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Política y Economía

Inflación por las nubes: referentes rosarinos narraron las graves consecuencias


Juan Milito, Gerardo Di Cosco y Juan José Sisca hablaron con CLG tras conocerse la inflación anual de 2019 y vaticinaron un cambio de panorama

Juan Milito, Gerardo Di Cosco y Juan José Sisca hablaron con CLG tras conocerse la inflación anual de 2019 y vaticinaron un cambio de panorama

Tal como se esperaba, el Indec informó este miércoles que el año 2019 cerró con un alza de precios del 53,8%, la inflación más abultada desde 1991, cuando la hiperinflación daba sus últimos coletazos. De esta manera, Mauricio Macri cerró su último año de gobierno muy lejos del 5% que había pronosticado en 2016 para el final de su mandato.

El número total de 2019 llega tras conocerse el Índice de Precios al Consumidor (IPC) de diciembre, que trepó al 3,7%. En el acumulado del año, el rubro Alimentos y Bebidas registró un alza del 56,8%, lo que agravó la situación de los sectores más vulnerables. Otro rubro que impulsó la inflación fue Salud, que agrupa los aumentos de medicamentos y prepagas, con un incrementó del 72,1 por ciento en 2019, liderando el conjunto de las subas.

Las cifras finales demuestran el fracaso del ex presidente en materia económica, después de subestimar el gran problema argentino con recordadas frases como “terminar con la inflación es lo más fácil que hay”, y que “la inflación es la demostración de tu incapacidad para gobernar”.

De hecho, todo su equipo económico y los distintos presidentes que tuvo el Banco Central durante su gestión erraron constantemente en las metas: «Tenemos un compromiso de inflación para 2016 de 20 al 25 por ciento, que bajará a un rango del 12 al 17 por ciento en 2017 y a 8 a 12 por ciento para 2018, concluyendo el último año de la gestión Macri en un dígito alrededor 5 por ciento anual», pronunció en enero de 2016 quien ese entonces conducía el Ministerio de Economía, Alfonso Prat-Gay.

Lo que pasó en la realidad fue que la inflación fue del 40 por ciento en 2016, bajó al 24,7 por ciento en 2017, escaló al 47,6 por ciento en 2018 y cerró 2019 en 53,8 por ciento. Si se toman las puntas más altas de las estimaciones de Prat-Gay, la inflación acumulada del período 2016-2019 hubiera sido del 72 por ciento. En cambio, la suba de precios terminó siendo casi del 300 por ciento.

Esto llevó a que todos los sectores productivos de la sociedad, y también los ciudadanos que día a día deben afrontar sus obligaciones, se vieran notablemente perjudicados. El titular del Centro Unión Almaceneros, Juan Milito; el presidente de la Asociación Industriales Panaderos y Afines de Rosario, Gerardo Di Cosco; y el secretario de la Asamblea de Pequeños y Medianos Empresarios (Apyme), Juan José Sisca, explicaron en diálogo con CLG las consecuencias que generó el modelo de Macri y se mostraron esperanzados de que la situación comience a revertirse a partir del cambio de gobierno.

Cuatro años de retroceso

Para Juan Milito, «más que un año difícil fueron cuatro años difíciles». «Todo empezó a principios de 2016 con el primer tarifazo salvaje de la energía eléctrica, luego se sumó el gas y los diversos factores que influyen en el tema inflacionario, lo que llevó a que los gastos fijos de los negocios crecieran en forma exponencial», expresó el referente de los almaceneros en la ciudad.

«Por otro lado, nunca se acompañó el nivel de la inflación con el nivel de venta, siempre estuvimos por debajo, lo que provocó un quebranto en los comercios importante. Muchos tuvieron que cerrar y otros llegaron al cambio de gobierno con un bajo nivel de resistencia», sostuvo Milito, y contó que en 2019 la inflación de los alimentos en Rosario llegó al 60%.

