministros se realizó en el marco de la Asamblea de Primavera conjunta del FMI y el Banco Mundial, que se celebra esta semana en Washington. La postura del G24, sintetizada en un comunicado, recoge el reclamo impulsado por el ministro Guzmán durante los encuentros de 2020.

«Dado que este es el año para que el FMI revise sus políticas de límites de acceso y de sobrecargos de tasas de interés, instamos al Fondo a corregir el carácter regresivo y procíclico de la política de sobrecargos y a considerar medidas específicas, como suspender dichos sobrecargos en este momento, para ayudar a la recuperación económica de los países», indicó el texto. «Alentamos al FMI a seguir considerando una reducción permanente significativa de los sobrecargos o su eliminación», agregó.

Guzmán había dicho en distintas ocasiones que la política de recargos es «regresiva y procíclica», las mismas palabras que hoy manifiesta el G24 en su comunicado. «Es desigual, porque afecta de manera desproporcionada a los países emergentes y de ingresos medios con las cuotas más bajas, y es procíclica, porque impone condiciones más duras a los países que tienen condiciones de mercado más adversas», expresó el ministro en su oportunidad, ante los distintos foros del G20, G24 y de otros organismos multilaterales.

Argentina, Argelia, Brasil, Colombia, Ecuador, Costa de Marfil, Egipto, Etiopía, Filipinas, Gabón, Gana, Guatemala, Líbano, México, Nigeria, Pakistán, Sudáfrica, Sri Lanka, Siria, Trinidad y Tobago y Venezuela son los integrantes del G24. El grupo fue establecido en 1971 para coordinar posiciones de países en desarrollo relacionadas a cuestiones de índole financiara.

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El comunicado completo indica lo siguiente:

-La economía mundial está mostrando signos de recuperación de la crisis del COVID-19. No obstante, el camino hacia una recuperación amplia e inclusiva está plagado de incertidumbre sobre la disponibilidad y el acceso a vacunas seguras y asequibles para todos y la fuerza del apoyo financiero externo a los países en desarrollo.

-La pandemia ha tensado los sistemas de salud y ha afectado gravemente a las economías de los países en desarrollo, que han tenido un espacio político limitado para responder. Millones de personas han caído en la pobreza extrema, y la inseguridad alimentaria ha aumentado considerablemente especialmente en los países más pobres y en aquellos que viven en situaciones frágiles y afectadas por conflictos.

-Nuestras prioridades urgentes son contener la pandemia, para la cual la ampliación de las vacunas será crucial, y reconstruir nuestras economías para evitar una década perdida de desarrollo y una disminución importante del bienestar de las personas.

-En esta coyuntura crítica, la cooperación internacional es esencial para asegurar una mejor recuperación para todos los países y promover un fuerte ritmo de convergencia mundial de los niveles de ingresos per cápita entre los países avanzados y los países en desarrollo.

-Seguiremos respondiendo con medidas políticas excepcionales, siempre y cuando sea necesario y a medida que las circunstancias nacionales lo permitan, a fin de apoyar la actividad económica para proteger el empleo y los ingresos, proporcionar protección social especialmente a las poblaciones vulnerables, fortalecer los sistemas de salud, acelerar la digitalización y mantener la resiliencia financiera.

-Los grandes paquetes de estímulo en los países avanzados amortiguaron el impacto global de la pandemia, y los alentamos a no retirar el apoyo prematuramente. Sin embargo, la asistencia internacional a los países en desarrollo se ha quedado por debajo de los 2,5 billones de dólares estimados en necesidades adicionales de financiación.

-Hacemos un llamamiento a las IFI, especialmente al FMI y al Banco Mundial, en coordinación con la comunidad internacional para garantizar la disponibilidad, en la mayor medida posible, de la liquidez y el apoyo fiscal necesarios para todos los países en desarrollo.

-La financiación concesional y la garantía de transferencias netas positivas deben ser partes esenciales de la respuesta financiera mundial para evitar daños prolongados a las perspectivas de desarrollo de los países de bajos ingresos (LIC) y de los pequeños Estados vulnerables.

-Es crucial que todas las principales economías trabajen juntas y utilicen todas las herramientas de política disponibles para fomentar un entorno de mayor comercio y confianza de los inversores para impulsar el crecimiento de la inversión para todos los países.

-La disponibilidad temprana y el acceso equitativo a vacunas asequibles en todas partes es el bien público más crítico en esta coyuntura. Es esencial contener la pandemia y asegurar una recuperación global de base amplia.

-Pedimos a los países avanzados que impulsen la financiación del Mecanismo COVAX para ayudar a más países de ingresos bajos y medianos a obtener un acceso justo y rápido a vacunas asequibles y avanzar hacia la liberalización de patentes para las vacunas COVID-19 para impulsar la producción mundial.

-Acogemos con satisfacción el programa de vacunas de la Unión Africana que adquiere vacunas para complementar las adquiridas a través del Mecanismo COVAX.

