Estados Unidos espera que entre sábado y domingo el Senado dicte su veredicto en el proceso que se le lleva adelante al ex presidente
El juicio político a Donald Trump se encamina hacia su fin y se espera que entre hoy y mañana el Senado dicte su veredicto, luego que la parte acusadora y la defensa concluyeran sus exposiciones con versiones encontradas sobre la responsabilidad del ex presidente en el asalto de sus partidarios al Congreso.
El quinto día de sesión se reiniciará a las 12 hora argentina con los argumentos finales de los «managers», como se conoce a los congresistas demócratas que actúan como una suerte de fiscales, y de los abogados del magnate, que tendrán dos horas cada uno para sus últimas palabras.
Si alguna de las partes decide citar testigos, antes de las exposiciones finales habrá un debate y una votación previa para ver si se permite esto, lo que prolongaría un día más el final del impeachment.
Aunque el juicio político concluya hoy o mañana, una certeza es que será el más corto de la historia de Estados Unidos: el primero contra Trump, el único mandatario en ser juzgado dos veces, duró 21 días; el que tuvo como acusado a Bill Clinton duró 37 días; y el que se realizó contra Andrew Johnson duró 83 días.
Es que en lo único que coinciden demócratas y republicanos es el deseo que el proceso sea lo más rápido posible: el oficialismo para que el Senado pueda centrar su tiempo en aprobar la ayuda para mitigar los efectos económicos del coronavirus y la oposición para poder pasar página.
Los demócratas deben convencer a 17 senadores republicanos de que Trump es culpable del cargo de «incitación a la insurrección» si quieren reunir la mayoría necesaria para condenarlo, algo que por el momento parece improbable.
La última revelación alrededor del ataque al Capitolio del 6 de enero que dejó cinco muertos es que Trump rechazó una petición formulada por el líder republicano en la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy, para ordenar a sus simpatizantes que suspendieran el asalto, según indicaron fuentes del partido a la cadena CNN.
«Bueno, Kevin, creo que esta gente está más molesta que tú por las elecciones», respondió Trump, de acuerdo a los congresistas republicanos presentes, pese a que McCarthy le indicó que sus seguidores estaban entrando hasta por las ventanas.
Los abogados defensores concluyeron ayer sus argumentos en solo tres horas, acusando a los demócratas de perseguir a al exmandatario.
Bruce Castor, uno de los letrados, sostuvo que el objetivo de la acusación es «anular a los 75 millones de votantes de Trump y penalizar puntos de vista políticos».
Michael van der Veen, también miembro del equipo legal, calificó la acusación como inconstitucional y de «acto de venganza política».
Previamente, en su momento de exponer los argumentos, los legisladores demócratas mostraron grabaciones, muchas de las cuales nunca antes se habían visto, que incluyeron el momento en que la turba irrumpía en el edificio, legisladores angustiados recibiendo ayuda de los guardias de seguridad, manifestantes participando en un combate cuerpo a cuerpo con la policía y el audio de los oficiales de policía del Capitolio pidiendo apoyo.
En la Casa Blanca, el presidente Joe Biden dijo el jueves que algunos legisladores republicanos «pueden haber cambiado de opinión» sobre la responsabilidad de su predecesor tras ver esos videos.
«Estoy ansioso de ver qué harán mis amigos republicanos, a ver si se levantan», expresó ayer, en otro escueto comentario sobre lo que está ocurriendo en el Congreso.