Por Ariel Gómez
Poder hablar con Juan Sasturain es tener la posibilidad de manejar un abanico interesante de temas. Su amabilidad invita a ello. El fútbol, las historietas, la literatura… y de la lectura. Y de El último Hammett (Alfaguara), su última novela, que presentó en Rosario y en la que el protagonista es uno de los grandes referentes de la novela policial en el mundo.
“Esta novela tiene una pata rosarina aunque transcurre en Nueva York en los años cincuenta. Es una historia que gira alrededor de la vida de Dashiell Hammett. El crea lo que se llamó la novela negra. Fue un extraordinario escritor y una persona muy interesante”, cuenta Sasturain en charla con CLG, durante su paso por la ciudad.
Dashiell Hammett (1894-1961) fue un escritor estadounidense de larga trayectoria y que ha sido referente de Ernest Hemingway y Raymond Chandler, entre otros escritores. Al momento de su muerte Hammett dejó sesenta páginas de una novela inconclusa titulada Tulip, de la que Sasturain se inspiró para este libro, y que en la introducción afirma que “esta novela es un acto de amor, a Hammett y a la literatura”.
Graduado de Letras por la UBA, Juan Sasturain fue profesor universitario hasta la Dictadura. Publicó diez novelas: Manual de perdedores I y II, Arena en los zapatos, Parecido S.A., Los dedos de Walt Disney, Los sentidos del agua, La lucha continúa, Brooklyn & Medio, Pagaría por no verte y Dudoso Noriega.
Sobre el proceso de escritura que tuvo esta obra, sostiene que “uno convive con las cosas y se van generando a través del tiempo, la experiencia y la lectura. Este es el libro de un lector y yo escribo como todos. Lo hago porque leo, más allá de que te pasen cosas. Por lo menos a mí, las cosas más importantes, más interesantes, me pasaron leyendo. No he tenido una vida ni tan interesante ni tan aventurera. En cambio, leyendo, con todo lo que tiene la ficción universal, se conoce gente más inteligente, y esa experiencia de lectura, a veces, se convierte en escritura».
«En este caso es una novela que he escrito como un lector apasionado, como un lector enamorado de los textos de Hammett y de su figura”, afirma, y destaca que la “incubación” del libro, como le dice el propio Sastuarian, ha tenido un largo proceso interno. “Esta novela tiene casi 700 páginas. Es un ladrillo importante y la he escrito durante un buen tiempo, pero la he incubado durante más tiempo, aún. Aquellos que lleguen hasta el final van a ver una línea que dice Julio de 1984, marzo de 2017. Es una cierta idea de que el delirante que la escribió estuvo todos esos años trabajando. No fue exactamente así pero esas fechas no son casuales. Las ideas, las experiencias de lecturas y las ganas fueron tan largas como esos casi treinta años que figuran”, apunta.
También tuvo un paso importante por la televisión. Condujo los ciclos televisivos Continuará…, Disparos en la biblioteca y Plop!, pero fue con Ver para Leer, que se emitió por Telefé entre el 2007 y el 2010, que tuvo cierta exposición pública, algo no tan común para la gente dedicada a la literatura. “Me llevo bien con eso, no puedo ser tan amargo”, asevera y cuenta que “más allá de lo que uno haga bien o mal, el poder de la televisión abierta es muy grande. Yo tengo 73 años y entré a la TV a los 60, cuando comenzamos Ver para Leer, y es un fenómeno muy fuerte de exposición y visibilidad. Uno se hace re conocido, y esto no es un concepto de valoración, sino que te tienen visto. Era ‘El pelado que habla de los libros’, o ‘Ese está en la tele’, lo que no está nada mal”, comenta.
“No fue mérito mío, el programa estaba muy bien hecho. Había mucho talento allí, en el director, Federico Huber, en Claudio Villarruel, que fue el que concibió el programa. A mí me invitaron porque ya lo tenían cocinado, tenían la idea de lo que querían hacer, y me dijeron ‘Vos podés hacer un programa de libros’. De ahí en más me dieron mucha libertad para hablar de los libros que yo quisiese, sin ningún tipo de imposición, ni de best seller, ni de negocios, ni libros nuevos; hablamos de literatura. Y tuve la suerte de estar rodeado de gente que sabe en un medio que desconocía. Aprendí muchísimo y disfruté como loco”, enfatiza.
Publicó sus relatos en Zenitram, La mujer ducha, Picado grueso, Los galochas, El caso Yotivenko y Pretextos, que aparecen en el volumen Cuentos reunidos (Alfaguara, 2017), y su poesía en Carta al Sargento Kirk y El versero. Cien poemas (1976-2016). Además fue guionista de la novela gráfica Perramus, con dibujos de Alberto Breccia, y es autor de crónicas y ensayos sobre fútbol, historieta y humor argentino. Ha trabajado en innumerables medios gráficos argentinos, y fue creador y responsable de la revista Fierro en sus dos etapas. Sus textos y libros fueron traducidos y publicados en una docena de países.
Sobre la literatura actual, Sasturain sostiene que “es muy buena y hay muchos buenos escritores. Este buen momento sirve para ver que en la media de la producción hay mayor cantidad de buenos autores. También es cierto que se publica muchísimo, más que en cualquier otro momento. Pero lo que no se ha modificado o no ha crecido en las mismas proporciones, son los lectores. El fenómeno de la lectura sigue siendo analizado con mucho cuidado. Hoy leen mucho los jóvenes. Pesa el prejuicio de que no leen porque están todo el día con alguna pantalla. Y estamos hablando de clase media hacia arriba, privilegiados que van a la escuela, en un sistema de mierda como este que los está expulsando a todos. Pero aquellos que pueden, lo hacen”.