Gerardo Di Cosco fue aún más determinante al segurar que «los últimos dos años del gobierno de Macri fueron los peores en la historia de la industria panadera». «Los aumentos desmedidos que hubo en todas las tarifas fueron sufridos por la población, lo que impactó duramente en nuestro mostradores porque la venta cayó y nunca se pudo recuperar», mencionó el titular de Panaderos, y agregó que tampoco pudieron acompañar la suba de la materia prima con los precios ante la falta de demanda mencionada. «Bajo este contexto, el 80% de las panaderías de todo el país están endeudadas», aseveró Di Cosco.

En el mismo sentido, Juan José Sisca señaló que «la inflación tan alta de 2019 es producto de un modelo económico que durante cuatro años le dio la espalda a los trabajadores y a las pymes». «La inflación, la devaluación, las altas tasas de interés, la apertura de la economía y las tarifas fueron minando el poder de compra de los trabajadores, que son quienes consumen los productos que fabricamos y vendemos las pymes», dijo Sisca.

«En 2016 se hablaba de que la libertad de mercado iba a hacer que la competencia terminara con la inflación de aquel momento, que era mucho menor, y se decía que era fácil de arreglar. Lamentablemente advertimos en aquel momento que no sólo no se iba a terminar con la inflación, sino que dicho modelo iba a generar un nivel de pobreza muy alto», subrayó el dirigente de Apyme.

Para Sisca, «el gobierno cumplió con el objetivo que se propuso, por eso pusieron al frente de los ministerios a distintos CEOs». «Fue un modelo exitoso para una pequeña porción de ganadores: los agroexportadores, las mineras y las energéticas», cuestionó el entrevistado.

Avances sin tanto impacto

Las primeras medidas lanzadas por el presidente Alberto Fernández y su equipo de ministros para salir de la crisis fueron bien recibidas por los sectores consultados, aunque todos coincidieron en que el efecto de las mismas aún no se vislumbró.

«Tenemos expectativas de que se reactive la situación económica y de que volvamos a tener un alivio para vivir con dignidad, pero hay que ser cautos y medidos. Hasta ahora no se sintió el impacto de las primeras medidas que se van tomando, aunque creemos que van por buen camino, como el bono a los jubilados y el lanzamiento de la Tarjeta Alimentaria», apuntó Milito.

El titular del Centro Unión Almaceneros cree que «se está trabajando en salir y no en quedarse», pero lo anunciado «va a ser bueno siempre y cuando no caiga todo en los grandes supermercados, que fueron grandes protagonistas y corresponsales de la inflación que estamos hablando como formados de precios». «El gobierno debe pensar en los comercios de barrio que somos los que venimos poniendo mucho esfuerzo para llevar lo mejor posible la crisis económica», añadió Milito.

Asimismo, Di Cosco admitió que «todavía cuesta levantarse», aunque destacó que en el último mes han tenido reuniones con el gobierno para plantearle la situación que están atravesando las panaderías, cuando en otro momento no les daban audiencias.

El empresario panadero contó que hoy lo que los preocupa es la participación o no de la industria en la Tarjeta Alimentaria: «Hace una semana tuvimos una reunión con el Consejo Federal de Políticas Sociales, donde se habló de un precio accesible del pan para ayudar a la gente más necesitada. Pero en lo últimos 15 días la harina aumentó entre un 15 y un 20 por ciento, algo que no esperábamos. Por lo tanto, el kilo de pan que íbamos a ofrecer para que se venda con esa tarjeta, lamentablemente hoy no lo vamos a poder sostener si no baja la harina. El gobierno ya fue notificado y se reunirá antes del fin de semana con los agroexportadores y los molineros para intentar resolver la situación».

Por último, Sisca declaró que «lo principal es el cambio de rumbo económico». «Las primeras medidas que se tomaron durante este primer mes de gobierno tienen que ver con mejorar el consumo de la población a partir de poner dinero en el bolsillo de los más vulnerables. Dichas acciones nos benefician porque nuestro mercado es el interno, y necesitamos que se active», concluyó el titular de Apyme.