Con ráfagas de viento de hasta 150 km/h, el temporal que azotó la ciudad de Santa fe en la noche del domingo obligó a los asistentes a una boda a buscar refugio para evitar accidentes.
La celebración se desarrollaba con total normalidad en un salón de fiestas ubicado en el Dique II del puerto local en la capital provincial. Los fuertes vientos estallaron los vidrios del lugar y la gente tuvo que refugiarse en los baños.
«Fue una desgracia con suerte. Pudo haber sido catastrófico por el estallido de vidrios. Acá en el hospital no recibimos a lesionados», aseguró a Cadena 3 Juan Pablo Poletti, director del Hospital Cullen.