El cierre comenzará a regir a partir del próximo viernes 18, coincidiendo con la festividad de Rosh Hashaná, ella festividad del Año Nuevo judío. Será por tres semanas
El Gobierno de Israel aprobó este domingo un cierre total de tres semanas para frenar la segunda oleada del coronavirus, que golpea con fuerza el país desde mayo y que alcanzó en la última semana uno de los índices de morbilidad más altos del mundo.
“Hoy el gobierno decidió aplicar el confinamiento estricto de tres semanas con la opción de extender la medida”, declaró el primer ministro Benjamin Netanyahu, cuyo país se convierte así en la primera economía desarrollada que toma tal medida para frenar una segunda ola de contagios.
Las autoridades sanitarias advirtieron de que habría un nuevo confinamiento si se superaban los 2.000 positivos diarios. Se superaron durante semanas, y señalaron entonces que esperarían a ver si bajaban. Hoy, tras superarse la semana pasada los 4.000 contagios en 24 horas, con los hospitales encaminados a la saturación y la cifra de casos graves en alza, el confinamiento finalmente se convirtió en realidad.
Israel registró durante la última semana uno de los índices de morbilidad más altos del mundo, algo que los especialistas advierten podrían desencadenar un aumento en la tasa de mortalidad, que hasta el momento se ha mantenido relativamente baja. El sábado el país superó los 150.000 casos de coronavirus desde el comienzo de la pandemia. Los 3.962 nuevos contagios detectados en las últimas 24 horas elevaron a 152.525 la cifra total, profundizando aún más la gravedad de una segunda oleada que no da tregua. La cifra de casos graves se mantiene por debajo de los 500 (495) pero ya son 202 los pacientes que necesitan respiradores.
En principio serán tres semanas, del 18 de septiembre al 9 de octubre y, tal como sucedió con el cierre de abril durante la festividad de Pésaj (Pascua), coincidirá con tres celebraciones religiosas muy importantes: Rosh Hashaná (Año Nuevo judío), Yom Kipur (Día del Perdón) y Sucot (los Tabernáculos).
Durante este período, los israelíes no podrán desplazarse más de 500 metros de su domicilio -con la excepción de actividades deportivas individuales- y las escuelas, hoteles y centros comerciales permanecerán cerrados. Además, regirá un límite de hasta diez personas en reuniones en espacios cerrados y de 20 al aire libre.
Los supermercados y farmacias podrán seguir funcionando pero el resto de comercios únicamente podrá realizar envíos a domicilio.
El sector público disminuirá sus trabajadores al mínimo y el privado podrá seguir trabajando con normalidad pero no estará permitido recibir clientes.
“Sé que estas medidas tienen un coste alto para todos nosotros (…) Pero solo si cumplimos las reglas, y confío en que lo haremos, derrotaremos al virus”, manifestó Netanyahu, antes de abordar el avión que lo llevará a Washington para firmar, el próximo día 15 en la Casa Blanca, los acuerdos de establecimiento de lazos diplomáticos con Emiratos Árabes Unidos y Baréin.
El mandatario sostuvo que el objetivo de esta decisión “es detener el aumento, reducir el contagio”.
El gabinete, dividido por el confinamiento
La decisión de aplicar un nuevo confinamiento fue alcanzada tras una reunión del Gabinete de Ministros de más de siete horas que, según medios locales, incluyó gritos y acusaciones cruzadas y que estuvo marcada además por la renuncia del ministro de Construcción y Vivienda, el ultraortodoxo Yaakov Litzman.
Durante el debate, además, fueron varios los ministros que alertaron sobre el daño que esta medida podría causar a la economía. Amir Peretz, titular de Economía, advirtió de que “la crisis económica no es menos grave que la sanitaria” y propuso reemplazar el confinamiento por un toque de queda nocturno que permita a los comercios seguir operando durante el día.
Colectivos de trabajadores también mostraron su rechazo a esta decisión durante los últimos días, incluyendo ayer en la habitual protesta multitudinaria semanal contra Netanyahu que se repite desde hace meses en varios puntos del país.
Mientras que el confinamiento aplicado en el mes de abril fue respetado prácticamente a rajatabla por la población israelí, tras seis meses de pandemia, una menor confianza en las autoridades y un mayor índice de desempleo, esta vez la reacción podría ser otra y asociaciones de comerciantes han anticipado que están considerando no atenerse a las nuevas restricciones.
Según varios expertos, la medida aprobada hoy permitirá ganar tiempo pero será insuficiente si no va acompañada por un aumento en la cantidad de pruebas diarias y un mayor seguimiento de la cadena de infecciones.