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Italia: tras su renuncia, Conte busca retornar al Gobierno con una coalición más amplia


El primer ministro italiano abandonó el cargo y de ese modo puso así fin a su segundo mandato consecutivo, con el objetivo de formar un nuevo Gobierno que ofrezca "una perspectiva de salvación nacional"

El primer ministro italiano, Giuseppe Conte, renunció este martes a su cargo tras la crisis política originada hace diez días por la ruptura con uno de sus aliados y ahora busca recibir un encargo del presidente Sergio Mattarella para formar un nuevo Gobierno, con una coalición que incorpore sectores europeístas y de centro a la alianza de centroizquierda que encabeza.

En los últimos días, se habían intensificado los pedidos para que Conte encuentre una nueva salida a la crisis tras la demora del plan del premier para incorporar a nuevos aliados de centro que pudieran «ampliar la mayoría» de Gobierno, como se había propuesto en su discurso en el Senado el martes pasado, cuando obtuvo 156 apoyos que lo ratificaron en el cargo pero lo dejaron a cinco votos de la deseada mayoría absoluta.

Hoy, Conte, quien quedará a cargo de forma interina para ocuparse de los asuntos del día a día del Gobierno, le presentó su renuncia a Mattarella en una reunión de media hora que mantuvieron en el Palacio del Quirinal, la sede presidencial.

«Hace un año que atravesamos una fase de verdadera emergencia. El sufrimiento generalizado de los ciudadanos, las profundas dificultades sociales y las dificultades económicas requieren una perspectiva clara y un Gobierno que tenga una mayoría más amplia y segura. Por tanto, es hora de que surjan en el Parlamento voces que tengan en cuenta el destino de la República», planteó Conte a través de la red Facebook.

«Mi renuncia está al servicio de esta posibilidad: la formación de un nuevo Gobierno que ofrezca una perspectiva de salvación nacional», explicó luego, abriendo el horizonte a una ampliación de la coalición que lo sostuvo hasta hoy.

Conte puso así fin a su segundo mandato consecutivo, iniciado el 5 de septiembre de 2019 y con el que se convirtió en el vigésimo Ejecutivo de más duración en la historia republicana del país, tras un primer Gobierno que encabezó entre junio de 2018 y agosto de 2019.

Apenas conocida la renuncia del premier, los jefes de delegación de las tres fuerzas que integran la coalición, el Movimiento Cinco Estrellas, el Partido Democrático y Libres e Iguales ratificaron su apoyo a Conte, a la espera de la incorporación de nuevos aliados que vigoricen a la mayoría y posibiliten la formación de un nuevo Gobierno con el mismo primer ministro.

Según anunció el secretario general de la Presidencia Ugo Zampetti en una declaración a la prensa, Mattarella iniciará mañana a la tarde una serie de consultas políticas con los distintos grupos parlamentarios del país para evaluar sus expectativas y la cantidad de votos que cada fuerza tiene a disposición para formar un nuevo Gobierno.

En tanto, hoy distintos legisladores de centro, agrupados en torno al Movimiento Asociativo de los Italianos en el Exterior (MAIE) que encabeza el senador nacido en Argentina Ricardo Merlo, avanzaron en la formación de un nuevo grupo parlamentario de apoyo a Conte, que podría convertirse en la «cuarta pata» de un eventual tercer Gobierno del premier renunciante o, como ya se bautizó en Italia, «Conte ter».

El plan de estos legisladores, conocidos como los «responsables» es definir el nuevo grupo, para el que necesitan al menos diez senadores, antes de la tarde de mañana para hacer su debut público en la consulta con Mattarella y sumar su voz a los pedidos de un nuevo encargo para el premier renunciante.

Conte, quien desde la ratificación parlamentaria de la semana pasada intentó sin éxito sumar a nuevos aliados de centro, ve en el grupo en formación la última oportunidad de dar vida a una nueva mayoría «ampliada» que comparta las banderas del europeísmo y el liberalismo.

La dimisión de Conte, pese a que la semana pasada había conseguido la ratificación del Parlamento, es un nuevo capítulo de la crisis política originada a inicios de enero con la salida del Gobierno de la fuerza Italia Viva que, disconforme con la gestión de la pandemia, entre otros temas, retiró a sus dos ministras, 30 diputados y 18 senadores del oficialismo.

Ahora, con el llamado a una nueva coalición de fuerte identificación con la Unión Europea, el oficialismo busca abrir una brecha en la coalición opositora de centroderecha que integran Fuerza Italia de Silvio Berlusconi, Liga de Matteo Salvini y Hermanos de Italia de Giorgia Meloni.

La fuerza de Berlusconi, siempre más afín al diálogo con Bruselas, remarcó hoy su disponibilidad a un Gobierno «de salvación nacional», pese al reclamo de sus socios para un rápido llamado a elecciones, aunque siempre ratificando la idea de una «centroderecha unida».

Según publicó el diario Repubblica, al menos tres senadores que hasta la semana pasada pertenecían a Fuerza Italia ya dieron su visto bueno para sumarse al grupo de los «responsables» para sostener un nuevo Gobierno de Conte.

Con el europeísmo de la nueva alianza oficialista en el centro de la discusión, el dos veces premier Romano Prodi (1996-1998 y 2006-2008) remarcó hoy en diálogo telefónico con Télam que «hay que actuar rápido porque esta crisis es vista con preocupación por todos los lideres europeos, que ven los riesgos para todo el continente».

En medio de la pandemia de la que el país fue uno de los epicentros europeos, la dirigencia política desató lo que encuestas y analistas ven como una de las crisis más inentendibles de la historia reciente para los italianos y desnudó, una vez más, la inestabilidad de los Gobiernos en la península.

Así, frente a las referencias europeas que rodean la conformación de la nueva coalición de Gobierno, los contrastes con el resto del continente son evidentes. Por ejemplo, en los 15 años en los que Alemania ha tenido a Angela Merkel en el poder, Italia tuvo diez Gobiernos de siete primeros ministros distintos.

Si luego de las consultas políticas Mattarella constata que ninguna figura está en condiciones de lograr una mayoría con la actual composición de las Cámaras, el presidente puede decidir la disolución del actual Parlamento, elegido en las elecciones del 4 de marzo de 2018 por un período de cinco años, y convocar de manera anticipada a nuevos comicios que desbloqueen la situación.