-Los Bancos Multilaterales de Desarrollo (BMD) también deben desempeñar un papel importante en la financiación y la entrega de vacunas y apoyar los esfuerzos para permitir la fabricación de vacunas en los países en desarrollo. Hacemos un llamamiento a los BMD para que mejoren la cooperación internacional y adopten uniformemente los criterios de vacunación COVAX o la Lista de Uso de Emergencias de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

-En este momento, el acceso de los países en desarrollo a las vacunas está limitado por el suministro existente, que ha sido comprado principalmente por las economías avanzadas. Hacemos un llamamiento a la Organización Mundial del Comercio y a los BMD para que busquen soluciones para aumentar la producción de vacunas, incluido el abordaje de las normas de propiedad intelectual para ampliar la fabricación de vacunas y otros productos médicos para hacer frente eficazmente a la pandemia COVID-19.

-Reiteramos la importancia de una sólida red mundial de seguridad financiera, con un FMI adecuadamente dotado de recursos y basado en cuotas en su centro. Acogemos con beneplácito el mayor apoyo de la Junta Ejecutiva del FMI a una nueva asignación significativa de derechos especiales de giro (DEG) para abordar las necesidades mundiales de liquidez a largo plazo.

-Esto debe hacerse junto con los compromisos de los Miembros con posiciones externas sólidas de canalizar voluntariamente sus DEG, incluso de la nueva asignación, para beneficiar a los países que necesitan apoyo de liquidez en estos tiempos excepcionales.

-Los mecanismos de reciclaje que aumenten la capacidad crediticia del FMI permitirán al Fondo aumentar los límites de acceso para los prestatarios y proporcionar apoyo adicional a los países de ingresos bajos y medianos.

-En el futuro, el FMI debería tomar medidas para modernizar y mejorar el impacto de los DEG, incluida la consideración de una forma más equitativa y justa de asignar DEG entre países para tener en cuenta la demanda.

-Instamos al FMI a garantizar la utilización de los DEG de manera transparente y responsable. Instamos además al FMI a que garantice la finalización oportuna del 16º Examen General de las Cuotas a finales de 2023 y esperamos con interés el aumento de los recursos de las cuotas, la reducción de la dependencia de los recursos prestados y la aplicación de las tan esperadas reformas de gobernanza para aumentar la cuota de los mercados emergentes y los países en desarrollo, al tiempo que protegen las cuotas de los países más pobres.

-Elogiamos la rápida respuesta del FMI para apoyar a sus países miembros desde el inicio de la pandemia. En el futuro, es importante que el FMI adapte flexiblemente su conjunto de herramientas de préstamo a las necesidades cambiantes de los países de ingresos bajos y medianos durante su recuperación.

-Llamamos la atención sobre el papel de los instrumentos de financiación precautoria para ayudar a los países elegibles a hacer frente a los riesgos externos de cola. Dado que este es el año en que el FMI revisa sus límites de acceso, así como su política de recargos, instamos al Fondo a corregir el carácter regresivo y procíclico de la Política de Recargos y considerar medidas específicas, como la suspensión de recargos en este momento para ayudar a la recuperación económica de los países.

-Alentamos al FMI a considerar aún más una reducción permanente significativa de los recargos o su eliminación. Además de buscar nuevos recursos de donantes, alentamos al FMI a explorar opciones de financiación no tradicionales y predecibles para aumentar los recursos del Fideicomiso para la Reducción de la Pobreza y el Crecimiento, así como para aumentar los recursos propios del FMI dedicados al desarrollo de capacidades que cada vez más han sido buscados por los países.

-Instamos al FMI a encontrar los medios para aumentar sus recursos presupuestarios internos a fin de garantizar que dispone de los recursos financieros y humanos necesarios para cumplir con su mandato. Esperamos con interés la próxima revisión de la visión institucional del FMI sobre los flujos de capital, que debería tener como objetivo ayudar a los países a cosechar los beneficios de los flujos de capital mientras gestionan los riesgos para garantizar la estabilidad.

-Es crucial apoyar a los países en desarrollo en la gestión de su empeoramiento de las vulnerabilidades de la deuda para evitar una crisis de deuda que retrase el progreso del desarrollo y permita a los países acelerar el crecimiento y recuperar la sostenibilidad de la deuda.

-La Iniciativa de Suspensión del Servicio de Deuda (DSSI) del G20 ha proporcionado espacio de respiración a corto plazo para muchos LIC, más de la mitad de los cuales están bajo alto riesgo de problemas de deuda o en dificultades. Pueden ser necesarios tratamientos de deuda para que algunos países los pongan en el camino para lograr la sostenibilidad de la deuda.

-A este respecto, acogemos con satisfacción el Marco Común para los Tratamientos de la Deuda (CF) del G20 más allá del DSSI. Esperamos con interés tratamientos justos, significativos y expeditivos de la deuda soberana, con la participación de acreedores privados, dentro del CF.

