Sucede en Nápoles, en el sur del país europeo que sufrió una caída del 9% en su economía el año pasado
Comerciantes de Nápoles, en el sur de Italia, salieron hoy a las calles mostrando lencería femenina para protestar contra el prolongado cierre de sus negocios a causa de las restricciones impuestas contra la pandemia de coronavirus.
La lencería se convirtió en un símbolo de las protestas de los comerciantes italianos, pues la ropa interior está considerada un artículo esencial y las tiendas que los venden pueden seguir abiertas durante el confinamiento.
Campania, la región donde se ubica Nápoles, es una de las «zonas rojas», sujetas a importantes restricciones, incluyendo el cierre de la mayoría de las tiendas, una medida que ayer fue prolongada una semana más.
Muchos comercios empezaron a vender ropa interior femenina «porque tienen familias que alimentar, alquileres que pagar y empleados a los que mantener», declaró Carla della Corte, presidenta del grupo de comerciantes Confcommercio, al diario Corriere della Sera.
Según el periódico local Il Mattino, consignó la agencia AFP, unos 150 vendedores participaron en la protesta y esta semana otros comerciantes ocuparon una plaza llevando grandes cruces de madera para representar su sufrimiento.
Italia registra más de 113.500 muertes por el coronavirus y su economía cayó casi 9% el pasado año; y, desde febrero de 2020, se perdieron unos 945.000 puestos de trabajo.
A pesar del creciente rechazo que generan las medidas de confinamiento para hacer frente al Covid-19, que esta semana derivó en enfrentamientos entre propietarios de bares y restaurantes y la policía en Roma, el gobierno no prevé suavizar las medidas antes de mayo.
El primer ministro, Mario Draghi, indicó que el Ejecutivo podría plantearse levantar las medidas cuando avance la vacunación.
De momento, se administraron 12,6 millones de dosis de la vacuna en el país, de unos 60 millones de habitantes.