La concejal Ana Laura Martínez, su impulsora, dio a CLG detalles de la iniciativa y habló de la importancia de la educación en este contexto
Por Sofía Dalonse – CLG
La vulnerabilidad de las infancias es un problema detectado hace tiempo en Rosario y que en los últimos años se ha ido acrecentando. En este contexto, surge Infancias Protegidas, un programa pensado para tratar esta problemática con un abordaje integral y a largo plazo.
La concejal Ana Laura Martínez, su creadora, dio detalles a CLG de esta inicativa que cuenta con apoyo de instituciones públicas y privadas, con el principal objetivo de evitar una infancia vulnerada y corrompida por el delito.
Martínez brindó detalles acerca de los inicios del proyecto y cómo continúa en la actualidad: «Desde el 2021 comenzamos a trabajar con las infancias, se ha presentado en el Senado una ley para agravar las penas para aquellos adultos que corrompen y delinquen con los menores; pero lo que más me preocupaba era el mientras tanto. Por eso empezamos a pensar como hacer ejecutivo lo legislativo y logramos este programa».
Según explicó, se trabaja desde el territorio, a través de tutorías y acompañamiento orientadas a evitar que la infancia de chicos y chicas en situación de vulnerabilidad sea corrompida por el crimen organizado.
El Programa reúne a Fonbec, la Universidad Nacional de Rosario y el aporte económico de empresas locales, lo que ha permitido, por ejemplo, la creación de un espacio de contención para chicos de primaria y secundaria. Con esto se logró la reescolarización de muchos estudiantes y se les asignó tutores pares.
«Es un sistema que viene a acompañar a través de tutores, supervisores y cuenta con el aval de la UNR, aportes del sector privado y el apoyo de la dirección del área familia y niñez de la Municipalidad», señaló al respecto.
Asimismo, aseguró que el programa alcanza a más de 500 chicos de la ciudad: «Llegamos a vecinales, centros comunitarios y clubes de barrio para poder acompañarlos en el proceso educacional pero también, a través de ellos, poder trabajar de la mano de la Secretaría de Desarrollo Humano más todas las áreas q componen las necesidades de la familia, las situaciones que se van despegando a través del problema en la lectoescritura, como es el caso de las adicciones, la violencia , etc», explicó.
Además, sostuvo que los últimos estudios y mapeos que muestran el incremento de la deserción escolar y falta de educación está vinculado a la falta de objetivos y de sueños para los chicos: «Infancias Protegidas es un proyecto revolucionario, porque busca cortar a largo plazo la reproducción del delito atacando la base de reclutamiento. Para ello, se debe constituir a la infancia como bien jurídico protegido», afirmó.
Y añadió: «La infancia debe ser vista en su integridad, no alcanza con proteger al niño o niña en lo individual sino a la infancia como un todo. El enfoque tiene que ser implacable con los reclutadores, no en los reclutados».
Martínez indicó que Infancias Protegidas trabaja en el plano jurídico en un proyecto para reformar el Código Penal de la Nación. El fin es incorporar a la infancia como un bien jurídico a proteger buscando igualar las penas a los adultos que llevan a un menor al delito con las penas por abuso sexual.
Respecto a los objetivos más relevantes de la iniciativa, enumeró:
-Respetar el interés superior del niño y del principio de autonomía progresiva.
-Abordar la interacción directa con los actores territoriales específicamente a través del sistema de tutorías.
-Fortalecer la red de contención de niños y jóvenes, reconociendo su desarrollo y autonomía.
-Articulación de estrategias integrales e interseccionales en el Estado Municipal en colaboración con asociaciones sin fines de lucro y organizaciones sociales.
-Creación de centros de asistencia y contención repartidos estratégicamente en las distintas zonas de mayor vulnerabilidad de la ciudad.
Al finalizar, concluyó: «Decidimos trabajar en el territorio, es un programa que nos da satisfacciones porque entendemos que es a través de la educación, con la escuela como faro, que los niños estudien con libertad y sin miedo, tengan la posibilidad de discernir sobre lo que quieren hacer y hacerles hincapié que la mejor alternativa para ser alguien es a través de una profesión para salir de esa realidad en la que viven».