Qué hacer y qué no a la hora de crear contraseñas, incorporar mejores prácticas a la hora de consumir información o aprender a configurar la privacidad personal son algunos de los consejos de la flamante Guía de Alfabetismo y Seguridad Digital, publicada por la OEA y Twitter. Mirá la infografía.
Con este documento de 40 páginas, el organismo multinacional y la red social buscan contribuir en el desarrollo de las habilidades necesarias para procesar la información que circula en las redes sociales, que hoy en día es «inmediata y abundante», además de sugerir métodos para navegar seguros.
Entre otras cosas «la guía invita a que la gente use su lado más racional a la hora de contestar un mensaje. A que se tome un minuto y se haga preguntas que en realidad siempre han sido necesarias, pero ahora todo el mundo debe ejercitarlas», analizó Hugo Rodríguez Nicolat, director de Políticas Públicas para Twitter Latinoamérica.
La OEA y Twitter publicaron una Guía de Alfabetismo para mejor uso de la red
Se trata invitar a las personas a responder internamente «preguntas que uno tiene que hacerse al encontrarse con mucha información, como qué, quién, cuando, dónde, por qué y cómo» se publican los mensajes.
La guía, señaló Rodríguez Nicolat, surge de un trabajo conjunto con la OEA y recoge también «reflexiones que tuvimos con distintos actores», partiendo de la noción compartida de que «Twitter horizontalizó la posibilidad de las personas de comunicarse» sobre temas públicos.
Para resguardar la seguridad de esa conversación, en el marco de una comunidad «muy activa y participativa», el informe recomienda por ejemplo no enviar contraseñas por correo ni mensaje de texto, ni guardarlas en listas en la computadora, no reutilizarlas y evitar compartirlas.
Otro punto que profundiza es en el resguardo de la privacidad, para lo que despliega una batería de consejos para configurar de forma correcta aquello que se quiere hacer público y aquello que no. Así, propone a los usuarios revisar, comprender y definir la audiencia con la que se puede compartir contenido; monitorear qué aplicaciones pueden acceder a sus datos, «especialmente en segundo plano»; tener en cuenta las implicaciones de incluir la ubicación al publicar; o configurar una autenticación de dos factores para iniciar sesión.
También recuerda que cuando se registra una cuenta de redes sociales, por defecto toda la información anotada en un perfil se hace pública, lo que significa que cualquier persona puede acceder al contenido que hayas registrado en una cuenta.
«Twitter está en un nicho en el que las personas quieren descubrir información de carácter público. No solo en política, sino en tecnología, artes, deportes. Pero en la guía queremos hablarle a toda la audiencia, no solo a los más experimentados», sostuvo el directivo.
Para usuarios con más experiencia en la plataforma también hay datos útiles, como un glosario de comandos técnicos para exprimir las posibilidades del motor de búsqueda avanzada o un repaso por herramientas de publicación, como Tweetdeck.
Según Rodríguez Nicolat, muchos de estos consejos persiguen el objetivo de «mejorar la capacidad de los receptores para distinguir la calidad de la información», algo que tiene repercusión en uno de los debates actuales, el del combate contra la desinformación y las noticias falsas.
«Twitter no tiene una intención de decidir lo que es verdadero y lo que es falso ni cree en que deba haber una entidad censora de los contenidos», aclaró.
Sí, en cambio, toma «muy en cuenta el tema de la falsedad de las cuentas», lo que prohíbe por considerarlo «un intento de engañar».
La guía puede descargarse de forma gratuita desde la página web de la OEA.