El reconocido abogado rosarino dejó un mensaje a todos los colegas en una nueva celebración del natalicio de Alberdi. Además contó sus comienzos y cómo fue avanzando el Derecho a lo largo de su carrera
Un día como hoy pero de 1810, el abogado Juan Bautista Alberdi nació en la provincia de Tucumán y fue uno de los impulsores de la primera Constitución Nacional en 1853, firmada en la ciudad de Santa Fe. Celebrando el natalicio del letrado, Argentina eligió el 29 de agosto como el Día Nacional del Abogado en 1958.
Sin lugar a dudas es unas de las profesiones más antiguas del mundo y que, a pesar del paso del tiempo, se mantiene vigente. Los abogados forman parte central de nuestro país, en tanto que el Poder Judicial, uno de los poderes del Estado argentino, se nutre de ellos. Así como también el Ejecutivo y el Legislativo.
Pero también funciona para el cumplimiento de las leyes y la defensa de los derechos que nuestra Constitución detalla en cada uno de sus artículos.
Un referente rosarino de la defensa de los derechos, en este caso laborales, es Jorge Elías, que con más de 45 años en el ejercicio pleno de su profesión sigue activo y aseguró ante CLG: «Voy camino a las bodas de oro y no me pienso jubilar, voy a morir trabajando, la jubilación me suena aburrido«. También dejó un mensaje a sus colegas y futuros abogados: «Que lo tomen con pasión, que primero piensen en el deber social que tienen que cumplir y en la causa que tienen que defender».
El profesional recibió su título en 1974 y desde hace 46 años ejerce con pasión el derecho: «Me encanta mi trabajo, hacer juicios, defender trabajadores, que mínimamente reciban lo que merecen y que los empleadores inescrupulosos tengan sus consecuencias».
El laboralista dialogó con este medio y contó que eligió la profesión desde chico, siguiendo «a los abogados defensores de las películas» ya que lo sorprendían su elocuencia. Desde ese punto se instaló esa idea en su cabeza, a pesar de no venir de una familia de letrados.
Ya en la secundaria se conoció materias relacionadas con el derecho, entró a la Facultad y reconoció «algunas crisis» ya que en sus años como universitario, la carrera «era más monótono, distante y formalista«. Pero al momento de recibirse cambió todo: «Empecé a disfrutar mi profesión y defender a trabajadores, por suerte puedo seguir y me mantengo«.
El hombre reconoció una frase como la definición de su trabajo: «Virtuoso es el que sabe fastidiar a los malos», de Lucio Anneo Séneca, filosofo del Estoicismo. En este sentido planteó: «Siento que soy virtuoso porque fastidio a los que tienen trabajadores en negro, a los que echan sin pagar. No digo que haga justicia, pero algún fastidio les causa y estoy orgulloso de eso«.
Elías admitió que luego de su larga carrera hoy se encuentra en un momento donde la profesión «tiene bastante bueno y poco de malo», pero recordó sus comienzos cuando «tenía que remar» para conseguir clientes y que vio muchos colegas que «pensaron en ser abogados porque daba prestigio y luego descubrieron que es difícil y buscan incorporarse a alguna estructura del estado o empresa» ya que «no los entusiasma el litigio».
En 1976, apenas dos años después de convertirse en profesional, llegó un nuevo golpe de Estado a la Argentina y «el derecho pasó a un segundo plano» donde la violación a los Derechos Humanos y las injusticias reinaban. «Los años que los colegas se tuvieron que exiliar, o fueron desaparecidos o asesinados y yo podía haber estado entre esos. Lo sufrí mucho», recordó Jorge ante CLG.
Luego con el paso de los años, y más en su especialidad, el abogado remarcó el reiterado intento de «desproteger al trabajador bajo el pretexto de la flexibilidad laboral». En una primera instancia, en la década del 90 con el gobierno de Carlos Saúl Menem, «con consecuencias desastrosas», rememoró para luego agregar: «Periódicamente vuelve a aparecer como la única solución para que el país salga adelante y que los trabajadores estén cada vez pero, ya hemos probado que cuando están mal los trabajadores estamos mal todos, pero hay gente que todavía no lo quiere entender«.
«A pesar de todo -resolvió Jorge Elías- el sistema jurídico argentino ha mejorado y evolucionado. Siempre hay muchas criticas a la Justicia y a los jueces, pero comparado con 40 años años estamos mejor, tenemos un Código Civil moderno, una legislación laboral bastante buena y siento que hemos podido avanzar».
El letrado de 70 años a lo largo de su carrera también se dio el gusto de dar cátedras de posgrado y siempre sostiene una máxima entre sus alumnos: «Que se lo tomen con pasión, que primero piensen en el deber social que tienen que cumplir y en la causa que tienen que defender. En lo posible causas con las que ellos se sientan identificados».
Rápidamente tomó sus palabras y fue claro: «Ganar plata, que es el objetivo de una profesión, no tiene que ser el primer objetivo. El que se preocupa por ser un buen abogado a la larga va a ganar dinero. el que se preocupa por ganar dinero no va a ser un buen abogado y no logrará ganar lo que pretende«.
Sobre el final se tomó un tiempo para pedir a sus colegas: «Mantengamos el prestigio de una profesión que lamentablemente ha quedado desacreditada por algunas conductas de abogados que no se toman la profesión en serio».