Las PASO fueron creadas en diciembre de 2009 por medio de la ley de Democratización de la Representación Política y la primera vez que se implementaron fue en 2011
Por Jorgelina Vidal – Telam
A 10 años de haber sido utilizadas por primera vez y en medio del contexto de pandemia, los argentinos se preparan para votar el próximo 12 de septiembre en las primarias abiertas, simultáneas y obligatorias (Paso) que se consagran este año como una instancia no sólo para dirimir competencias internas sino también liderazgos, tal como ocurrirá dentro de la coalición opositora Juntos por el Cambio.
Las Paso fueron creadas en diciembre de 2009 por medio de la ley de Democratización de la Representación Política, la transparencia y la equidad electoral, para la selección de candidatos a los cargos electivos del nivel nacional, y se utilizaron por primera en las elecciones de agosto de 2011.
Consultados por Télam, especialistas en la cuestión electoral sostienen sostienen que desde que fueron creadas y cada dos años, las primarias entran en debate, más allá de la fuerza política que esté en el poder.
Este año, signado por la pandemia, no fue la excepción y el debate sobre la conveniencia o no de llevarlas a cabo transcurrió con argumentos que iban desde cuestiones económicas hasta sanitarias para derogarlas, pero finamente el Gobierno nacional decidió trasladarlas del mes de agosto -en que tradicionalmente se celebran- al mes de septiembre para evitar el pico de contagios de coronavirus.
Entre los principales detractores de la realización de las Paso, se encontraban algunos de los referentes opositores, espacio que será -en esta oportunidad- el que mayor aprovechamiento realizará de la interna: Juntos por el Cambio tendrá internas reales en 17 provincias; entre ellas las estratégicas Buenos Aires y Córdoba.
Interrogantes como: «¿Para qué sirven?, ¿Qué aportan al sistema político? o ¿Es necesario gastar ese dinero teniendo en cuenta que la mayoría de las fuerzas llega con una lista de unidad? son algunos de los argumentos que se esgrimen a la hora de discutir sobre la utilidad de las PASO.
«Este año es cuando en su mayor expresión se van a usar las PASO: no sólo para dirimir competencias internas sino también liderazgos sobre la posterior candidatura presidencial para ir generando un nuevo líder», aseguró a Télam Alejandro Tullio, profesor de Derecho Electoral y director del Instituto de Ciencias Jurídicas de la Universidad Nacional de San Martín.
Según su cálculo, en las Paso de septiembre Juntos por el Cambio tendrá competencia en 17 provincias, el Frente de Todos solo en cinco provincias y la Izquierda en 18 distritos de país.
Las Paso fueron creadas con el confeso objetivo de fomentar la democratización interna de las agrupaciones políticas, ordenar la selección de candidaturas y la oferta electoral a través de la construcción de opciones más claras y acotadas para los votantes.
«Uno de los aspectos positivos que han tenido las primarias es el ordenamiento de la oferta partidaria. Desde el terremoto del 2001 se fue reforzando la tendencia hacia la comprensión en una oferta acotada», dijo a Télam Facundo Cruz, doctor en Ciencia Política, consultor, investigador y profesor universitario, quien analizó los datos de las Paso durante esta década.
«A casi 10 años de su primera implementación, todas las provincias del país tuvieron competencia interna en al menos un partido o coalición tanto para diputados como para senadores. Todas menos La Rioja, donde hay consenso y unidad. En tanto Corrientes, en el 43,9 % de los casos hubo internas competitivas», detalló Cruz (ver Infografía).
«Pero tanto la provincia de Buenos Aires como la Ciudad de Buenos Aires, están por debajo de la media nacional. Son los dos distritos grandes y tapan el bosque de las PASO, que se usaron más en el resto del país», remarcó el catedrático en diálogo con esta agencia.
«De todos los procesos electorales desde 2011 para diputados nacionales, el 20% tuvo competencia interna, lo que me parece positivo», consideró Cruz y agregó: «Una de cada cuatro coaliciones utiliza las PASO para las elecciones legislativas de Diputados y una de cada cinco lo hace para la elección de senadores».
En tanto, según el análisis de Tullio, «las PASO tuvieron una gran contribución» y precisa que «se redujo a la mitad el número de candidaturas presidenciales y a un tercio de legisladores nacionales en cada elección».
«Esto no es menor. Ordenó un sistema de partidos que tendía a la fragmentación a uno que tiende a la unificación. Cuando tienden a concentración, mejora la representación política», indicó.
El extitular de la Dirección Nacional Electoral entre 2001 y 2015 dijo que «para evaluar las PASO en esta década hay que analizar tres momentos: de dónde venimos; el camino transitado y lo que veo hacia adelante».
Sobre el punto de partida, Tullio señaló la Ley del Sistema de Partidos en 1965 y su modernización en 1985 a «partir de las cuales todo lo relativo a los Partidos Políticos lo resolvía el propio partido» pero teniendo en cuenta que el período estuvo signado por golpes de Estado.
«Recién desde 1983 en adelante empezó a verse el funcionamiento de los partidos políticos. Es la primera vez que los partidos funcionan por 38 años ininterrumpidos de vida democrática», remarcó Tullio.
Ambos especialistas coincidieron en señalar que «uno de los efectos positivos que han tenido las primarias es en el ordenamiento de la oferta partidaria», ya que desde el año 2001 en adelante «han reforzado la tendencia hacia la compresión en una oferta acotada».
En ese contexto, el extitular de la Dirección General Nacional Electoral recordó que «en las elecciones presidenciales del 2003 el Justicialismo presentó tres candidatos: Carlos Menem, Néstor Kirchner y Adolfo Rodríguez Saá; y el radicalismo se fragmentó y se presentó con tres partidos: con el sello de la UCR lo hizo Leopoldo Moreau; desde Recrear se postuló Ricardo López Murphy y por el ARI Elisa Carrió».
A partir de allí «todas las fuerzas políticas han realizado acciones para generar alianzas, se multiplicó la oferta llegando en 2007 a tener 31 listas para diputados nacionales pero finalmente fueron cuatro las listas que tuvieron representación», ejemplificó Tullio.
«Había entonces un sistema de elecciones internas que podían ser cerradas o abiertas, en el PJ fueron cerradas y Fernando De La Rúa y Graciela Fernández Meijide tuvieron internas abiertas», recordó el profesor de la Universidad de San Martín.
«En las PASO participan todos, pero exige a los partidos o alianzas alcanzar el 1.5% de los votos para participar de la elección general. Es decir que les permite participar a todos pero luego se reconfigura y llegan a la elección general entre 7 y 9 fuerzas», detalló el catedrático.
Algo que ambos especialistas señalaron es el caso de la Izquierda, que siempre iba dividida a las elecciones.
«En una esquina vos tenías tres mesas distintas de partidos de izquierda presentando su oferta en campaña», dijo Cruz. «A partir de las PASO la izquierda tiende a converger, algo que no hizo antes y así el FIT participa con representatividad en todo el país», sumó Tullio.
Otro dato que se destaca de las PASO es que «el Estado las financia, los partidos que no tenían dinero no podían competir y al ser gratuitas y permitir que todos tengan espacio para publicidad en medios se equilibra la oferta electoral porque la exhibe en su totalidad pero la reduce al fijar el piso que deben obtener para pasar a la general», remarcó Tullio.