La incorporación de mujeres a la actividad minera registró en Jujuy la proporción más alta a nivel nacional, de entre un 20 y un 30 por ciento, una actividad que les permitió mejorar su calidad de vida, su relación con la comunidad y vulnerar los obstáculos para el acceso a puestos laborales que históricamente fueron ocupados por hombres.
«Cada vez hay más mujeres que trabajan en la minería, cuando antes era vista de otra manera porque este ámbito era exclusivamente masculino. Se decía que la mina se ponía celosa cuando había mujeres», dijo a Télam Vilma Llampa, madre de tres hijos, e hija de un trabajador minero.
La mujer, de 37 años, ocupa un puesto en el área de servicios generales en el proyecto metalífero Chinchillas, situado en Rinconada -en la puna jujeña-, distante a 5 kilómetros de su domicilio, en Nuevo Pirquitas.
Muchas mujeres habitantes de la puna jujeña encontraron en la minería un punto de desarrollo personal y para sus comunidades, además de representar su primer empleo formal.
«Poder trabajar nos ha revalorizado como mujeres, pero también como habitantes de la Puna. Sentimos el esfuerzo de toda la semana, pero hay satisfacción cada vez que llegamos a nuestras casas y vemos a nuestros hijos», expresó Vilma, quien se desempeñó en la mina Pirquitas hasta que comenzó a operar Chinchillas.
En Chinchillas -una mina de medianas dimensiones, a cielo abierto y a más de 4 mil metros de altura sobre el nivel de mar- las mujeres fueron capacitadas para conducir camiones de acarreo, en áreas de operaciones y, en menor medida, en temas vinculados a mantenimiento y servicios técnicos.
«La adaptación fue rápida teniendo en cuenta que para muchas es la primera experiencia», afirmó Vilma, quien destacó que «la relación que se da en el ámbito laboral hace que estemos más integrados, ya que el trabajo genera eso en las comunidades».
Según fuentes de la empresa, poco más de 30 mujeres trabajan en Chinchillas y en Pirquitas, donde está la planta procesadora de concentrados de plata y zinc.
Hace unos días, al inaugurar formalmente el proyecto, los directivos de la compañía destacaron que «el 30 por ciento del personal incorporado lo conforman mujeres, lo que en el país sería la proporción más grande y uno de los porcentajes más alto del mundo».
Hay 16 comunidades locales involucradas en el proyecto Chinchillas, entre ellas Liviara y Santo Domingo, las más cercanas, y son parte de aproximadamente el 70 por ciento de la mano de obra, mientras el porcentaje restante lo ocupan geólogos, ingenieros, médicos y personal de seguridad.
En ese esquema, el sector de operaciones ocupa a más mujeres, ya que varias de ellas conducen camiones de acarreo, aunque «hay distribuidas en todas las áreas», informaron desde la empresa.
La actividad minera tomó un nuevo impulso en los últimos años en Jujuy generando un aumento de los puestos de trabajo.
«Jujuy es una de las provincias con mayor cantidad de trabajadoras mineras», ratificaron fuentes de la Cámara Minera de Jujuy y de la delegación local de la Asociación Obrera Minera Argentina (AOMA).
«Todas las empresas tienen como prioridad la ocupación de mano de obra local. En todas las empresas mineras existen trabajadoras», señaló a Télam Luis Tinte, delegado de AOMA.
Entre las empresas grandes que operan en la provincia, Tinte dijo que Exar «ocupa a 20 mujeres, lo que significa el 30 por ciento de la mano de obra; Sales de Jujuy a 18 (17 por ciento) y Chinchillas, a unas 30 mujeres».
«En proporción, en toda la provincia, el personal femenino rondaría entre un 20 y 30%, con lo que Jujuy está primera en el país», concluyó.