Este miércoles se realizó una concentración frente al centro de salud en Sarmiento entre Urquiza y Tucumán
Afiliados, trabajadores de la salud y organizaciones de jubilados se manifestaron este miércoles frente al policlínico Pami I de Rosario para rechazar la posible baja de categoría del histórico centro de salud ubicado en Sarmiento entre Urquiza y Tucumán. Según denunciaron, las autoridades trasladaron a profesionales y afiliados la intención de convertir el espacio en un hospital de baja complejidad desde enero, lo que implicaría la eliminación de internaciones, terapia intensiva y otras prestaciones esenciales.
La convocatoria reunió a integrantes del Frente de Jubilados en Lucha (Frejel), la Asamblea de Jubilados de Rosario y gremialistas del sector sanitario. Con banderas, folletos y equipos de sonido, los manifestantes coincidieron en que el Pami I es “una pieza fundamental” para la salud de miles de adultos mayores en la zona centro de la ciudad.
“La baja de categoría es un hecho”: denuncias por pérdida de prestaciones
María Elena Molina, referente de la Asamblea de Jubilados, advirtió que el deterioro del servicio viene ocurriendo en la práctica: “Más que rumores, la baja de categoría es un hecho porque sacaron prestaciones”. Y enumeró: operaciones de cataratas suspendidas, demoras en rehabilitaciones para pacientes con ACV y recortes en medicamentos esenciales.
También recordó que distintos jueces del país ordenaron la restitución del 100% en la cobertura de remedios, pero esas resoluciones “no se están aplicando”. Molina cuestionó además la intervención de los directorios del Pami en todo el país y la falta de definiciones claras: “Como en las escuelas, el policlínico se mantiene activo por los trabajadores”.
La referente advirtió que enero suele ser un mes en el que se aplican medidas de ajuste:
“En verano la gente está distendida. En enero siempre se da un golpe certero a los jubilados”.
Una protesta cargada de emoción y reclamos
El acto comenzó con el Himno Nacional, entonado por uno de los afiliados, quien luego expresó: “La libertad hay que procurarla y la lucha siempre la tenemos que dar”. El mensaje apuntó directamente a las posibles reformas: “Este anhelo de cerrar el Pami a ellos no les hace daño, pero a nosotros sí”.
Claudia Indiviglia, secretaria general del sindicato Norte de Rosario, recordó en LT8 que esta pelea lleva más de un año: “Quisieron cerrar el Pami diciendo que tenía problemas con el gas”.
La dirigente explicó que mantuvieron diálogos con Esteban Leguizamo, director nacional del Pami, quien negó los rumores de baja de categoría, aunque —según señaló— se contradijo con los propios directores del nosocomio: “La primera semana de diciembre iba a haber una auditoría, pero no se hizo. Pedimos reuniones con autoridades nacionales y no hay respuesta. Los de Rosario no se quisieron reunir porque tenían que ver cómo iban a aplicar los cambios en enero”.
Trasladar pacientes y limitar servicios: el plan en discusión
La información que manejan trabajadores y jubilados indica que el objetivo de la obra social es reasignar las atenciones de alta complejidad al Pami II, ubicado en Olivé 1159, en la zona norte de la ciudad. Allí se concentrarían internaciones, terapia intensiva y cirugías.
En tanto, el policlínico del centro quedaría restringido a prestaciones de baja complejidad, sin camas de internación ni cuidados críticos, un cambio que los manifestantes consideran “un vaciamiento encubierto”.
Mientras las autoridades no oficializan ninguna medida, jubilados y trabajadores sostienen que seguirán movilizados en defensa de la atención en el Pami I, un histórico espacio de salud para miles de rosarinos.
