Este recrudecimiento de las hostilidades comenzó el 7 de octubre, cuando milicianos de Hamas irrumpieron en Israel, en un ataque sorpresa que dejó 1.200 muertos, en su mayoría civiles, y 240 secuestrados, entre ellas una veintena de argentinos
Israel y el movimiento islamista palestino Hamas continuaron hoy su guerra, en el segundo día de ataques tras el fin de una semana de tregua y pese a la presión internacional por extender el acuerdo.
El Ministerio de Salud de la Franja de Gaza, controlado por Hamas, afirmó que 240 personas murieron y 650 resultaron heridas desde que ayer se reiniciaron las hostilidades, que tienen epicentro en el norte del enclave, aunque hoy se reportaron varios bombardeos también en el sur.
«Ahora estamos atacando blancos militares en toda la Franja de Gaza», dijo en ese sentido Jonathan Conricus, portavoz de las Fuerzas de Defensa Israelíes (FDI), al afirmar que el ejército atacó más de 400 «objetivos terroristas» en el territorio palestino desde el fin del acuerdo.
Según Hamas, las fuerzas israelíes «apuntaron especialmente contra Jan Yunis», en el sur del territorio, «donde decenas de casas fueron destruidas con sus habitantes dentro».
Las fuerzas israelíes confirmaron que sus aviones de combate alcanzaron «más de 50 objetivos en un amplio ataque en el área de Jan Yunis».
También se efectuaron disparos de artillería y bombardeos aéreos contra el «norte de la Franja de Gaza», según un comunicado oficial citado por la agencia de noticias AFP.
Los temores de un conflicto regional mayor crecieron después de que el Ministerio de Defensa sirio informara de bombardeos israelíes cerca de la capital Damasco.
El Observatorio Sirio para los Derechos Humanos (OSDH), una ONG con una gran red de fuentes en Siria, afirmó que dos combatientes afines al movimiento chiita libanés Hezbollah murieron en estos ataques. El ejército israelí no hizo comentarios.
Previamente, ese grupo, aliado de Hamas, informó de la muerte de dos de sus miembros en bombardeos israelíes en el sur del Líbano, donde también murió un civil.
Este recrudecimiento de las hostilidades comenzó el 7 de octubre, cuando milicianos de Hamas irrumpieron en Israel, en un ataque sorpresa que dejó 1.200 muertos, en su mayoría civiles, y 240 secuestrados, entre ellas una veintena de argentinos.
En respuesta, Israel prometió eliminar a Hamas y desató una campaña de ataques aéreos y terrestres en Gaza que, según el gobierno del enclave, dejó más de 15.000 muertos, en su mayoría civiles.
El cese temporal de hostilidades de una semana permitió intercambiar rehenes por presos palestinos: 110 secuestrados fueron liberados desde el inicio del conflicto, 105 de ellos durante la tregua, en su mayoría mujeres y menores israelíes, y una decena de ellos argentinos, y a cambio Israel excarceló a 240 personas.
Sin embargo, el ejército israelí afirmó hoy que cinco de las personas tomadas por Hamas murieron y que el grupo mantiene todavía a «136 rehenes, incluyendo 17 mujeres y niños».
Con la reanudación de los combates, ayer se cerró el cruce fronterizo de Rafah, entre Egipto y la Franja de Gaza, punto de ingreso para la ayuda humanitaria.
La Media Luna Roja Palestina informó hoy que recibió 50 camiones de ayuda en Gaza a través de ese paso, lo que marca un reinicio de la asistencia, aunque a un nivel previo a la tregua, que también sirvió para que ingresen cientos de vehículos por día.
Israel y Hamas se acusaron mutuamente de ser los responsables del fin de la tregua.
«Hamas violó la pausa operacional», afirmó ayer el ejército israelí en un comunicado, luego de que las FDI interceptaran un cohete lanzado desde Gaza.
En ese mismo sentido, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, afirmó que el grupo palestino «violó» el acuerdo al «disparar cohetes» hacia Israel.
«El gobierno israelí está decidido a lograr los objetivos de la guerra: liberar a los rehenes, eliminar a Hamas y garantizar que Gaza nunca más represente una amenaza para el pueblo de Israel», dijo su oficina en un comunicado.
Por su parte, Hamas responsabilizó a Israel por el fin de la tregua, al afirmar que sus autoridades rechazaron «todas las ofertas» para continuar con el proceso de liberación de los secuestrados durante los ataques perpetrados el 7 de octubre a cambio de presos palestinos.