La Comisión de Derechos Humanos de Irak cifró en 40 los muertos y 1.650 los heridos en las protestas ocurridas durante los últimos cuatro días en el país árabe en reclamo de más servicios básicos, mientras se espera que las manifestaciones se intensifiquen tras el rezo musulmán de los viernes.
Así lo anunció Ali al Bayati, integrante del ente gubernamental, quien agregó que entre las víctimas hay tres miembros de las fuerzas de seguridad, informó la agencia de noticias EFE.
Las manifestaciones por mejores servicios como electricidad, agua potable y contra la corrupción y el desempleo se iniciaron de forma aparentemente espontánea en Bagdad y se extendieron a varias ciudades del sur del país, a pesar de la fuerte represión de los policías antidisturbios que usaron armas de fuego.
Según el último recuento de ese órgano, la mayor parte de los fallecimientos, 17, se registraron en la provincia meridional de Di Qar, al tiempo que los 1.648 heridos incluyen a 359 efectivos de las fuerzas de seguridad.
La Comisión no entregó por ahora información sobre el resto de los fallecidos.
Desbordadas por la movilización, las autoridades impusieron el toque de queda en Bagdad y otras ciudades, aunque sin demasiado éxito, además del bloqueo de Internet en buena parte del país, lo que no desanimó a los centenares de jóvenes reunidos en la plaza de Tahrir (Independencia), en el centro de la capital, que mantuvieron su desafío.
Protestas en al menos cinco puntos distintos de la capital volvieron a registrarse hoy, y se prevé que se intensifiquen después del mediodía en el marco del rezo musulmán.
De momento ningún partido o movimiento político de los varios que dominan la escena política iraquí se ha puesto al frente de las movilizaciones.
Las protestas dieron comienzo a principios de semana y fueron convocadas en las redes sociales por los ciudadanos, que tanto en Internet como en las calles exigen mejores servicios públicos, como agua y electricidad, más oportunidades de trabajo y el fin de la corrupción.
También han dirigido su rabia contra el gobierno del primer ministro Adel Abdul-Mahdi, formado hace un año con un perfil tecnócrata para hacer frente a los acuciantes problemas económicos que sufre Irak tras años de conflicto armado y mala gestión de los recursos naturales.