Durante 9 días se celebra el milagro de la liberación del pueblo judío del dominio del Imperio sirio-griego. CLG dialogó con el rabino Shlomo Tawill. Hoy a las 20 habrá una celebración
Durante 9 días se celebra el milagro de la liberación del pueblo judío del dominio del Imperio sirio-griego. CLG dialogó con el rabino Shlomo Tawill. Hoy a las 20 habrá una celebración
Por Gonzalo Santamaría
Desde el domingo 22 de diciembre y hasta el lunes 30 la comunidad judía celebra Janucá para conmemorar como los Macabeos liberaron Israel del Imperio sirio-griego. En Rosario, se realizará este jueves un acto en la plazoleta Caggiano frente del Monumento Nacional a la Bandera a partir de las 20.
El festejo consiste en prender un candelabro de nueve brazos, el Janukiá. Sumando una vela, de derecha a izquierda y expresando dos bendiciones por día, hasta llegar a las nueve velas prendidas y manteniendo las nueve al mismo tiempo durante el noveno día.
CLG dialogó con el Rabino Shlomo Tawil en la previa al festejo judío. Se mostró “entusiasmado” por Janucá: “Es una celebración que año a año va tomando impulso. Hace 30 años era una festividad de poco alcance, pero de a poco revertimos esa situación”.
A partir de las 20 se realizará este jueves el encendido en la plazoleta. Y el rabino invitó a la comunidad general a “celebrar juntos con alegría” y sentenció: “Tenemos que llenarnos con más espiritualidad con el prójimo”.
Ampliando su idea, aseguró que el Janucá de 2019 tiene un “mensaje de tolerancia, tranquilidad y de espiritualidad”: “El espíritu une y lo material desune, cuando hay un buen espíritu uno se puede sentar a comer y celebrar con amigos y familia. Cuando no hay espiritualidad es imposible sentarse en una mesa a celebrar algo”.
Al festejo están invitados el intendente Pablo Javkin, el gobernador Omar Perotti y el ministro de Trabajo provincial, Roberto Sukerman. Shlomo Tawil remarcó la importancia de que las autoridades estén presentes ya que “el mensaje de la festividad tiene un alcance global y va más allá de los judíos, porque es el triunfo de la luz sobre la oscuridad, de lo espiritual sobre la materia, el triunfo de la gente que lucha por el bien, por el progreso y la libertad de cada uno de poder ejercer su religión”.
El milagro de las velas
El rabino Shlomo Tawil relató cómo comenzó la celebración que data del 140 a.C.
Israel estaba invadida por el imperio sirio-griego que obligaban a los judíos a copiar su cultura y así intentar olvidar las tradiciones judaicas. Por eso, surgieron los Macabeos, contó Tawil, “para combatir la opresión cultural y física”.
“Eran pocos”, continuó el religioso, «pero el milagro se dio porque pudieron echarlos de Israel”.
“Los Macabeos llegaron al Gran Templo de Israel en Jerusalem y lo encontraron devastado”, narró. El templo era el centro espiritual del pueblo judío y explicó: “Uno de los servicios más importantes era el encendido del candelabro de siete brazos (Menorá) y para eso había que tener un aceite determinado, que estaban alterados por los conquistadores”.
Sin embargo, los Macabeos encontraron una vasija escondida con aceite puro, aunque sólo alcanzaba para prender el candelabro durante una noche. El encendido se dio, y los judíos decidieron producir más, pero el aceite especial tardaba ocho días en estar listo.
“El milagro se dio porque duró siete noches más”, expresó el Rabino Shlomo Tawil y agregó: “Entonces también celebramos con agradecimientos a Dios del triunfo en la guerra, pero también Janucá celebra el milagro del aceite”.