Las fuerzas de seguridad iraquíes impusieron un toque de queda de 24 horas en Bagdad después de reprimir fuertemente unas protestas antigubernamentales que comenzaron a principio de la semana y que ya dejaron 21 muertos. Además, en un intento por sofocar las protestas, las autoridades cortaron el acceso a Internet en gran parte del país para evitar que los manifestantes se autoconvoquen.
Antes del amanecer, se escucharon explosiones en la zona verde de la capital, un sector fortificado en el que se encuentran las oficinas gubernamentales y embajadas extranjeras. La coalición militar dirigida por Estados Unidos en el país dijo que se está investigando lo que ocurrió y aclaró que no se trató de un ataque contra fuerzas ni activos propios.
La violencia estalló el martes pasado en una manifestación que fue fuertemente reprimida por las fuerzas de seguridad y que hasta el momento dejó al menos 21 muertos y cientos de heridos. Doce personas, entre ellos un policía, fueron asesinadas el miércoles en las ciudades sureñas de Nasriyah, Kut y Amara, ciudades predominantemente chiitas, según fuentes de seguridad, citadas por la cadena de noticias CNN.
Los manifestantes son en su mayoría jóvenes, sin liderazgo político, que demandan empleo, mejora en los servicios de electricidad y agua, y el fin de la corrupción. Las protestas, a las que ningún partido político se ha unido, han sido convocadas a través de redes sociales y con el correr de los días han ido escalando en sus demandas hasta llegar a pedir la renuncia del gobierno.
El gobierno del primer ministro Adel Abdul Mahdi, asumido hace un año, enfrenta su primer desafío serio mientras se mantiene atrapado en las tensiones entre su vecina Irán y Estados Unidos, dos países con presencia militar en el país.
En medio de esas tensiones, el Ministerio de Relaciones Exteriores iraquí convocó al embajador de Irán en Bagdad para que aclare sus dichos acerca de que Teherán tomaría represalias por un ataque de Estados Unidos en cualquier país del mundo, incluso en Irak.
El toque de queda en Bagdad se anunció esta madrugada con el objetivo de «proteger la paz general» y a los manifestantes de posibles «infiltrados» que atacaron a las fuerzas de seguridad y la propiedad pública. La medida excluye a los viajeros hacia y desde el aeropuerto de Bagdad.
«Si hay toque de queda o no, vamos a continuar», gritó un manifestante en la plaza Tahrir, donde cientos se congregaron pese a la prohibición de la policía, que disparó gases lacrimógenos. En un puente cercano a la Zona Verde, las fuerzas de seguridad también dispararon con rifles automáticos además de lanzar gases lacrimógenos.