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Israel va a las urnas y Netanyahu busca el quinto mandato


Después de una década en el poder, el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, intentará hoy conseguir en las urnas un quinto mandato con una coalición más nacionalista y religiosa que la actual, apenas cuatros meses después de tener que adelantar las elecciones para evitar una crisis de gobierno.

Su principal rival es el ex jefe del Ejército que comandó dos ofensivas en la Franja de Gaza, Benny Gantz, y, según la última encuesta publicada por el Canal 13 local, le está pisando los talones.

El partido de Netanyahu, Likud, aventaja apenas por una banca a Kahol Lavan, la alianza formada por Gantz y el ex periodista televisivo y ex ministro de Finanzas de Netanyahu, Yair Lapid.

Otras encuestas, en cambio, dan a la coalición de Gantz y Lapid apenas por encima del Likud.

Sin embargo, el sondeo del Canal 13 es contundente al adelantar que todos los partidos de derecha, nacionalistas y religiosos, que apoyan a Netanyahu suman 66 bancas, mientras que las fuerzas que podrían apoyar a Gantz y Lapid para desbancar al actual primer ministro solo sumarían 54 asientos en el Knesset (parlamento).

El Knesset tiene 120 bancas y cualquier líder necesita tener el apoyo de al menos 61 diputados para poder formar gobierno.

Si Netanyahu logra sumar esas 66 bancas con sus aliados de derecha -muchos de los cuales deben superar el umbral del 3,5% y entrar al parlamento-, se convertiría, a los 69 años, en el primer ministro que más tiempo consecutivo estuvo en el poder y en el primero que asume con un procesamiento pendiente por cargos de corrupción, fraude y violación de confianza.

El fiscal general de Israel anunció en febrero pasado que procesará a Netanyahu, pero solo lo concretará después de las elecciones. Por lo tanto, el premier podría asumir su quinto mandato consecutivo y, luego, enfrentar una nueva crisis.

Aunque la intención de voto de Netanyahu creció en los últimos meses, el ex jefe del ejército, Gantz, y su coalición que incluye a otros reconocidos generales retirados, sigue peleando la punta de los sondeos, lo que preocupa al premier.

Con 59 años, Gantz había esquivado la vida política hasta ahora. Pasó de ser elogiado públicamente por Netanyahu y gran parte de su coalición de partidos de derecha, especialmente por su liderazgo militar en las ofensivas masivas contra la Franja de Gaza en 2012 y 2014, que dejaron miles de palestinos muertos, a ser criticado ferozmente.

Hoy, Netanyahu lo acusa de ser «un izquierdista débil» y él, pese a que la prensa y analistas lo describen como el candidato de centro, se defendió en un spot televisivo de campaña recordando cómo las fuerzas armadas bajo su mando mandaron «de vuelta a la Edad de Piedra» al bloqueado y devastado territorio de Gaza en 2014.

Pese a que la alianza dirigida por Gantz y otros tres ex generales no hubiese sido calificada de centro hace solo unos años en Israel, hoy la diferencia con el Likud de Netanyahu y sus aliados son claras.

Mientras Netanyahu y su gabinete hablan de anexar parte del territorio palestino ocupado de Cisjordania, el partido de Gantz se mostró más ambiguo y habló de «acelerar el desarrollo económico en las zonas de la Autoridad Palestina» al mismo tiempo que «fortalecerá los grandes bloques de asentamientos» en los territorios ocupados.

Aunque ninguna de estas dos visiones mencionó la posibilidad de negociar una paz o dialogar con los palestinos -que dentro del país representan un 20% de la población-, para el futuro del conflicto no es lo mismo prometer anexar grandes porciones de tierras que impulsar una profundización de la actual política de separación y segregación.