Máximo Jerez tenía 11 años y el primero de marzo fue asesinado mientras caminaba hacia un quiosco junto a sus dos primos en el Barrio Empalme Graneros, Rosario.
El fiscal Adrián Spelta imputó al último detenido en la causa por el crimen del niño Máximo Jerez en Rosario y lo acusó como autor del asesinato y de tentativa de homicidio por las heridas que sufrieron otros tres menores.
De esta manera, a Nicolás Torres, se le concedió la prisión preventiva al igual que a los hermanos Maximiliano y Nicolás Castillo, también considerados autores materiales de la balacera, y a una mujer y sus dos hijos por encubrir el crimen.
Máximo Jerez tenía 11 años y el primero de marzo fue asesinado mientras caminaba hacia un quiosco junto a sus dos primos en el Barrio Empalme Graneros, Rosario.
Su crimen generó conmoción y enojo en los vecinos quienes denuncian que desde hace varios años se construyen búnkers para la venta de drogas en el barrio.
Nicolás Torres fue el último detenido en la causa y para el fiscal las pruebas son elocuentes, por lo cual decidió imputarlo por los delitos de «homicidio calificado por la competencia premeditada de dos o más personas, agravada por la uso de armas de fuego en grado de consumación y como coautor», así como también por la «tentativa de asesinato por el ataque contra otros dos niños de 13 años y una niña de 2 años».
En la investigación se pudo corroborar que el tiroteo fue por una pelea narco, en la cual la familia de Jerez no tenía relación.
Para la Justicia, Torres «atentó, mediante disparos de armas de fuego, en forma directa contra la humanidad de las personas que se encontraban en los frentes de los domicilios».
Esta semana, se informó que en Rosario el número de homicidios en lo que va de este 2023 alcanza a 94 víctimas y el porcentaje del aumento de robos, amenazas y crímenes en torno al narcotráfico siguen generando preocupación entre sus habitantes.
El último caso fue el de un joven de 18 años que se encontraba en la puerta de su casa en el barrio Santa Lucía.