-Alentamos al FMI y al Grupo del Banco Mundial (BM) a apoyar la implementación del CF de acuerdo con sus mandatos, proporcionar un apoyo financiero excepcional para fortalecer la capacidad de los países para llevar a cabo tratamientos de deuda cuando se buscan y mejorar los marcos de gestión de la deuda , incluida la transparencia de los países deudores y acreedores y las normas de presentación de informes.

-Son necesarias evaluaciones realistas de la sostenibilidad de la deuda para determinar la profundidad de la financiación necesaria. Alentamos a los BMD a que apoyen a los países de ingresos bajos y medianos que necesitan alivio de la deuda, incluso mediante instrumentos innovadores para reducir las cargas de la deuda y garantizar transferencias netas positivas significativas.

-La aplicación efectiva del CF de manera que modere las reacciones de las agencias de calificación crediticia y de mercado podría alentar a los países elegibles a buscar un tratamiento oportuno de la deuda, cuando sea necesario. Reiteramos nuestro llamamiento a que se incrementen los esfuerzos multilaterales para mejorar la arquitectura de la resolución de la deuda soberana a fin de facilitar los tratamientos rápidos de la deuda.

-Las severas restricciones fiscales y el aumento de las vulnerabilidades de la deuda ponen en peligro nuestra capacidad de contener la pandemia e invertir para construir nuestras economías de una manera inclusiva, resiliente y sostenible.

-El BM y otros ODM deberían utilizar la fortaleza de sus balances para ampliar el apoyo financiero a los países de ingresos bajos y medianos. Elogiamos el programa de préstamos de la Asociación Internacional de Desarrollo (IDA) de la WBG.

-Esperamos con interés la finalización exitosa de la reposición de IDA20 a finales de 2021. El WBG debería reforzar su apoyo financiero a los países de ingresos medios y considerar la posibilidad de renunciar a las tasas de front-end y compromiso para ayudar a los países a recuperarse.

-Instamos al BM A que esboza opciones para ampliar al máximo sus balances para aumentar su capacidad de préstamo a mediano plazo, incluida una mayor flexibilidad en la aplicación de los límites de préstamos individuales de cada país. Los accionistas deben supervisar y abordar oportunamente las limitaciones a la capacidad de préstamo de los BMD.

-Los países en desarrollo tendrán que explorar todas las fuentes de financiación para reconstruir los amortiguadores fiscales a medida que sus economías se recuperen y garanticen un uso eficaz de los recursos.

-Los países deben explorar vías para garantizar que los impuestos puedan contribuir a aumentar los ingresos, abordar la desigualdad, mejorar los resultados sanitarios y promover una recuperación sostenible.

-Instamos al FMI y al BM A que refuercen aún más el apoyo a la creación de capacidad para la movilización de recursos internos y la gestión de la deuda pública y el gasto.

-Pedimos al FMI y al BM que mejoren su apoyo para hacer frente a los desafíos a los que se enfrentan los estados pequeños, los Estados y los países frágiles y afectados por conflictos que acogen refugiados y experimentan una afluencia migratoria significativa. Instamos al BM Y a otros ODM a que exploren soluciones innovadoras y eficaces, incluidos instrumentos de desaprovechamiento de riesgos, para aprovechar una mayor financiación privada en energía sostenible y otras inversiones en infraestructura, así como iniciativas de apoyo a las pequeñas y medianas empresas.

-Pedimos cooperación multilateral para reformar las normas y prácticas fiscales internacionales para evitar una mayor erosión de nuestras bases imponibles. En cuanto a la fiscalidad de la economía digital, esperamos con interés una solución multilateral justa y equitativa que aborde las preocupaciones de los países en desarrollo y los desafíos fiscales de la digitalización. Buscamos una solución que produzca ingresos significativos y sostenibles para los países en desarrollo, permitiéndoles gravar su parte justa de los beneficios de las multinacionales en esta era digital. La solución debe ser fácil de implementar y cumplir. Además, instamos al FMI y al BM A que profundicen su trabajo para medir, supervisar y contener los flujos financieros ilícitos.

-Acogemos con beneplácito el mayor apoyo internacional a una recuperación inclusiva y sostenible. La aplicación de la financiación climática por parte de la comunidad mundial es una forma crítica y justa de ayudar a los países en desarrollo a aplicar sus contribuciones determinadas a nivel nacional para alcanzar los objetivos climáticos.

-Los países avanzados deberían cumplir su compromiso, en virtud del Acuerdo climático de 2009, de proporcionar 100.000 millones de dólares anuales para 2020 lo antes posible. Es fundamental aumentar los escasos recursos concesionales y las finanzas para su adaptación.

-La financiación adecuada y la asistencia técnica de los BMD y los fondos relacionados con el clima serán cruciales para apoyar las inversiones sostenibles, especialmente la infraestructura y la energía, y aprovechar una mayor financiación privada.

-Las Instituciones de Bretton Woods desempeñan un papel importante en la ayuda a los países en desarrollo a reconstruir mejor y contribuir a los objetivos climáticos mundiales.