La derrota electoral generó una fuerte incertidumbre política y económica, lo que llevó a los empresarios a postergar decisiones clave
La economía argentina atraviesa una fuerte parálisis, profundizada tras la contundente derrota electoral del gobierno de Javier Milei en la provincia de Buenos Aires. Según empresarios e industriales, «nadie vende nada», y el impacto ya se siente en todos los sectores: aumentan las cesaciones de pago, los despidos, se congelan inversiones y se resienten las cadenas de pagos.
La derrota electoral generó una fuerte incertidumbre política y económica, lo que llevó a los empresarios a postergar decisiones clave. Aunque las variables financieras (tipo de cambio y tasa de interés) se mantuvieron relativamente estables, el ajuste monetario del gobierno —con tasas altas y encajes récord— está afectando fuertemente a la economía real.
En el sistema financiero, el crédito está prácticamente paralizado. Incluso, un banco importante solo otorgó un crédito personal en todo el AMBA en un día. En el consumo masivo, grandes cadenas de supermercados describen el panorama como «la paz de los cementerios», sin repuntes ni nuevas listas de precios debido a la falta de dinero.
En la industria, crecen los mensajes sobre cierres, despidos y suspensiones. En el sector energético, el golpe también llegó a Vaca Muerta, donde se anticipa una pausa en las inversiones por la falta de financiamiento y el alto riesgo país. Se estima que esto podría demorar el desarrollo de la región por al menos dos años.
Según economistas como Emmanuel Álvarez Agis, el gobierno buscará sostenerse hasta las elecciones nacionales utilizando reservas, manteniendo tasas altas y endureciendo aún más la política monetaria. Además, se menciona un posible pedido de asistencia financiera a EE.UU., lo que evidenciaría la fragilidad del panorama actual.
