El presidente italiano Sergio Mattarella encabezó hoy la conmemoración del primer aniversario del derrumbe del puente Morandi, en la ciudad de Génova, en el que murieron 43 personas en 2018.
«Nos separa del trágico incidente un año que no ha trascurrido en vano», planteó Mattarella en una columna de opinión escrita en el diario Siglo XIX, antes de encabezar la conmemoración en la ciudad del centro italiano.
En ese marco, el jefe de Estado se refirió al nuevo puente que será construido y aseguró que «estará en grado de remendar la herida provocada por el derrumbe, reconectando una ciudad partida, no solo materialmente, en dos».
Durante la ceremonia en la que también estuvo presente el primer ministro Giuseppe Conte, el arzobispo de Génova, el cardenal Angelo Bagnasco, recordó a las víctimas como «ángeles de la ciudad» y aseveró que «no se los olvidará jamás».
En la víspera, incluso el papa Francisco había escrito a las víctimas y familiares para expresarles su «cercanía».
«Frente a eventos de este tipo, el dolor causado por las pérdidas sufridas es insoportable y no es fácil de aliviar, también es comprensible el sentimiento de no resignación ante un desastre que podría haberse evitado», planteó el pontífice en su misiva
Según se indicó, el nuevo puente costará 202 millones de euros y contempla una cubierta de acero de 1.100 metros de longitud, con 19 pilares elípticos separados a una distancia de 50 metros.
El 14 de agosto de 2018 se derrumbó un tramo del puente Morandi, causando la muerte de 43 personas, un hecho del que el Gobierno italiano culpó de inmediato a la concesionaria italiana Autostrade per l’Italia, porque era la responsable de la gestión y mantenimiento del viaducto.
Este jueves, de hecho, las familias protestaron por la presencia en el homenaje de los representantes de la empresa concesionaria, especialmente de Giovanni Castellucci, uno de los 74 investigados por homicidio culposo pero aún al frente de Atlantia, una de las firmas de la familia Benetton que gestionaba el mantenimiento del puente.