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Italia espera vacunar contra el coronavirus a casi 2 millones de personas en enero


El gobierno italiano, mientras, prepara nuevas medidas para aliviar las restricciones vigentes de cara a la Navidad

El gobierno italiano estimó hoy que podrá vacunar contra el coronavirus a casi dos millones de personas en enero, mientras prepara nuevas medidas para aliviar las restricciones vigentes de cara a la Navidad.

«Estamos elaborando un plan de vacunación y la primera disponible será la de Pfizer, de la que 3,4 millones de dosis llegarán a Italia en la segunda quincena de enero», dijo el Comisario especial del Gobierno para la pandemia, Domenico Arcuri.

En declaraciones al diario Repubblica, agregó que con el plan de vacunación «1,7 millones de italianos serán vacunados inmediatamente y cada uno de los vacunados deberá regresar luego de tres semanas» para una segunda dosis.

Las proyecciones de Arcuri se dan mientras esta semana se conoció que uno de cada seis italianos no quiere vacunarse el año próximo y el 40% prefiere «esperar» a que haya más datos sobre las vacunas, según una encuesta de Ipsos.

Mientras tanto, el Ministerio de Salud informó este viernes 37.242 contagios, frente a los 36.173 informados ayer, y con un alza del índice de positividad, que mide la cantidad de positivos cada 100 test hechos, que pasó del 14.5% del jueves al 15.6% de hoy.

Además, las autoridades informaron hoy 699 víctimas, en alza frente a las 653 de ayer, y que elevan el total desde el inicio de la pandemia a 48.569.

Italia estabiliza su curva de contagios de coronavirus pero suben las  muertes

Al mismo tiempo, Arcuri aclaró que si bien están pendientes las validaciones «de los organismos de autorización», es optimista en que «una parte importante» de los 60 millones de habitantes de Italia «podrá vacunarse dentro del primer semestre del próximo año o dentro del tercer trimestre de 2021».

Las declaraciones de Arcuri se dan mientras el Gobierno avanza con nuevas medidas para lograr una flexibilización de las restricciones vigentes antes de Navidad, según reconoció en las últimas horas el premier Giuseppe Conte.

«Debemos prepararnos para una Navidad más sobria, pero aún esperamos que la economía pueda desarrollarse, que se pueda comprar e incluso intercambiar regalos», sostuvo Conte.

Los diarios Corriere della Sera y Repubblica agregan hoy que el Ejecutivo trabaja en un nuevo decreto que contempla la posibilidad de aplazar el inicio del toque de queda de las 22 actuales a las 24, para permitir mayores desplazamientos en las semanas previas a la Navidad.

Además, una de las hipótesis que maneja el Gobierno, de acuerdo a Corriere, es la posibilidad de permitir las cenas durante el período de Navidad solo con familiares cercanos.

Para Repubblica, el Gobierno prepara una «tregua» de cara al período navideño, durante la que habrá una ventana de diez días sin restricciones para las compras con el fin de evitar «un colapso del consumo».

El Gobierno estima que la economía italiana caería al menos un 9% durante 2020 por la pandemia.

Como parte de la lucha contra la segunda ola de coronavirus, Conte dispuso por decreto a inicios de noviembre la división de Italia en tres zonas (roja, naranja y amarilla), de acuerdo al riesgo epidemiológico

Así, siete regiones y la provincia autónoma de Bolzano permanecen como «zona roja», en una medida por la que sus cerca de 27 millones de habitantes sumados no pueden entrar ni salir sin justificación y los bares y restaurantes permanecen cerrados, entre otras medidas.

Además, ocho regiones permanecen como «zona naranja», con la entrada y salida de personas restringida pero con bares y restaurantes abiertos de lunes a viernes, y solo cuatro, más la provincia autónoma de Trento, quedaron en el nivel más bajo, «zona amarilla», en las que solo está vigente el toque de queda impuesto a nivel nacional entre las 22 y las 5.

Según el diario La Stampa, de todos modos, la previsión del Comité Técnico Científico que asesora al Gobierno es que para Navidad puedan ser 17 las regiones en «zona amarilla»; con excepción de Abruzzo, Basilicata y Toscana, donde aún vislumbran la necesidad de mayores restricciones.