El actor es parte del ciclo "Un verano fresquito" y presenta su unipersonal "Cuarentón" en el Distrito Noroeste
El actor es parte del ciclo «Un verano fresquito» y presenta su unipersonal «Cuarentón» en el Distrito Noroeste
Por Mario Luzuriaga
El comediante rosarino Jorge Fossetti trae una mirada ácida sobre relaciones de pareja, mascotas, dietas, quiebres generacionales y series de TV, entre otros temas, desde la óptica de quien ha pasado los 40: una edad donde el pilates califica como deporte.
Fossetti cuestiona desde el nombre artístico del Papa a los súper poderes de He-man; desde las hermanas Pastorutti a los sándwiches de milanesa.
El multifacético comediante también es integrante del grupo Marca Cañón, con el cual termina de realizar una exitosa temporada en el Teatro La Comedia durante enero, celebrando sus más de 20 años de carrera.
Ahora le toca pasar un verano «no tan fresquito» como él dice debido a las elevadas temperaturas de la ciudad, pero pese a eso dialogó con CLG.
—¿Cómo iniciaste este «verano fresquito»?
—No muy fresquito (risas). Lo bueno es que hubo mucha gente, la sala está muy buena y por suerte estaba fresquito (risas) por el aire acondicionado.
—¿Cómo te recibió la gente del Distrito Noroeste?
—Bien por suerte, hubo también funcionarios presentes y también me recibieron muy bien en la sala. Había gente de todas las edades, ya que es un espectáculo no solo para cuarentones.
—¿Qué es lo que más le divierte a la gente de tu espectáculo?
—Es muy propio del género del stand up de la identificación, es un humor que se basa en la observación y por ahí hablo de cuestiones que nos pasan o nos han pasado en la vida, problemas de pareja, etcétera. Generalmente el segmento con el que más se enganchan es sobre los boliches que frecuentan los cuarentones, sobre todo cuando están divorciados y quieren volver al ruedo.
—¿Te divertís también con los avances de la tecnología?
—Algo de eso hay sobre el final del show cuando hago una pequeña conclusión sobre como nos han pasado las tecnologías. Vimos nacer y morir el mensaje de texto por ejemplo, vivió menos que un hamster (risas). Heredamos discos de nuestros padres y hermanos mayores que los tiramos y ahora valen una fortuna y nos queremos matar. Los cuarentones vivimos una niñez analógica y me divierto mucho con el tema series y películas que veíamos en canales de cable.
—¿Te gustaría que se extienda esta iniciativa durante el año?
—Me excede porque esas son responsabilidades administrativas y no artísticas, lo bueno es que se extendió a más salas el ciclo. Eso es un gran avance.